DOCUMENTO 6997. OFICIO DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ PARA EL MINISTRO DE ESTADO Y RELACIONES EXTERIORES DEL PERÚ, FECHADO EN CUENCA EL 9 DE SEPTIEMBRE DE 1822, EN EL CUAL DE PARTE DE BOLÍVAR, LE COMUNICA LA INQUIETUD QUE EXPERIMENTA EL LIBERTADOR POR LA SUERTE DEL PERÚ. LE INFORMA SOBRE LA ENTREVISTA CON SAN MARTIN Y DE SU PROPOSITO DE ENVIAR A ESE PAÍS 4.000 HOMBRES. SEÑALAMIENTOS SOBRE ESTOS PARTICULARES.*

Sección
21) Período (03JUL AL 31DIC 1822) Correspondencia Oficial

Personas

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Palabras Clave

Descripción:
Cuartel General en Cuenca, a 9 de septiembre de 1822, 12º.

Al Illmo. señor Ministro de Estado y Relaciones Exteriores del Perú.

S.E. el Libertador me manda dirigir a V.S. la presente comunicación que por su importancia es remitida por un extraordinario a fin de alcanzar si es posible las ventajas que S.E. se propone. Aunque S.E. el Protector del Perú en su entrevista en Guayaquil con el Libertador no hubiese manifestado temor de peligro por la suerte del Perú, el Libertador, no obstante, se ha entregado desde entonces a la más detenida y constante meditación, aventurando muchas conjeturas que quizás no son enteramente fundadas, pero que mantienen en la mayor inquietud el ánimo de S.E. El Libertador ha pensado que es de su deber comunicar esta inquietud a los gobiernos del Perú y Chile y aun al del Río de la Plata y ofrecer desde luego todos los servicios de Colombia en favor del Perú. S.E. se propone en primer lugar mandar al Perú cuatro mil hombres más de lo que se han remitido ya, luego que reciba la contestación de esta nota, siempre que el Gobierno del Perú tenga a bien aceptar la oferta de este nuevo refuerzo, el que no marcha inmediatamente porque no estaba preparado y porque tampoco se ha pedido por parte de S.E. el Protector. Si el gobierno del Perú determina recibir los cuatro mil hombres de Colombia espera el Libertador que vengan transportes y víveres para llevarlos, anticipando el aviso para que todos los cuerpos se encuentren en Guayaquil oportunamente. En el caso de remitirse al Perú esta fuerza el Libertador desearía que la campaña del Perú se dirigiese de un modo que no fuese decisivo y se esperase la llegada de los nuevos cuerpos de Colombia para obrar inmediatamente, y con la actividad más completa, luego que estuviesen incorporados al ejército aliado. S.E. no se atreve a insistir mucho sobre esta medida porque no conoce la situación del momento; pero desea ardientemente que la vida política del Perú no sea comprometida, sino con una plena y absoluta confianza en el suceso. El amor a la causa de América le ha dictado estos sentimientos que no ha podido reprimir y que se ha creído obligado a comunicar a ese gobierno. Además me manda S.E. el Libertador decir a V.S. cuales son sus designios ulteriores en el caso de que el ejército aliado no venga a ser el vencedor en la nueva campaña del Perú. Desearía S.E. que los restos del ejército aliado, siempre que éste tenga algún infortunio, se retiren hacia el norte de modo que puedan inmediatamente recibir seis u ocho mil hombres de refuerzo que irían inmediatamente a Trujillo o más allá. Si los restos del ejército aliado llegasen a replegar por el sur, S.E. desearía que el gobierno de Chile le prestase un refuerzo igual para que obrando por aquella parte se pudiese dividir la atención de los enemigos mientras que el ejército de Colombia por el norte obraba sobre Lima, en unión de los cuerpos que se levantasen en Piura y Trujillo. De todos modos es el ánimo del Libertador hacer los mayores esfuerzos por rescatar al Perú del imperio español y se atreve a pedir con el mayor ardor al gobierno de Chile que siga su ejemplo en esta parte, y que haciendo un esfuerzo igual mande seis u ocho mil hombres por la parte del sur del Perú a obrar con la misma actividad, o más, si es posible, que la que S.E. piensa desplegar en tales circunstancias. Insta mucho el Libertador a ese gobierno para que tome el mayor empeño con las autoridades del Río de la Plata a fin de que se destine un ejército de cuatro mil hombres, por lo menos, hacia el Cuzco en el caso que sufra el ejército aliado un revés. Pero aunque este caso es remoto no debemos verlo como tal, sino que considerándolo ya como presente, las medidas más eficaces sean empleadas, para arrancarle al enemigo de entre las manos su flamante victoria, y no le demos tiempo para gozarse de ella y de arruinar los intereses de la América Meridional. Estas son las ideas que más afectan al Libertador en este momento y me manda encarecer a V.S. la importancia que en su concepto merecen.

Tengo el honor de ser de V.S. con todo respeto, obediente servidor.

J. GABRIEL PÉREZ

* De un impreso moderno. ""Cartas del Libertador"". (Fundación Le-cuna), tomo III, págs. 283-290

Traducción