DOCUMENTO 7423. CARTA DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL SALOM, FE­CHADA EN GUAYAQUIL EL 21 DE MAYO DE 1828, EN LA CUAL SE REFIERE A LA NOTICIA COMUNICADALE POR SALOM DE HABERSE FUGADO EL DR. URRUTIA. EL LIBERTADOR LE QUITA IMPORTANCIA AL ASUNTO Y LE IMPARTE CONSEJOS AL RES­PECTO. A SU VEZ LE DA NOTICIAS ACERCA DE LA MARCHA DE LAS ACTIVIDADES EN EL PERÚ.*

Sección
22) Período (02ENE AL 31MAY 1823) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
{Guayaquil, 21 de mayo de 1823. }

Señor general Bartolomé Salom.

Mi querido General:

Ayer recibí el extraordinario que Vd. me mandó para participarnos la fuga del Dr. Urrutia. El susto fue más grande con el rótulo, que todo lo que puede valer el Padre y todos los godos del mundo. Tanto más cuanto que estamos esperando por momentos una batalla en la Guajira entre Montilla y Morales: esto sí que merece un extraordinario y la incomodidad que Vd. ha tomado por una miseria insignificante. Es preciso que Vd. guarde su furia para los casos importantes, todo lo demás es inútil y aun perjudicial, porque gasta uno su paciencia y el pueblo se acostumbra al rigor en lo que se pierde mucho. No tome Vd. las cosas tan a pecho, porque yo no quiero que Vd. se desviva por sutilezas, y si exijo de Vd. sacrificios es para cuando la patria está en peligro. Modérese Vd., mi amigo, en su celo y aumente su malicia con calma y discreción, para no volver a ser engañado por esa gente que no tiene ningún interés por cosa alguna. Vd. quiere venir a verme, lo que no puede ser en el día, que no tenemos tropas por esa parte, y Vd. sabe que no tenemos seguridad de nadie, porque los pasrusos, por una parte, y los que no son pastusos, por otra, todos nos dan cuidados, y cui­dados de mucha consideración; por consiguiente, Vd. debe ante todo levantar dos batallones para defender ese país en todo evento. Aquí dejo ya uno organizado y también dejaré un escuadrón de caballería para que atiendan a la seguridad de la ciudad.

Todavía no sé cuando me iré, pues estoy esperando las noticias que me manda el general Sucre, que debe llegar de hoy a mañana con el coronel Heres, que viene a darme parte de todo. Ayer recibí noticias de Lima: ya habían comenzado a llegar los{ Rifles} para el 8, con los que tendremos unos 5.000 hombres [ 1 ] sin contar a{ Bogotá.} Los enemigos tienen 7.000 y decían que se movían del 15 al 20

de éste, pero esto no puede ser porque ellos no son locos para venir a perder inútilmente, siendo nosotros más fuertes y teniendo una plaza de armas como el Callao. Si los enemigos no vienen estamos determinados a mandar una expedición a Intermedios de 5.000 peruanos, quedando en Lima 6.000 hombres de los aliados, pero esta expedición no va a obrar, sino a llamar la atención por aquella parte para destruir sus tropas en marchas y contramarchas; mientras tanto se disciplinarán nuestros reclutas y se repondrán nues­tros enfermos de la navegación.

Yo pienso que la paz está al hacerse y, por lo mismo, no debemos dar la batalla decisiva. La España está atacada por los aliados y la Inglaterra desea nuestra independencia, con lo que estoy es­perando por instantes la llegada de los enviados españoles, y aun dicen que han venido órdenes a la Costa Firme para cesar las hostilidades: en estas circunstancias todo nos promete paz y prosperidad.

Yo no sé lo que conviene que Vd. haga y las órdenes que nece­sita para mandar. Vd. quedará autorizado como lo estoy yo, pero no deberá hacer uso de esa autoridad sino en caso extremo, para no tener que chocar con nadie. Si Vd. quiere, sin embargo, venir a verme, venga Vd. por si acaso me hallare todavía aquí. De paso puede Vd. dar sus órdenes para que se forme el batallón de Quito, y, en todo caso, a la vuelta se llevará Vd. de aquí armas, pertrechos y cuanto sea preciso para la seguridad de ese país. Aquí tenemos todo, pero nos faltan bestias con qué remitir a Quito un gran parque. Vd. podrá dar las órdenes convenientes y tomar todo lo que quiera de los almacenes de Guayaquil.

Tanto al general Valdés como al general Sucre le han ofrecido el mando en jefe del ejército del Perú y ninguno lo ha querido recibir, porque han temido comprometerse y porque ninguno tiene confianza de vencer, no por falta de tropas sino de obediencia. El presidente dice que insistirá en que tome el mando el general Sucre porque dice que tiene muchas recomendables circunstancias: cuenta con él para todo y no se hará nada que no sea con su aproba­ción. A mí me están esperando por todo el país y hasta las comidas las tiene hechas en Lima.

Soy de Vd. de corazón.

BOLÍVAR

* De un impreso moderno. {Cartas del Libertador} (Fundación Lecuna), tomo III, págs. 390-392.

NOTAS

1) En la copia dice 1.000 por error. El 18 de marzo partió de Guayaquil la primera brigada compuesta de los batallones Vencedor en Boyaca, Pichincha y Voltígeros; y el 12 de abril partió el batallón Rifles de Bom­bona. A estas tropas y sus reemplazos asigna Bolívar 4.600 hombres, sin contar oficiales. (Véase carta a Santander de 29 de abril). Un mes des­pués el 12 y 14 de mayo, se embarcaron el batallón Bogotá y cuatro escuadrones de húsares y granaderos, completándose 6.000 hombres.

Traducción