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DOCUMENTO 9369 OFICIO DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ PARA EL GENERAL JOSÉ DE LA MAR, FECHADO EN SANTIAGO EL 19 DE ABRIL DE 1824. LE TRANSMITE DISPOSICIONES DEL LIBERTADOR SOBRE EL TRASLADO DE MULAS Y CABALLOS. INFORMA SOBRE LA IMPOSICIÓN DE MULTAS A QUIENES OCULTEN BESTIAS Y SOLICITA SE REMITAN AL CUARTEL GENERAL LOS 50.000 PESOS QUE SE IMPUSIERON A CAJAMARCA.*

Santiago, abril 19 de 1824.

Al señor General José de La Mar.

S. E. ha sido informado que las mulas y caballos llevados a ese pueblo por el regimiento del coronel Placencia, han llegado en el peor estado. Sabe que esto procede de haberlos conducido sin ningún cuidado, haciéndolos marchar mucho y comer muy mal, habiendo antes perdido las herraduras. Para evitar que los 400 que han ido a cambiarse a Lambayeque vengan también en mal estado dispone S. E. que V. S. mande un oficial con órdenes expresas al encargado de conducirlas para que las traiga con el mayor esmero y cuidado, y con lentitud, de modo que lleguen útiles y servibles. V. S. debe dar al oficial que comisione la instrucción correspondiente para que las mulas y caballos lleguen si es posible del mismo modo que hayan salido de Lambayeque; pues por las faltas que se cometen en el modo de conducir las caballerías nos vemos hoy sin caballos para el Ejército; pues los del regimiento del mando del Coronel Placencia que son los mejores que había en el Norte están inútiles, por estas mismas faltas.

Dispone S. E. que V. S. dé las órdenes más terminantes y terribles para que en toda la Provincia de Cajamarca se recojan todos los caballos de silla y todas las mulas de silla que haya, sin dejar una sola a ningún individuo, ni al Intendente ni al Vicario de Cajamarca, imponiendo la pena de 1.000 pesos de multa y destino al servicio de las armas al que ocultare una sola muía o caballo. Estas bestias deben montar por lo menos a 400.

Para que esto se efectúe de un modo seguro, mande V. S. los mejores oficiales de caballería con piquetes a tomarlos y solicitarlos en todas partes; y autorice V. S. a los comisionados que vayan a recogerlos en toda la provincia de Cajamarca para que ofrezcan secretamente 100 pesos de gratificación a los que denuncien donde haya bestias ocultas, valiéndose para esto de ciertas personas propias para estas comisiones que nunca faltan en los lugares.

Las mulas y caballos de silla, o que puedan servir para silla, o que se tomen en la provincia de Cajamarca serán reemplazados con las de las otras provincias que quedan a la espalda de ésta donde también se mandarán a requisar para este objeto.

Es tal la falta que hay de caballos y mulas de silla para el ejército que no debe perdonarse ninguna medida para reponerlas, principalmente estando éste tan próximo a moverse.

Excite V. S. el celo de todos los vecinos de Cajamarca haciéndoles ver que se pierde la ocasión de libertar al Perú, si no marchamos ahora, aprovechándonos de la guerra civil en que se hallan los españoles, peleando unos con otros; que es la mejor oportunidad de destruirlos y de terminar esta guerra, lo que no podemos ejecutar por falta de bestias; que por falta de este servicio tan pequeño se perpetúan las calamidades las calamidades del Perú. Dispone también S. E.

Que los cincuenta mil pesos que se impusieron a de contribución a la provincia de Cajamarca, se perciban a todo trance y que íntegros vayan al cuartel general de V. S.; sin que de ellos se deduzca ninguno de los gastos hechos en esa División; pues S. E. no ha pensado asignar este pequeño contingente a esa rica Provincia como único medio de contribución, teniendo otras Provincias que componen esa Intendencia, igualmente ricas, mientras que las de Huamachuco y Patas y otras que son menos ricas, han dado otro tanto. Quiere decir que los 50.000 pesos deben ir íntegros al cuartel de V. S. y que si se han hecho deducciones se impongan nuevos cupos hasta completar los 50.000.

Dispone también que continúen en la mayor actividad las maestranzas de todas clases en Cajamarca, haciendo construir allí el mayor número posible de vestuarios y equipo para esa división.

En fin, que V. S. saque de Cajamarca cuanto se le ha mandado, pues debiendo ponerse en marcha el Ejército, cuanto quede a la espalda es casi inútil, porque todo marchará después lentamente y con muchas dificultades.

El 22 del presente estará S. E. en Huamachuco a donde deberá V. S. hallarse después de haber dado todas estas órdenes.

Dios guarde &.

[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]

* De un impreso moderno: Memorias del General O’Leary, tomo XXII, pp. 231-232. En el copiador de Secretaría, Archivo del Libertador, Tomo 36, se hallan dos copias de este documento, el primero entre los folios 323 al 324. El segundo entre los folios 374 al 375. Entre las tres versiones no hay diferencias sustanciales.

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