DOCUMENTO 1606. DE UNA COPIA. O. C. B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR A JOAQUÍN MOSQUERA, FECHADA EN BOGOTÁ EL 29 DE FEBRERO DE 1828, INFORMA QUE, INSTADO POR LO MINISTROS, SE VIO OBLIGADO A PRESENTAR SU MENSAJE A LA GRAN CONVENCIÓN, TAN RODEADA DE OPINIONES QUE SE OPONEN A LA CONSTITUCIÓN Y REFORMA; NOTIFICA QUE PARTIRÁ A VENEZUELA A IMPEDIR LOS DESÓRDENES QUE LA AFLIGEN.

Bogotá, 29 de Febrero de 1828.

AL SEÑOR JOAQUÍN MOSQUERA.

Popayán. Mi Querido Amigo:

Me lisonjeo con la esperanza de que Vd. estará ya en Ocaña lidiando con sus colegas para que no se pierdan ellos mismos. Yo mando al coronel O’Leary, que es de toda mi confianza, a presentar a la gran convención mi mensaje, que, en verdad, está escrito con bastante acri­monia o por mejor decir, pintado con los colores más negros. Yo no quería hacerlo, pero los ministros me han instado y he cedido contra mi voluntad. Tengo miedo de publicarlo y no sé todavía si lo haré.

De todas partes me escriben que la opinión general se opone a la constitución y a la reforma; que no quisieran constituirse hasta que no se hiciera la paz, y hasta que los nuevos gobiernos de América no probaran cuál es el mejor sistema. Quieren un gobierno provisorio, autorizado para salvar y organizar la república. Por lo que hace a mí, no sé lo que quiero ni lo que convenga; pero sé muy bien que Colombia se va a perder, más temprano o más tarde, y que un milagro solamente será capaz de librarla de la suerte que la amenaza.

Mi mayor deseo es irme; mas si la gran convención hace algo regular siquiera, me quedaré hasta los funerales; y si no decreta un gobierno eminentemente fuerte, me voy al saber las reformas que haya hecho.

Parto para Venezuela el 7 del próximo a impedir los desórdenes que afligen a aquel desgraciado país y estar preparado para tomar mi partido cuando llegue el caso.

Deseo que Vd. se ponga de acuerdo con el señor Castillo en cuanto sea posible, olvidando las disputas de hacienda ¡Qué duro es mi artículo sobre hacienda! Declaro a Colombia quebrada, perseguida de acreedores. He tenido la moderación de no hablar sino por accidente del empréstito, y en nada me quejo de la administración: casi todo lo atribuyo a las leyes, porque se trata de leyes y constitución, y a cada uno se le ha de hablar su lengua.

O’Leary dirá a Vd. cuanto quiera saber. Soy de Vd. amigo de corazón.

BOLÍVAR.

P. D. Memorias al señor Rafael su digno hermano de Vd.

"Biblioteca Popular", Nº 102. Jorge Roa. Bogotá.