Bogotá, 7 de Febrero de 1828.
AL SR. J. RAFAEL ARBOLEDA.
Mi Estimado Amigo:
Aunque por el último correo de la semana pasada he escrito a Vd. muy detallada y francamente con respecto a las cosas del día, quiero hoy repetir mi carta en contestación a su apreciable del 22 del pasado, que he visto con mucho interés. Ciertamente que es un triunfo para la buena causa que nuestro buen amigo el Sr. Joaquín Mosquera haya sido electo por San Buenaventura, al paso que también puede decirse que los del Sur son buenos: entre ellos se encuentra al señor P. Merino, a quien Vd. conoce, y el señor Saa que es excelente sujeto. Yo les insto a todos porque apresuren su marcha a Ocaña, con tanta más razón cuanto que Santander partirá de aquí la semana entrante. Ha de creer Vd. que ya se jacta de tener cuarenta y siete partidarios que le siguen. Esta es la preciosa palabra de que usa este señor para calificar su partido y, en verdad, que no podía tomar otra mejor ni más adecuada al espíritu que les anima. Difícil es conocer y menos adivinar cuál será el resultado de la convención: allí van a reunirse espíritus diversos, sentimientos opuestos y hombres diferentes. Irán muchos amigos del orden, no lo dudo, otros federalistas y, en fin, debemos aguardar a ver las cosas. Desde ahora digo a Vd. francamente que el sistema federal será el que, si se adopta, destruirá los restos de Colombia. Será su sepulcro y la señal de muerte para los buenos. Para mi será el toque de partida; me iré muy lejos. Si dividen a Colombia será menos malo, pero no será sino un plazo de destrucción. Así yo no veo otro medio de salvación sino fuerza en el gobierno para tratar de contener la desmoralización de unos, las pasiones de otros. Si tal se hiciere, yo verla en el ejecutivo a cualquiera otro que no fuera yo.
Tenga Vd. la bondad de saludar a toda su familia y amigos y créame suyo de todo corazón.
BOLÍVAR
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