Bogotá, 13 de Marzo de 1828.
A S. E. EL GENERAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE &., &.
Mi Querido General:
Hemos sabido el suceso de nuestras tropas contra sus oficiales y jefes. A consecuencia yo he tomado algunas medidas y espero que no sufriremos impunemente tantos ultrajes de parte de los que debían estar más agradecidos.
Me detuve para esperar algún resultado de los movimientos de Bolivia pues yo no puedo dejar de ir a Venezuela a visitar los departamentos que no logré ver en el año pasado.
Parto pues mañana con la mira de llegar hasta Guayana y Cumaná en el ínter delibera la Gran Convención. No quiero que se diga que mi influencia obra en los diputados. Pienso que no habrá mal espíritu en el cuerpo constituyente porque la mayoría es sana y digna de representar. De manera que dentro de cuatro meses ya estaré de regreso y la patria no se hallará vacilante como en el día. El ejército está con mi opinión de salvar la República sacrificándole todos los intereses particulares y personales. Lo mismo siente un gran número de ciudadanos.
El peligro común nos ha reunido por la mayor parte. Un partido muy inferior sostiene aún intereses particulares, pero este partido no vale cosa y no lo creo temible al menos que ocurra a medidas desesperadas; y aun estas mismas medidas no producen efecto, como ya se ha visto en el Oriente de Venezuela, donde se ha empleado todo para arruinarnos y sin embargo hemos triunfado de la negra anarquía. Yo pues, mi querido general, no desespero de la salud porque nada me persuade que podamos perecer con un poco de energía.
El general Urdaneta queda aquí encargado del ministerio de Guerra y con él debe Vd. entenderse para todo lo relativo al ramo. Flores está en el Sur con fuerzas para ocurrir adonde lo exija la necesidad. Con él no debemos temer por esa parte y además dispondrá lo más que se necesite pues toda la República volará a la frontera si el honor de Colombia lo pidiese. Vd. no tiene más que decir una palabra a Flores y a Urdaneta y será auxiliado oportunamente contra los invasores y corruptores.
Yo haré por su familia lo que pueda, pero poco será pues no hay medios.
Soy de Vd. afmo. de corazón.
BOLÍVAR.
P. D. Belmonte vuelve a su país y merece toda la bondad de Vd. y la mía: se lo recomiendo de nuevo.
Publicada en la Revista "Ibero Amerikanische Archiv". Año IX, enero de 1936 N° 4, de Berlín. Los herederos del general Felipe Braun poseen la carta original. El doctor Héctor García Chuecos la dio a conocer en "La Esfera" de esta ciudad, del 2 de julio de 1936.
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