Sativa, 24 de Marzo de 1828.
AL SEÑOR J. M. DEL CASTILLO.
Mi Estimado Amigo y Señor:
Mi edecán Wilson tiene la orden de ir a Ocaña, de paso para Cúcuta, para que me lleve allí la noticia de la instalación del congreso constituyente, y tiene al mismo tiempo encargo de hacer a Vd. una visita y de presentarle mis respetos. Al mismo tiempo lleva Wilson cartas con documentos importantes para O’Leary, sobre Venezuela y noticias de Bogotá para que sirvan a Vd. de inteligencia y de apoyo. El país está todo animado de un santo temor a la anarquía y a la federación y resuelto además a reclamar la sanción nacional si la gran convención no obra conforme a las miras generales. Por todas partes se están haciendo representaciones populares contra la federación y la debilidad del gobierno. Unidad y fuerza es el grito de reunión: y crea Vd. que este clamor no será vano, porque veo muy enardecidos los espíritus. Por lo mismo, querido amigo, Vd. debe hacerlo presente a la gran convención para que no se equivoque.
Ruego a Vd. que escriba a Cartagena la voz de la salud, pues su voz es oída con amor y veneración.
Muy desgraciada será la patria si la salud no le favorece en Ocaña para la salvación de todos. Yo le deseo a Vd. este precioso tesoro con más fervor y más anhelo que si fuera para librar mi vida de la muerte. Vd. es la esperanza de la gran convención, y la gran convención la esperanza de Colombia: aprecie Vd., pues, su valor y la alta estimación que le profeso.
Tenga Vd. la bondad de saludar a los señores Rebollo y J. de Francisco a quienes no escribo por falta de tiempo.
Soy de Vd. afectísimo servidor y amigo.
BOLÍVAR.