Secretaría General.
Cuartel General en Otuzco, 15 de abril de 1824.
Al señor teniente coronel Daniel Florencio O’Leary, edecán de S. E. el Libertador.
Desde Trujillo he dirigido al señor coronel Don Juan Salazar, Ministro Plenipotenciario del Perú en Chile, copias de las notas del 25 y 27 del mes de marzo, dirigidas al Ministro de Relaciones Exteriores de Chile para que con arreglo a ellas entablase cerca de aquel Gobierno sus solicitudes, a fin de obtener los auxilios que se piden y que cada día son más urgentes.
La comunicación del 27 tenía por objeto instar de nuevo sobre el equipo y envío de una expedición fuerte de 2 ó 3.000 hombres en razón de que el nuevo estado de cosas en Europa impedía a Colombia enviar más refuerzos al Perú.
Así es que 2.000 hombres que estaban embarcados en Maracaibo para venir a Portobelo recibieron órdenes, de desembarcarse.
Queda pues el Libertador reducido en el Perú a las fuerzas de Colombia que hoy existen en él, y a las fuerzas peruanas que se han organizado y han recibido una nueva vida física y moral, viendo por la primera vez el orden y el método, y viendo por la primera vez que los sacrificios del pueblo se destinan al equipo del ejército y a la manutención del soldado.
Es indubitable que el ejército de Colombia que existe en el Perú no puede ser batido por el ejército español aunque éste es numéricamente mayor.
Es indubitable que sólo una contingencia podría dar a los españoles el triunfo sobre tropas como las nuestras; pero versándose actualmente altos intereses, o más bien los intereses de la América entera en la lucha del Perú, la naturaleza de la causa demanda una extraordinaria circunspección y no librar nada a probabilidades ni a conjeturas.
Por esta razón es que el Libertador ha pedido, pide ahora y pedirá mientras haya tiempo, al Gobierno de Chile auxilios y refuerzos de hombres, de armas y aun de dinero.
Por esta razón es que se hace importuno a todos los gobiernos de América estimulándolos a que cooperen con sus fuerzas a la decisión de esta contienda tan prolongada como ruinosa; y por esta razón es que de nuevo previene a Vd. que sea incesante en presentar a ese gobierno las razones de necesidad, de interés y de conveniencia que lo estimulan, y que lo impelen a hacer todo genero de sacrificios para ver terminada la guerra del continente.
Vd., pues, presentará al gobierno de Chile estas consideraciones de un modo tan respetuoso como enérgico, e instará al señor Salazar a que haga otro tanto hasta obtener los auxilios pedidos. Hoy no serían ya suficientes los 500 hombres de caballería que se pidieron con tanta insistencia: hoy es necesario un contingente más fuerte, puesto que probablemente no recibiremos más refuerzo de Colombia.
En todas las comunicaciones que se han dirigido al gobierno de Chile, se le ha instado porque los auxilios pedidos se remitan volando si es posible. Cada día que pasa la urgencia se aumenta en razón del tiempo que transcurre y de la aproximación de empezar a obrar activamente, bien sea buscando al enemigo, bien sea siendo buscado por éste.
Se ha instado también al gobierno de Chile por el envío de uno o dos buques de guerra fuertes que cooperen al bloqueo de El Callao con la escuadra del mando del Vice-Almirante Guise, que está allí. Insista Vd.
extraordinariamente en que éste se verifique a la brevedad posible, porque los españoles con la ocupación de El Callao han armado varios buques de guerra que ya molestan estas costas, y están armando otros que harán entonces más difíciles nuestras comunicaciones marítimas y perseguirán los buques mercantes de los ciudadanos de los estados independientes.
Sin embargo de que para estas horas debe estar ya desengañado el gobierno de Colombia de que la España no puede equipar un solo buque de guerra para mandar a América, y de que la Inglaterra está decidida a no permitir que ninguna potencia europea auxilie a España contra los estados americanos, será siempre más fácil y más pronto recibir auxilios de Chile, que de Colombia, de donde no pueden venir con la prontitud que de ese Estado, y esta es la razón porque S. E. insiste tanto en que se soliciten los refuerzos de Chile que siempre vendrán más oportunamente que los de Colombia.
Dios guarde a Vd.
JOSÉ GABRIEL PÉREZ
En la Gaceta del Gobierno del Perú, impresa en Trujillo verá Vd. un extracto del Correo de Londres del 8 de noviembre sobre los Estados de América. Está manifestada bien claramente la política de la Gran Bretaña y su decisión de reconocer estos Estados como soberanos.
El envío de cónsules y agentes diplomáticos es un reconocimiento de facto, pues son enviados cerca de los gobiernos nuevos y no cerca de las autoridades españolas en ellos: en cuyo caso nunca habrían venido. Son dirigidos a las autoridades independientes con quienes tratan como con iguales, enviando sus agentes.
Estos pasos son implícitos, es verdad, pero son el preliminar seguro de un reconocimiento explícito.
Sería de desear que los franceses tomaran parte en favor de la España. La Inglaterra y los Estados Unidos del Norte han dicho terminantemente que si cualquiera potencia Europea se mezcla en esta cuestión de América y de España ellos tomarán parte por los independientes, dejando de ser neutrales como hasta aquí.
Los Estados Unidos han declarado que toda intervención de las potencias europeas será vista como un acto hostil contra aquellos Estados. Tan poderosos amigos valen más que todos los que puedan declararse enemigos nuestros.
JOSÉ GABRIEL PÉREZ
* De un impreso moderno: Lecuna, Vicente, Relaciones Diplomáticas de Bolívar con Chile y Buenos Aires, Tomo I, p. 223-225.
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