Bogotá, 19 de julio de 1828.
AL GENERAL FRANCISCO RODRÍGUEZ DEL TORO.
Mi querido Marqués:
Contesto con mucho gusto sus apreciables cartas de junio que he recibido con el duplicado de la de mayo que contesté por el correo pasado y de la cual espero con ansia la respuesta de Vd., para que me diga que ha hecho el general Páez después de mi recomendación: yo no dudo que él le atenderá a Vd. con todo esmero y en este correo repetiré mi recomendación.
Vd. me insta con demasiada razón porque vaya a Venezuela: este es mi deseo, mi querido Marqués, pero no se puede hacer todo lo que se quiere y en estas circunstancias debo estar en la capital, centro común de toda la república. Esto no quiere decir que yo no [1] me determine a ir a Caracas: al contrario, pasaré a Venezuela tan luego como me pueda desocupar de los negocios que me rodean. Puede Vd. decirlo así a todos los parientes y amigos.
Muchas gracias, querido amigo, por la bondad con que Vd. me invita a pasar algunos días en la isla del Burro: ¡qué más quisiera yo que estar juntos, retirados de los negocios y entregados a la caza, la pesca y el campo! Vd. se pierde a veces en el delirio de su amistad por mí: yo lo conozco y, por lo mismo, me es tanto más apreciable.
Nada tenemos del Sur. Soy como siempre su afino, amigo de corazón.
BOLÍVAR.