DOCUMENTO 7755. BRINDIS DEL LIBERTADOR EN UN BANQUETE QUE LE FUERA OFRECIDO EN LIMA EL 10 DE SETIEMBRE DE 1823.*

Sección
23) Período (02JUN AL 30SEP 1823) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Banquete dado en Lima en obsequio de S.E. El Libertador.

Por más que se esmere la capital del Perú en expresar con públicas demostraciones los sentimientos de su amor, gratitud y respeto hacia el héroe Libertador de Colombia, jamás podrán ser estos proporcionados a la grandeza y dignidad del huésped, ni expresarán jamás los votos, y las esperanzas que tiene en él cifrada la patria. Ayer se sirvió en su obsequio una espléndida mesa de cien cubiertos en las salas del antiguo palacio y en ella, Lima, a pesar de sus infortunios, parece que no se había olvidado de su antigua opulencia. Pero la vista del genio tutelar de la América que le honra, su trato afable y sencillo, daba todo su esplendor al convite, y un nuevo realce muy distinto de aquella estúpida y sombría etiqueta en tiempo de los antiguos virreyes. La cordialidad rebosaba en medio del entusiasmo; y el presidente del Congreso (Dr. Figuerola) [ 1 ] brindó el primero a nombre de la República: {Bolívar}, dijo, {hijo predilecto de la victoria, escucha la voz de la capital del Perú por el órgano del presidente de su congreso.}





{{{Como en el Oriente

Al rayar la aurora

El orbe se dora

En su rosicler:

Y los montes, prados,

Aves, plantas, flores,

Sienten los ardores

Del Sol por nacer:

Así cuando brilla

O Simón, tu espada,

¡Que recogida

Brilla la ciudad!

El gozo más puro

Rebosa toda alma,

Tu espada es la alma

De la libertad.

¡O tu que en Colombia

El yugo rompiste,

Del pueblo que triste

Tres siglos llevó;

Y que en Carabobo,

En Quito y en Pasto

La patria en sus fastos

Con gloria nombró:

El cetro de España

Rompe en esta esfera

Caiga su pendón;

Y rompiendo Lima

Todas sus cadenas

Cuente como Atenas

un otro {Simón.}}}}





{En seguida el presidente de la República, tomó la copa, y lleno de aquel fuego patriótico que lo distingue dijo:} al pisar el héroe de Colombia la tierra de los Incas, he aquí nuestro Libertador, exclamaron enagenados de admiración y de gozo los hijos del Sol. Sí, general: la fortuna va a guiar tus pasos; la victoria te espera en las heladas cumbres de los Andes para ceñirte con sus laureles, y las ninfas del Rimac [ 2 ] entonan ya los himnos para celebrar tus triunfos.

{Hasta entonces el General Bolívar que modesto en medio de tantas glorias, no había aún roto el silencio, brindó con su natural franqueza:} —por el buen genio de la América que trajo al General San Martín con su ejército libertador desde las márgenes del Río de la Plata hasta las playas del Perú; el General l´Higgins que generosamente lo envió desde Chile; el congreso del Perú que ha reasumido de nuevo los derechos soberanos del pueblo, y ha nombrado espontánea y sabiamente al General Torre-Tagle de presidente del Estado; y porque a mi vista los ejércitos aliados triunfen para siempre de los opresores del Perú.

{Contestó el Sr. O´Higgins asegurando} que había de ser siempre este día el más placentero de su vida, pues que veía reunidas las cuatro grandes secciones de la América meridional para ser mandadas por el hijo predilecto de la victoria.

{Levantóse inmediatamente el Sr. Unanue}[ 3 ],{ y con su acostumbrada elocuencia dirigiéndose a S.E. el Libertador de Colombia le arengó en estos términos,}

Señor: Que el carro de los triunfos de V.E. corra con tanta velocidad a los extremos australes del Perú, cuanta ha sido la que le ha conducido del mar Atlántico al Pacífico, y que las amables ninfas del Apurimac los celebren con igual placer que las del Apure.

Los héroes del viejo continente marcharon en sus empresas oprimiendo los pueblos libres: V.E. las sigue en este nuevo, libertando a los esclavos. Por esto la naturaleza y las ciencias lo han decorado de un modo que no tuvieron aquellos. Por dilatadas que fueran sus campañas, jamás tocan ni al ecuador ni al trópico. V.E. ha vencido bajo del primero, y coronádose por este gran círculo, pisando con su planta victoriosa el centro en que la balanza arregla el movimiento del globo terráqueo, y en que la mantiene al fiel la prodigiosa altura de los Andes, y sus riquísimas entrañas. Tuvo allí V.E. por símbolo de su fuego patriótico, y ardor generoso, las llamas inextinguibles del Pichincha, y Cotopaxi [ 4 ]; y por el de su alto genio, y monumento de sus victorias las elevadísimas cumbres de Illinisa y Chimborazo [ 5 ]. Las ciencias mismas ofrecieron un reposo a las fatigas del combate sobre los restos preciosos de los trabajos que levantó la astronomía para señalar el paso preciso de la línea media al grado austral, averiguar la figura de la tierra, y encender un claro fanal que dirigiese la navegación. Los que escribiesen esta parte de la vida de V.E. no deberán olvidar tan importantes acasos.

