DOCUMENTO 10139 MEMORIAL DEL LIBERTADOR DIRIGIDO AL GENERAL DE DIVISIÓN FRANCISCO DE PAULA SANTANDER, VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA Y ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO, FECHADO EN LIMA EL 18 DE FEBRERO DE 1825, POR MEDIO DEL CUAL LE TRATA VARIOS ASUNTOS: INFORMACIÓN ACERCA DE LA INSTALACIÓN DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DEL PERÚ; LA INSISTENCIA DE ESTE CUERPO PARA QUE EL.LIBERTADOR CONTINÚE AL FRENTE DEL GOBIERNO; ANUNCIA DE SU PRÓXIMO VIAJE AL ALTO PERÚ, Y SOLICITUD DE LA EJECUCIÓN DE DICHO TRASLADO.*

Sección
29) Período (02ENE AL 30JUN 1825) Correspondencia Oficial

Personas

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Palabras Clave

Descripción:
Lima, 18 febrero de 1825.

Excelentísimo Señor Vicepresidente de la República de Colombia, encargado del poder Ejecutivo, &, &, &.

Excelentísimo Señor:

Reunida la representación nacional del Perú el 10 de este mes, tuve la gloria de presentarle la nación en estado de libertad política y de paz interna; debido todo, a los heroicos esfuerzos del Ejército Libertador que ha llenado de un modo maravilloso los votos de los pueblos del Nuevo Mundo.

El Congreso Constituyente del Perú se ha mostrado digno de representar a una nación generosa: la gratitud más ilimitada ha dictado sus sentimientos y sus decretos. Los representantes de este pueblo han rivalizado en magnanimidad a sus gloriosos libertadores; a quienes han colmado de gracias y recompensas.

El Congreso se ha obstinado en denegarse a recibir el mando supremo que me había conferido un año a: ha cerrado sus oídos a mis enérgicos reclamos, y aun a mis increpaciones, que el respeto que se debe a la soberanía, debió ahogar en mis labios. Yo quise herir el orgullo nacional, para que mi voz fuese oída; y el Perú no fuese mandado por un colombiano; pero todo ha sido vanamente. El grito del Perú ha sido más fuerte que el de mi conciencia: he cedido por complacencia, estando muy lejos de la convicción. Yo no he podido resistir a un pueblo que me cree necesario para su conservación aunque su existencia ya está asegurada por sus victorias y por sus leyes. Un terror pánico a la anarquía, domina todavía el ánimo de los peruanos. Para calmar este doloroso sentimiento, me he creído obligado a ofrecer mi permanencia aquí, hasta la reunión del próximo Congreso, en el año de 26 [ 1 ]]; siempre que los representantes de la soberanía nacional de Colombia me permitan esta ausencia, y el ejercicio de una autoridad que reconozco monstruosa en sí misma, y demasiado impropia en mí.

Ruego a VE. se sirva presentar al Congreso Nacional, los documentos que tengo la honra de incluir a VE. si el Congreso se digna aprobar mi conducta, mi gozo será extremo; y si me llama, ninguna causa me detendrá, porque mi primer deber es la obediencia a Colombia.

Dentro de pocos días emprenderé mi marcha al Alto Perú, territorio ocupado por tropas españolas. Yo he creído que dejaba incompleta la obra, si no terminaba la guerra por esta parte.

Como el Congreso me ha prohibido marchar más allá de los límites del Perú, me encuentro en la mayor perplejidad con respecto a mi marcha al Potosí; siendo aquel país hasta hoy puramente español y deseado a la vez por el Perú y las provincias del Rio de la Plata. En tales circunstancias me dirijo a V.E. para que se sirva someter al Congreso esta duda que verdaderamente turba mi tranquilidad. Yo no pretendería marchar al Alto Perú, si los intereses que allí se ventilan, no fuesen de una alta magnitud. El Potosí es en el día el eje de una inmensa esfera. Toda la América Meridional tiene una parte de su suerte comprometida en aquel territorio, que puede venir a ser la grande hoguera que encienda nuevamente la guerra y la anarquía. Espero que el Congreso decida, si me es permitido o no, pisar el suelo argentino, en el caso de que mi presencia sea reclamada allí por las circunstancias.



No me es posible terminar este despacho sin expresar al gobierno de Colombia la extensión del reconocimiento de la nación peruana por los servicios que le han prestado el pueblo y ejército colombiano en esta época de agonías. Es a Colombia a quien el Perú reconoce deber su libertad. Por tanto, el Congreso peruano ha querido expresar por una comisión de su seno la obligación en que se halla con respecto a los representantes de Colombia, que decretaron los auxilios que le han dado vida; y al Poder Ejecutivo, que tan generosamente empleó toda la energía de sus facultades en cumplir la voluntad nacional. Esta comisión va a llenar aquel dulce y noble deber que impone siempre a la gratitud la beneficencia.

Tengo el honor de ofrecer a V.E. los testimonios de mi consideración y respeto.

BOLÍVAR

* Del original. Archivo del Libertador, Sección O´Leary, tomo 38, folios 19 recto a 20 Vto. También se halla en la Gaceta de Colombia, N° 186 del 8 de mayo de 1825, p. 2. El presente documento fue llevado a Bogotá y presentado al Vicepresidente, el 2 de mayo, por los diputados Manuel Ferreiros y Jerónimo Agüero, quienes, en forma verbal, expusieron al gobernante colombiano los sentimientos de amistad y agradecimiento del pueblo y gobierno peruano, por la intervención de Colombia en las acciones que remataron en la pampa de Ayacucho.

NOTAS

1) Se refiere al Congreso convocado en Panamá para el año 1826.

Traducción