DOCUMENTO 7405. CARTA DE BOLÍVAR (PARA SANTANDER), FECHADA EN GUAYAQUIL EL 14 DE MAYO DE 1823, EN LA CUAL FORMULA APRECIACIONES EN TORNO A LA CAMPAÑA DEL PERÚ. SE RE­FIERE TAMBIÉN A LOS ENCUENTROS DE MORALES Y MONTILLA Y A ALGUNOS OTROS PARTICULARES.*

Sección
22) Período (02ENE AL 31MAY 1823) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
{Guayaquil, mayo 14 de 1823.}

(Contestada el 21 de junio).

Mi querido General:

Al fin ha salido {Bogotá } con 900 hombres y 300 más que estaban adelante para el mismo cuerpo. Con este batallón hemos man­dado 5.400 hombres y probablemente no mandaré más sino dos escuadrones de caballería, en caso que sepa que son necesarios allí, y fuere yo, lo que aún no está determinado, porque estoy esperando de un momento a otro la respuesta de Sucre a todas mis preguntas sobre el estado del Perú.

Tengo muchas noticias que dar a usted de todas partes.

Canterac está en la Provincia de Jauja con menos de 6.000 hombres, por lo que parece no atacará, y los nuestros, por lo mismo, se han decidido a mandar 5.000 peruanos a Arequipa a lla­marles la atención por aquella parte con el objeto de incomodarlos y de consumirles sus tropas en marchas y contramarchas. Dicen que el enemigo no tiene 2.000 hombres en los puertos de Inter­medios; si es así, nuestra expedición puede lograr muchas venta­jas, y después descender rápidamente por las corrientes y vientos favorables y obrar de acuerdo con las tropas que quedan en Lima. Canterac, aunque reciba refuerzos de 3 o 4.000 nombres, de los que tiene esparcidos en el Perú, probablemente no atacará a Lima, porque entonces deja que nuestra expedición le tome la base de sus operaciones y la fuente de sus recursos, mientras que nuestras tropas se meten en el Callao y refuerzan con nuevos cuerpos la expedición de Intermedios (que así se llaman los puertos de la provincia de Arequipa); en este caso el enemigo no hará más que perder su tiempo y sus tropas, en tanto que los nuestros harían progresos hacia el Desaguadero o el Cuzco. En Lima no temen el ataque de los godos, y yo me alegraría mucho que aquella capital se conserve por nosotros, aunque militarmente es mejor que la ocu

pe el enemigo con un cuerpo fuerte para neutralizar su acción en una operación sin efecto militar, porque el Callao, con 2.000 hombres y el mar, se defiende siglos enteros, los soldados del enemigo desertarían a lo interior, de donde son nativos, y al país que ocupá­ramos nosotros. Todo sería favorable a nosotros.

Un buque acaba de llegar de Chile y dice que en este mes saldría la expedición de tropas para el Perú, aunque no se veía mu­cha actividad para su ejecución; lo demás va bien en cuanto a go­bierno.

Por Panamá he sabido noticias de Europa hasta fines de enero, El {Patriota } dirá a usted su contenido. Todo esto me persuade más y más que la paz se acerca; en consecuencia de esta persuasión he determinado que nada se haga en el Perú sino a golpe seguro para dar tiempo a la paz. Mando a usted una carta que he escrito al presidente del Perú, por ella se impondrá usted de mis ideas.

¿Creerá usted que a fines del mes pasado habíamos gastado ya en Guayaquil 431.000 pesos en tres meses? sin haber acabado los gastos de la expedición y sin contar los gastos hechos en el departamento de Quito; de suerte que habremos desembolsado medio millón de pesos en auxilio del Perú, pero ahorrando sacrificios costosos a la América y a Colombia.

A consecuencia de los papeles de Nariño, Morales ha dado este libelo que no he dejado imprimir porque no sé cómo está por allá el termómetro de la libertad de imprenta. Usted hará el uso de él que quiera. El {Patriota} de esta ciudad contestará en esta semana al general Nariño, según me ha dicho el redactor; supongo que lo hará con moderación, porque él no acostumbra otra cosa. Yo habría querido hacer mucho, pero he calculado que ya es bastante tener contra un particular todo un jefe del gobierno; yo entraría en la cuestión con un papel secundario poco decoroso para mí, porque al fin siempre se sabe quién escribe, y yo no sé jamás degradarme a fingir, y mucho menos a negar. Estoy todo entero donde quiera que está una de mis partes.

Tenemos noticias hasta el 21 de marzo de Cartagena por Panamá; son del mayor interés las que nos comunican sobre Mora­les y Montilla. Sarda había derrotado a López en el Molino, y Montilla había ido a encontrar a Morales en la Goajira. La bestia

lidad de Morales merece un castigo, y Montilla por su prudencia merece la victoria que le espera; es bien afortunado ciertamente si termina la guerra del norte; mucho espero de este encuentro; no sé por qué tengo tanta confianza, a pesar de que se puede temer del General Gómez otra imprudencia como la de Sarda en Sinamaica. La prudencia de Montilla me quita todo recelo.

Aún no ha llegado el correo de Quito. De usted no sé nada hasta fines de marzo; todo abril se ha pasado en claro, mucho deseo saber la instalación del congreso, y si me permite o no ir al Perú.

El artículo de confederación americana, del 10 del corriente, lo he dado yo en respuesta a un artículo de Buenos Aires.

De Mosquera nada sé, aunque solicito sus noticias.

Lea usted los dos números del {Patriota } que mando, porque son interesantes.

Las cosas de Méjico deben estar en marcha hacia la república.

Dos mil fusiles he recibido del Istmo últimamente, que eran los únicos que había en aquel departamento. Carreño pide el reemplazo de estos dos mil fusiles, porque dice que usted no ha man­dado para mí más que dos mil, la mayor parte de muy mala ca­lidad. Insto a usted para que le mande el reemplazo a Carreño. Nosotros hemos recibido 4.000 cabales que son los mismos que pedí a usted.

De corazón,

BOLÍVAR

* De un impreso moderno. {Archivo Santander,} tomo X, pág. 152.

Traducción