DOCUMENTO 7695. OFICIO DE TOMAS DE HERES PARA SUCRE, FECHADO EN AMBATO EL 26 DE JULIO DE 1823, EN EL CUAL, POR MANDATO DE BOLÍVAR, LE AVISA RECIBO DE SU CARTA Y LE TRANSMITE LAS OBSERVACIONES DE ESTE A PROPOSITO DEL CONTENIDO DE ELLA QUE SE RELACIONA CON LOS SUCESOS DEL PERÚ.*

Sección
23) Período (02JUN AL 30SEP 1823) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Al señor General de División A.J. de Sucre.

Señor General:

S.E. el Libertador Presidente se ha impuesto con mucha satisfacción de la juiciosa y bien concebida carta de US. de 25 y 26 del mes próximo pasado, y después de haber meditado larga y detenidamente sobre el contenido de esta interesante comunicación de US., me manda trasmitirle las observaciones que le han ocurrido, y que S.E. cree de más grande interés.

Bajo cualquier respecto que se considere la situación del General Canterac y su ejército, no dejará de parecer embarazosa y difícil a los que conocen el país que es el teatro actual de sus operaciones, y a los que calculen sobre los principios generales de la guerra. Creo excusado detallar a US. las razones que S.E. encuentra para creer la situación del General Canterac tal cual la he indicado. Inmediato US. a las cosas, conocerá US. tan bien como S.E., que al General Canterac se le hace imposible contramarchar de la sierra, subsistir mucho tiempo en la costa, y más imposible aun permanecer pacífico espectador de la pérdida del país. En tal estado, el Libertador es de sentir que sea por la necesidad de hacer algo, o sea alucinados por las abultadas noticias que han corrido sobre los sucesos de Pasto, por las falsas que se han esparcido de disensiones civiles en el interior de la República, y más que todo por la debilidad en que, con razón, nos consideran en el Sur los enemigos, al fin tomarán el partido de invadir el Norte del Perú, y correrán hacia el Sur de Colombia, ya para prolongar la contienda y ya para buscar la subsistencia y las comunicaciones marítimas que le faltan. Es fundado en estas consideraciones, que S.E. el Libertador Presidente me manda decir a US.: que le parece muy conveniente y aun necesario, que los dos mil hombres veteranos de Colombia que debían ir a Intermedios, permanezcan, como todas las demás fuerzas que se puedan reunir, en el Callao o cualquiera otra parte del Norte del Perú, y que a Intermedios no vayan sino las tropas de Chile para que obren con las demás de aquel Estado, que para esta fecha cree S.E. por aquella parte. Permaneciendo US. en el Callao, se obligaba a los enemigos a perecer, bien fuese en la inacción o bien en cualquiera movimiento que ejecutasen; mientras que nuestras fuerzas se conservaban en la actitud más imponente que se podía esperar. Si los enemigos contramarchaban a la sierra, la desmoralización y nuestras tropas lo destruirían irremediablemente. Si invadían el Norte del Perú, colocados entre US. y las fuerzas que podíamos reunir entre Trujilo o Lambayeque, serían destruidos en un combate desigual; y de un modo o de otro la campaña sería decidida en nuestro favor. Por otra parte: si US. fuese con los dos mil hombres veteranos a Intermedios, cree el Libertador, en primer lugar, que no llegarían a tiempo de hacer nada de importancia, porque ya para entonces estaría el General Santa Cruz sobre Puno y la Paz, y en segundo lugar, prevé S.E. que el nacionalismo, y tal vez rivalidades y celos que se excitarían entre dos Jefes de igual graduación y de distintos Estados, entorpecerían el curso de la campaña, y aun quizá producirían males de la más alta trascendencia.

El Libertador está resuelto a marchar volando al Perú, y hacer todo lo posible por atraer hacia el Norte a una parte del ejército español, pues S.E. cuenta por infalible la victoria que alcanzaríamos sobre ella, y por su consecuencia la disolución del resto del ejército, o bien piensa S.E., si los enemigos conservan todas sus fuerzas sobre el Callao, llamarles la atención por Jauja y Huancayo, mientras que S.E. en persona los estrecha por el Norte y los obliga a un combate desesperado.

Así pues, repito a US. la orden de S.E. para que permanezca US. en el Bajo Perú con todas las fuerzas de Colombia y cuantas más le sea posible reunir; y añado ahora, que si han salido para Intermedios los dos mil hombres veteranos, vuelvan inmediatamente al Bajo Perú. Estas fuerzas allí reunidas, quiere S.E. que US. las mantenga armadas, bien vestidas y equipadas; en fin, en estado de entrar en campaña en el momento que se le ordene. US. no debe tener el menor cuidado por el éxito de la expedición del General Santa Cruz, porque S.E. cree, según las comunicaciones que ha recibido de este Jefe, que con los tres mil quinientos o cuatro mil chilenos que pueda reunir en Intermedios, los cinco mil quinientos hombres que llevó, y la más gente que se le una, podrá no sólo llenar el objeto de su expedición, sino alcanzar ventajas que no estaban en el cálculo de nadie. S.E. autoriza a US. para que en cuantos casos ocurran, comprometa la intervención de Colombia para el pago de cuantos auxilios US. necesitare; recomendando sólo a US. se mire mucho en los gastos.

El Libertador ordena la permanencia de nuestras tropas en el Bajo Perú, o su regreso siempre que hayan marchado a los puertos de Intermedios, suponiendo siempre que el enemigo permanece con la mayor parte de sus fuerzas ocupando a Lima y extendiéndose hacia el Norte. Pero, si el enemigo vuelve a tomar el camino de la sierra y se dirige al Cuzco, como es posible aunque improbable; en este caso, el Libertador manda que US. con tres mil colombianos se embarquen para el Alto Perú, para irse a oponer a Canterac; pues entonces todo cambia de aspecto y todo llama nuestras fuerzas al Alto Perú, para destruir por aquella parte un enemigo que llegará muy disminuido por tan larga marcha. S.E. el Libertador autoriza a US. sin embargo de todo lo dicho, para que obre discrecionalmente bien cumpliendo estas órdenes, o las anteriores dadas por el Libertador.

Dios etc. Cuartel General en Ambato a 26 de julio de 1823.-130.

El Jefe de Estado Mayor General.

TOMAS DE HERES

* De un impreso moderno. O´Leary, ""Memorias""; tomo XX, págs. 227-230.

Traducción