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DOCUMENTO 1629. MEMORIAS DEL GENERAL O’LEARY, III, APÉNDICE, 196, O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR A DANIEL FLORENCIO O’LEARY, FECHADA EN BUCARAMANGA EL 31 DE MARZO DE 1828, INFORMANDO QUE TOMARÁ LAS PREVISIONES NECESARIAS PARA RESTABLECER EL ORDEN Y LA TRANQUILIDAD DEL DEPARTAMENTO DE CARTAGENA.

Bucaramanga, 31 de marzo de 1828.

AL SEÑOR CORONEL DANIEL F. O’LEARY.

Mi Querido O’Leary:

Mando a Andrés Ibarra a Ocaña para informar a Vd. que he venido a esta villa de Bucaramanga con el ánimo de embarcarme en el puerto de Botijas y seguir a Cartagena a tomar providencias que restablezcan el orden y aseguren la tranquilidad del departamento del Magdalena; pero me he detenido por varias consideraciones, y, sobre todo, porque Padilla me ha escrito una exposición de los sucesos, desde Ocaña, y me asegura que se volvía a Mompox a esperar allí el resultado, sin pensar ir a Cartagena hasta que no salga de allí el general Montilla, su enemigo: éstas son sus palabras; y de consiguiente, yo mando a Bolívar por el río, para que lo lleve preso a Cartagena, a fin de evitar una reacción peligrosa. Antes había dado la misma orden a mi edecán Wilson, que supongo no habrá hecho nada, por no haber encontrado a Padilla en Ocaña. Interésese Vd. con el general Briceño, el señor Castillo y todos mis amigos, para impedir que Padilla haga partido, y sea juzgado en Cartagena como lo merece. Digo esto, porque las influencias hacen mucho en tales casos, y, sobre todo, si escriben con empeño a este fin para lograr el efecto. Yo creo que estamos en una crisis más importante de lo que parece, por la complicación que ha introducido en la cuestión el asunto de Padilla; así, todos debemos trabajar mucho para evitar los mayores males. Escríbame a esta villa todo lo que se haga y todo lo que Vd. sepa.

Ferguson está por Cartagena en comisión, y con órdenes de mandar tropas contra Padilla, si resiste; yo he puesto en acción toda la fuerza de la república sobre el Magdalena, por evitar una guerra civil y para castigar una gran traición. Yo mismo pienso acercarme a Ocaña, para marchar a Cartagena, si es preciso, o donde se encuentre el peligro; y si no lo hago ahora mismo es porque no tengo en el día fuerzas de que disponer, y, además, debo hacer alto algunos días para despachar diferentes asuntos detenidos, descansar algo y resolver mejor, con calma y despacio. Tanto Wilson como Ibarra deben venir a encontrarme, con las comunicaciones que importe.

Yo deseo saber si convendrá pasar por Ocaña, y qué impresión causará mi visita. Consulte Vd. sobre este punto a mis amigos, pues, si he de decir verdad, esto es lo que me detiene aquí; es decir, que la duda del concepto que se forme de esta medida, me hace vacilar, y, por lo mismo, consulto y también me tomo tiempo para saber qué opiniones sobresalen en esa gran convención; porque si la república ha de ser destruida por mis contrarios, mejor es que me aleje de ellos, porque no me atormente su triunfo y se crea que quiero oponerme a lo que ellos llaman sus opiniones. Esté Vd. bien cierto de que yo nada haré contra la voluntad de la gran convención, aunque ésta decida la muerte de la república. Mas, si los amigos del gobierno son los que preponderan, y desean verme, me acercaré de paso para Cartagena; y si esto no fuere así, y fuere preciso marchar a ese departamento, me embarcaré por el río de Cascajal, en el puerto de Botijas, sin acercarme siquiera al puerto de Ocaña, para que no interpreten mal este paso. Yo espero, pues, aquí la respuesta de esta carta, y más que todo, noticias del Magdalena, de Carta­gena y de Padilla, las que debe Vd. solicitar con la mayor diligencia para remitírmelas.

Mándele Vd. copia de esta carta a Montilla, encargándole una y mil veces que salve ese departamento, de la guerra civil, que lo asegure plenamente, que haga cuanto las facultades extraordinarias le permitan en bien de la patria. El se halla completamente autorizado para todo, y por lo mismo, no debe reservar, o más bien ahorrar, ninguna medida de importancia. Esta carta que la tenga por suya Briceño a quien no escribo porque no tengo más que decirle, etc. Al señor Castillo, que tenga esta por suya también.

Soy de Vd. afectísimo.

BOLÍVAR.

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