Bogotá, septiembre 8 de 1828.
AL PRESBÍTERO DOCTOR PEDRO ANTONIO TORRES.
Mi estimado amigo:
He tenido el placer de recibir la apreciable de Vd. del 6 de agosto la que he leído con bastante satisfacción, y agradezco a Vd. las observaciones que me hace sobre los asuntos de la Iglesia. Bien puede Vd. estar seguro que yo tendré presente lo que Vd. me dice para su tiempo. Yo espero que Vd. siempre me hable con franqueza pues nada me es tan grato como estar impuesto de las instituciones que piden reformas, para con tiempo aplicar el remedio, y así cumplir con los arduos deberes que me impone mi estado.
Si Vd. puede encargarse del mando de esa iglesia cuando se vaya Miranda, hágalo como se lo dijo a Torres [1]] para que entre los dos haya más armonía y marchen mejor las cosas.
Soy de Vd. afectísimo amigo
BOLÍVAR.