DOCUMENTO 1833. DEL ORIGINAL. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR A SU EXCELENTISIMO EL GENERAL JOSÉ ANTONIO PÁEZ, FECHADA EN BOGOTÁ EL 30 DE OCTUBRE DE 1828; LE RATIFICA QUE NOMBRO AL GENERAL SUCRE JEFE DEL MANDO DEL SUR Y LAS NOVEDADES DE LO SUCEDIDO CON LA MAR EL CUAL HA PRONUNCIADO UNA PROCLAMA CONTRA MI PERSONA.

Sección
34) Período (02ENE AL 26DIC 1828) O.C.B.

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Bogotá, 30 de octubre de 1828.

A S. E. EL GENERAL JOSÉ ANTONIO PÁEZ.

Mí querido general:

No tenemos que añadir a Vd. en este correo sino la llegada del general Sucre a Guayaquil, después de haber estado en el Callao, de donde pudo observar la conducta del gobierno del Perú con nosotros. La Mar ha dado una furiosa proclama contra mi, y se ha denegado con insolente respuesta a los oficios amistosos que le ofreció el general Sucre para componer las desavenencias con Colombia. La Mar ha venido a mandar el ejército que está en nuestra frontera y probablemente habrá un rompimiento muy pronto, tanto más cuanto que la insurrección en Patia por Obando debe animar mucho a nuestros enemigos, creyendo que es gran cosa, aunque hasta ahora no lo es, pero que puede ser, si los pastusos se levantan, como es posible que suceda, atendida su mala voluntad a Colombia. He dado el mando del Sur al general Sucre con facultades de hacer la guerra o la paz y cuanto tenga por conveniente. Nuestras tropas montan a 6.000 veteranos capaces de resistir al Perú; pero si hay una insurrección por estos pueblos, necesitamos siempre de tropas por estos contornos, para mantener el orden y hacer respetar el gobierno. Por lo mismo, conviene aumentar las tropas en esos departamentos y mandarme, desde luego, las que le sean a Vd. posible, pues estamos en una situación muy crítica. Además repito mi demanda del batallón de Granaderos y el escuadrón del Zulia, para que vengan a Tunja, y Vd. debe reemplazar esa guarnición con otra de toda confianza e inmediatamente, para que Maracaibo no quede sin custodia y se pierda en un momento.

Nada tememos de españoles: cada día vienen noticias más consoladoras por esta parte y, al fin, parece que no hay nada con respecto a nosotros. Este es un alivio en estas circunstancias. En el estado en que están las cosas, he deseado que venga Diego Ibarra junto a mí, y que ponga en su lugar en Puerto Cabello al general Valero, a quien ofrecí este destino en caso que vacase. En aquella plaza debe estar un amigo fiel y común a ambos, pues de otro modo hay disgustos o sospechas, que son peores en circunstancias en que todo el mundo está inquieto. El general Carabaño puede hacer lo que hacía Valero, y lo hará mejor porque es hombre de economía, virtud que se debe recomendar a Valero, porque no la tiene y bota cuanto puede con su generosidad ordinaria.

Tengo un fuerte empeño, por el general Sucre, de mandar pagar el dinero que dio en plata en Guayaquil para que se lo pagaran a sus hermanos en Cumaná. Yo he resuelto que Vd. les permita la extracción de las muías que sean necesarias para que se cubran de su deuda, pero cargando por cada muía 30 pesos de derecho, de modo que ellos venderán la gracia de la extracción a los comerciantes que las hayan de embarcar, sin embargo, no debemos dejar de tener mucho cuidado para que no embarquen más que las que se señalen, pues los contratantes son siempre medio contrabandistas.

Yo le escribo al coronel Sucre para que ocurra a Vd. a pedirle la gracia de embarcar las muías libres de derechos como llevo indicado. Soy de Vd. afmo. amigo.



BOLÍVAR

P. D. Pronto terminará la causa de los conjurados, pero Santander se escapará, porque los cómplices se han empeñado en no decir nada. Él lo sabía, y es cuánto está medio probado, aunque en realidad era el motor. Además, tengo que pedir a Vd. que escoja una docena de jóvenes amantes de la carrera militar y que tengan muy buenas costumbres, para que los mande al Magdalena a disposición del general Montilla, a fin de que los destinen en los batallones y escuadrones de ese distrito. También pueden venir algunos a Bogotá, de capitanes abajo, pero venezolanos.

Yo deseo que el general Silva venga a Barinas, y que allí levante uno o más cuerpos de caballería, para que esté en actitud de venir a esta capital cuando se le ordene.

Traducción