Ahora bajo los auspicios del Ser Supremo marche V.E. a la cabeza de las valientes legiones de Colombia, Panamá, Arauco y el Perú para ceñir su frente vencedora con el círculo de Capricornio en que termina esta tierra de los Incas; que por lo que hace a mí que he nacido en ella, la pluma que en sentir de sabios de la América del Norte, supo medirse con los grandes fenómenos que esplanaba, no desfallecerá al copiar un héroe; pues valiéndome de la expresión del príncipe de los poetas romanos he dicho que en este clima dichoso la cansada vejez no debilita el vigor del ánimo:

Siguiose el General Guido [ 6 ] expresando los más ardientes deseos para que acelerase el tiempo su marcha, y que llegase la época en que la civilización hiciese desaparecer para siempre de este suelo el fanatismo, la superstición y la discordia.

Tomó la palabra el Ministro de Guerra (General Conde de SanDonás) [ 7 ], y lleno de aquella electricidad patriótica que lo distingue, y que lo ha hecho tan acreedor a la estimación pública en las circunstancias del día: fortuna: dijo, emprende tu majestuoso vuelo desde las faldas del Chimborazo hasta las cumbres de nuestros Andes, y espera allí al inmortal Bolívar para ceñirle su frente con laureles del Perú.

Entonces tomó de nuevo la copa el Libertador presidente de Colombia, brindando, —Por el campo que reúna las banderas del Plata, Colombia y Castilla, y sea testigo de la victoria de los americanos, o los sepulte todos.

Siguió el Ministro Plenipotenciario de Colombia (Sr. Mosquera), y dijo, que el establecimiento de la independencia no sería menos glorioso para la América, ni menos interesante para la humanidad, que su descubrimiento primero: y que no estaba muy distante el día en que el nuevo mundo retribuyese con usura al antiguo las luces y ciencias que de él había recibido.

Brindó de nuevo nuestro presidente de la República, felicitando a los valientes aliados por el héroe que iba a conducirlos a segar nuevas palmas en los campos de Marte, y a cimentar con la sangre de los tiranos el grandioso edificio de la libertad, y de la universal prosperidad de la América.

Se levantó al fin el Libertador de Colombia, y lleno de aquel inextinguible fuego republicano que brilla en sus ojos y en todos sus ademanes, dijo con aquel mismo tono que ha inspirado tantas veces la confianza en sus valientes tropas en los campos de Marte: -""Porque los pueblos americanos no consientan jamás elevar un trono en todo su territorio: que así como Napoleón fue sumergido en la inmensidad del océano, y el nuevo emperador Iturbide derrocado del trono de Méjico, caigan los usurpadores de los derechos del pueblo americano, sin que uno solo quede triunfante en toda la dilatada extensión del nuevo mundo"".

Concluyó por último él presidente del Congreso (Dr. Figuerola) pidiendo al cielo que las repúblicas del nuevo mundo oscurezcan las glorias de los del antiguo, que nuestros congresos hagan olvidar los areópagos y senados: que nuestros generales superen virtudes civiles y militares a los Temístocles y Escipiones: que el presidente de nuestra república continué siendo cada instante más acreedor a las bendiciones que le tributa la patria; y que el genio de Colombia se coloque en el templo de la inmortalidad a la diestra de Washington, el primer héroe de la libertad, y de la historia reciente [ 8 ].

* De un impreso moderno. ""Revista de la Sociedad Bolivariana de Venezuela"", volumen XXII, Nº 75, págs. 426-428.

NOTAS

1) Justo Figuerola, político peruano, fallecido en 1854.
2)
Rímac, río del Perú que atraviesa a Lima y desemboca en el Pacífico. Ciudad del Perú, cerca de Lima.
3)
José Hipólito Unanue (1755-1823), prócer peruano, hombre de ciencia y denodado luchador por la independencia. Al principio no simpatizaba con Bolívar, pero después de conocerlo se convirtió en uno de sus más fieles amigos y colaboradores
4)
Pichincha y Cotopaxi, volcanes del Ecuador, famoso este último por ser el más elevado de la Tierra
5)
Illinisa y Chimborazo, también volcanes del Ecuador.
6)
Los generales Tomás y Rufino Guido intervinieron por igual en las luchas por la independencia del Perú.
7)
Juan de Berindoaga, Vizconde de San Donas, noble peruano que prestó importantes servicios a la independencia del Perú, aunque después

conspiró contra la libertad de su patria al unirse a Torre Tagle, cuando

éste abrazó la causa del enemigo. Sometido a juicio por traición a la patria,­

fue condenado a muerte y ejecutado.
8)
La índole del feliz suceso, donde además, son varias las veces que

el Libertador toma la palabra, nos ha impulsado a reproducir íntegro el

escrito aparecido en la enunciada publicación.

Traducción