DOCUMENTO 7669. BOLETÍN DEL EJERCITO LIBERTADOR, FECHADO EN IBARRA EL 18 DE JULIO DE 1823, EXPLICATIVO DE LOS SUCESOS QUE CULMINARON CON EL TRIUNFO DE LAS ARMAS PATRIOTAS CONTRA LOS FACCIOSOS DE PASTO.*

Sección
23) Período (02JUN AL 30SEP 1823) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Cuartel General en Ibarra a 18 de julio de 1823, 13°



{{{ESTADO MAYOR GENERAL

BOLETÍN DEL EJERCITO LIBERTADOR}}}



Los facciosos de Pasto, capitaneados por el traidor Agustín Agualongo, después de la ventaja que obtuvieron destruyendo la guarnición que mandaba el Coronel Flores, marcharon sobre esta Villa animados con aquel suceso y con la retirada que haría nuestra columna de vanguardia a las órdenes del señor General Salom, avanzada hasta Puntal. S.E. previno siempre a este General que de ningún modo comprometiera su fuerza, y que atrapase al enemigo todo lo posible para poderlo batir en un campo abierto, y lejano de las guaridas de Pasto. Así se ejecutó, y el 12 por la tarde ocuparon los facciosos esta Villa. Nuestras fuerzas replegaron hasta Guayabamba, así para lograr el plan adoptado, como para reunir las columnas de retaguardia que venían desde Guayaquil. Organizadas todas en tres secciones: la primera, compuesta de los Guías de la Guardia y Batallón Yaguachi al mando del señor General Salom; la segunda, de Granaderos a caballo y Vargas a las órdenes del señor General Barreto, y la tercera, compuesta de la artillería y Batallón de Quito, a las del señor Coronel Mires, marcharon el 15 por la vía de Tabacundo, y ayer, a la una de la tarde, estábamos en este lugar, en donde permanecían los facciosos en número de mil quinientos hombres, de toda arma, ignorando nuestros movimientos, y ocupados de robar y [remi...] [ 1 ]] a su retaguardia los efectos de su botín.

S.E. el Libertador en persona con un Ayudante de campo y ocho guías haría la descubierta. El enemigo, enteramente descuidado, sólo tenía en la dirección que traíamos una partida avanzada, cuidando bestias que fue lanceada por la nuestra: dos hombres que de ella escaparon heridos dieron aviso al enemigo que inmediatamente se alarmó. S.E. hizo colocar a derecha e izquierda del camino, y la caballería en el Centro con orden de tomar la ciudad avanzando simultáneamente. Apenas supieron los facciosos que se les atacaba, emprendieron retirarse y situarse del otro lado del río de esta Villa, posición muy defendible, por escarpada y estrecha, con un puente por medio, pero nuestra caballería que recibió orden para cargarlos en el acto, lo ejecutó de una manera tan veloz, que desde las Calles fueron puestos en desorden, y empezaron a morir a lanzazos. Tres veces pudieron reunirse y defenderse desde el puente hasta el Alto de Aluburu porque nuestras tropas en el estrecho no pudieron pasar tan rápidamente como lo deseaban. La obstinación de los pastusos en defenderse y cargar era inimitable; pero en el día de ayer, todo les fue inútil, porque nuestros Granaderos a caballo y Guías marcharon resueltos a exterminar para siempre la infame raza de Pasto. La mayor parte de ellos han muerto, y los que pudieron escapar dispersos, no pueden llegar al Guáitara sin ser presos por nuestra Caballería que los sigue, y por los pueblos y partidas patriotas del tránsito de los Pastos. Desde esta Villa hasta Chota se cuentan más de 600 muertos en quienes el coraje de nuestras tropas, y la venganza de Colombia aún no ha podido saciarse. Su armamento y cuanto tenían aquí está en nuestro poder.

No puede ponderarse la audacia y determinación de nuestros Jefes y Oficiales de una manera que corresponda a lo que han hecho. El Benemérito General Salom se comportó del modo más arrojado que puede decirse, y el señor General Barreto con el valor que acostumbra. Se recomienda muy particularmente la conducta de estos dos bravos Generales, la del señor Coronel Ibarra, primer Edecán de S.E., la del Teniente Coronel Medina, que hizo prodigios como nadie, la de los otros Edecanes, Alvarez, O´Leary y Santana, la del Comandante de Guías, Martínez, y el de Granaderos a Caballo, Paredes, el Mayor de Guias, Herrán, los Capitanes Sandoval y Pío Díaz, el Teniente Camacaro, los Alféreces de Guías Sanoja y Girón y todos los demás subalternos de Caballería. Nuestra infantería, aunque no pudo entrar en combate toda ella, manifestó los más vivos deseos de combatir y de distinguirse, muy singularmente el Mayor Arévalo de Yaguachi y los Coroneles Chiriboga y Maza, y los Comandantes Farfán y Pallares llenaron su deber como todos los demás oficiales y tropa.

Sólo hemos tenido trece muertos y ocho heridos, entre ellos el Comandante Martínez y dos subalternos de levedad y sólo un soldado de gravedad.

Los restos miserables que han podido escapar son perseguidos en todas direcciones por la caballería, y S.E. mismo lo hizo hasta el puente de Chota. La infantería sigue hoy mismo por la ruta prin­cipal.

Reciba Colombia, y principalmente el Departamento de Quito, las congratulaciones del Ejército Libertador por haberle dado su libertad por tercera vez, y en circunstancias más difíciles que en otras.

El Ayudante General

VICENTE GONZÁLEZ

*De un copiador del Archivo del Libertador. Sección J. de F. Martín. Tº XXVI, F° 32 al 33 y vto.

NOTAS

1) Testado: remi...

Traducción