Bogotá, a 20 de julio de. 1828.
AL SEÑOR CORONEL TOMÁS C. MOSQUERA.
Mi Querido Mosquera:
Tengo a la vista la muy apreciable carta de Vd. del 6 de julio, en que me habla larga y detalladamente sobre el estado de ese Departamento, que celebro infinito, se haya mejorado con respecto a la opinión; lo mismo sucede en todas partes, porque al fin se convencen que lo que el pueblo quiere es una libertad segura y una paz duradera. Sobre esto he hablado mucho con su digno hermano Joaquín, como le informará él luego se vean, pues que partirá pronto. Yo le he instado infinito porque acepte un destino correspondiente a su dignidad y mérito pues que deseo tenerlo a mi lado, más dudo mucho que lo acepte.
Vd. debe continuar en sus servicios al ejército del general Flores, pues que lejos de revocar mis anteriores órdenes las reitero con más instancia, atendiendo a que se asegura que los españoles continúan haciendo grandes preparativos para mandar una fuerte expedición a La Habana, que seguramente vendrá a Colombia.
Por acá todo está muy tranquilo, y cada día vienen nuevas actas conformes a la de esta capital, de suerte que muy pronto se habrá pronunciado toda la República.
El general Torres me escribe de Quito que las haciendas que tiene Flores en el Sur han sido mandadas entregar a sus antiguos dueños por la Corte Superior de Popayán, y yo deseo que Vd. inquiera en esto, pues nada sé de tal cosa, lo que ciertamente es extraño. Como es natural, tengo interés por Flores, que no tiene otro patrimonio y al mismo tiempo debo conocer el hecho para que se haga la justicia correspondiente.
Tenga Vd. la bondad de saludar a su buen padre y al amigo Arboleda que me escriba.
Soy siempre su afectísimo.
BOLÍVAR.
P. D.—¿Sabe Vd. que su proclama es muy hermosa? No la había visto hasta en este momento. Reciba Vd. la enhorabuena por su elocuencia.
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