Bojacá, 26 de diciembre de 1828.
Al Sr. J. Rafael Revenga, miembro del consejo de estado.
Mi querido amigo:
Deseo que haya Vd. llegado con felicidad; que evacúe con prontitud sus negocios particulares; y que se venga volando al ministerio, en el cual hace Vd. notable falta.
Yo sigo pasado mañana para el Sur, a donde sin mi presencia no se hace ni la paz ni la guerra. El éxito en ambas depende de la actitud militar de la nación. El ejército no se sostiene sino con el producto de las rentas públicas; éstas exigen arreglo y economía; y para conciliar estas dos grandes cualidades se necesita de un hombre del temple de Vd. al frente del ministerio de hacienda. Insto a Vd. para que acelere su regreso a la capital y se encargue del interesante ramo de administración que le está señalado.
La facción de Obando será exterminada muy pronto. El valle del Cauca se ha pronunciado por el gobierno y ha resistido fuertemente a las sugestiones de los facciosos.
Según las últimas noticias de Guayaquil, el gobierno del Perú se negaba a oír proposiciones pacíficas de parte del de Colombia. Flores se habrá visto precisado a recibir una batalla del ejército invasor. Vd. inferirá de aquí, cuan necesario soy en aquella parte de la república.
Soy su amigo de corazón.
Bolívar.
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