DOCUMENTO 8658 CARTA DE BOLÍVAR AL GENERAL BARTOLOMÉ SALOM, FECHADA EN PATIVILCA EL 24 DE ENERO DE 1824, CON INSTRUCCIONES PARA TERMINAR LA GUERRA DE PASTO. LE PARTICIPA LOS CAMBIOS HECHOS EN LOS GOBIERNOS DE LAS PROVINCIAS Y LO AUTORIZA PARA OBRAR CONFORME A LAS CIRCUNSTANCIAS. LE INFORMA SOBRE LA SITUACIÓN DEL PERÚ*

Sección
25) Período (01ENE AL 28FEB 1824) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Pativilca, 24 de enero de 1824.

Señor general Bartolomé Salom.

Mi querido general:

He recibido antes de ayer el extraordinario que Vd. me mandó con fecha del 30 de diciembre desde Quito. Ya empezamos a perder fusiles con los señores pastusos por descuido y necedad, no por otra razón; así se ha mantenido la guerra de Pasto de nuestras culpas y faltas. Yo repito que Flores es el que mejor puede mandar el ejército, y que Oban-do y Pallares pueden muy bien mandar divisiones. Si algún jefe de graduación estorba para esto, se le saca del ejército y se le dan comisiones importantes en otra parte. Yo preveo que la guerra de Pasto no se acabará en muchos años si de Bogotá no mandan 3.000 hombres y otros tantos por nuestra parte. Por tanto, tome Vd. las medidas más eficaces a fin de no dejar de completar los 3.000 hombres de nuestra parte.

Conviene absolutamente que el general Castillo vaya a Quito para que no se burlen nuestros enemigos del gobierno, como ha sucedido con ese libelo que han fijado a presencia de la autoridad pública y sabiendo las facultades extraordinarias que Vd. tiene del congreso, dadas a mí y delegadas a Vd. El general Castillo aunque haga falta en Guayaquil, como lo hará, no puede ser reemplazado en Quito por ninguno de nuestros jefes militares. El general Morales no tiene carácter para hacerse respetar en Quito, y así he mandado que vaya a Cuenca que es un gobierno y un país de menor importancia. El coronel Torres, que es muy amable y se ha acreditado en Cuenca, será querido en Guayaquil, que bien merece que lo trate bien por la buena conducta que han tenido hasta ahora sus habitantes.

Procure Vd. que se llenen todos mis encargos, pedidos muchos días ha; pero atienda Vd. de preferencia a Pasto, porque ésta es un padrastro horrible contra nosotros. A pesar de todo lo que he prevenido a Vd. hasta ahora, y apesar de lo que se ha ordenado de oficio, yo autorizo a Vd. para que obre libre y ampliamente en todos los negocios del Sur de Colombia, arreglándose a las circunstancias del momento más bien que a mis órdenes y advertencias. Tengo demasiada confianza en Vd. para coartarle sus facultades a la distancia en que estamos. Por otra parte, Vd. que está cerca de los negocios, debe elegir mejor que yo las medidas que sean convenientes.

Quedo instruido de lo que Vd. le dice al general Sucre sobre nuestros amigos de Quito y sobre el estado moral de sus habitantes. Nosotros de­bemos libertarlos a su pesar, para poder concluir esta guerra y retirarnos a nuestras casas. De otro modo estaremos siempre en campaña hasta el fin del mundo.

Por acá va todo bien: se sabe que la Inglaterra ha reconocido nuestra independencia y que va a tomar una parte muy activa para terminar nuestra lucha con España. Parece que Fernando VII se ha ido para Madrid y que las cortes habían hecho una transacción con los franceses.

Por acá se trata de un armisticio con los españoles con motivo de la llegada del enviado de Buenos Aires a proponer este negocio al gobierno del Perú. Yo no me he querido meter en nada, ni me meto, porque tengo que tomar parte en este mismo negocio como jefe de Colombia: como tal jefe haré lo que me parezca mejor y como jefe del Perú no puedo ni debo hacer nada. De todos modos, no nos resultará daño, porque de todo se puede sacar mucho partido, sabiéndose usar del tiempo y de las circunstancias.

Yo espero con impaciencia los socorros que me vienen del Istmo y de Guayaquil y también espero que Vd. hará un esfuerzo para que los reciba lo más pronto posible.

Adiós, mi querido general, soy de Vd. de todo corazón.

BOLÍVAR

P.D. — Déle Vd. memorias de mi parte a los señores Aguirre, Salvador y Espantoso, a este último que le he respondido su amable carta por separado y que espero que se lleve bien con el general Castillo, lo mismo que el resto del tribunal, a pesar de su decreto contra dicho general.

* De un impreso moderno; ""Cartas del Libertador"" (Fundación V. Lecuna). Tº IV, págs. 44-46.

Traducción