DOCUMENTO 1831 DE UNA COPIA. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL GENERAL ANTONIO JOSE DE SUCRE, FECHADA EN BOGOTÁ EL 28 DE OCTUBRE DE 1828; LE MANDA UNA PROCLAMA CON EL DOCTOR MERINO NOMBRANDOLO JEFE ABSOLUTO DEL SUR.

Sección
34) Período (02ENE AL 26DIC 1828) O.C.B.

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Bogotá, 28 de octubre de 1828.

(AL SEÑOR GENERAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE).

Mí querido general:

¡Bendito sea el día en que Vd. llegó a Guayaquil! Yo temía todo por su suerte de Vd., y también espero todo de su regreso. ; Ojalá que sea Vd. más dichoso que los héroes de la Grecia cuando tornaron de Troya! ¡Quiera el cielo que Vd. sea feliz en los brazos de su nueva Penélope!

Dirijo a Vd. un extraordinario, que lo es el Dr. Merino, con el objeto de llevarle a Vd. estos pliegos. Ellos contienen el nombramiento de jefe absoluto del Sur. Todos mis poderes buenos y malos los delego en Vd. Haga Vd. la guerra, haga Vd. la paz, salve o pierda al Sur, Vd. es el arbitro de sus destinos, y en Vd. he confiado todas mis esperanzas. Tome Vd. por base de sus operaciones la naturaleza de las cosas, y el interés instantáneo sea el genio de sus inspiraciones. Que obren, pues, las circunstancias y se deje Vd. arrastrar por ellas como de un impulso irresistible. Si así lo hiciere Vd., nunca será culpable y siempre habrá acertado. No hay remedio, el destino debe guiarnos. En cuanto a mí pienso que la gloria es mil veces preferible a la felicidad y que la vindicta de Colombia pesa más en mis balanzas que los viles goces de la vida.

Si por desgracia llega a perderse la espalda de Quito por la insurrección de los pueblos del Cauca, la atención preferente de Vd. debe dirigirse a Pasto para asegurar aquel punto como la base fundamental de nuestras operaciones; porque Pasto es la llave y el ancla del Sur. Apodérese Vd. de ese país y después pensaremos en las demás operaciones, que deben ser secundarias a este punto.

Yo estoy haciendo marchar de diferentes partes tres batallones y un escuadrón de Popayán, y estos cuerpos servirán de reserva al ejército del Sur. Yo espero con deseo que los peruanos nos busquen al saber el estado de nuestras cosas; entonces podrán ocupar alguna parte de nuestro territorio para dejarlos internar y destruirlos, y para que nuestra justicia se multiplique por sus crímenes. Pienso que siempre los peruanos serán implacables con nosotros, y que nuestra moderación logrará solamente insolentarlos. Por lo mismo, seria inexcusable la disolución de nuestro ejército si la miseria y el egoísmo nos forzaran a ello. Desarmado el Sur, los peruanos lo toman, y sufrirá tres desolaciones por una; porque yo soy implacable contra la ignominia, y porque estoy convencido de que el Cielo, que me ha deparado tantos obstáculos para vencerlos, también me ha concedido la destrucción de mis enemigos. Yo estoy resuelto a marchar dentro de un mes al Sur, contando que para entonces estarán las tropas de reserva en estado de marchar adelante.

Mientras tanto, estoy desbaratando el abortado plan de conspiración; todos los cómplices serán castigados más o menos; Santander es el principal, pero es el más dichoso, porque mi generosidad lo defiende. Su partido será aniquilado y él anulado por mucho tiempo. Esto es todo lo que puedo decir por ahora.

El resto de la república marcha divinamente, aunque en lo humano no hay nada seguro. Venezuela y Cartagena son los baluartes de nuestros amigos (*) Cumaná ha sido redimida por el general Salom que está mandando allí con la fortuna de un bienaventurado, él es el pacificador y el bienhechor de su tierra. Siento añadir a Vd. que en el Oriente nadie sabe hacer bien, gracias a sus antiguos caudillos. Vd., mi querido general, es el único inmaculado de aquel heroico y desgraciado país.

A propósito ¿está Vd. sentido conmigo por causa de su familia? Si yo hago mi apología, verá Vd. que tengo diez veces razón, porque yo antepongo siempre la comunidad a los individuos. Voy a mandarle pagar sin embargo, por servir a Vd. y a la justicia. Por lo demás, si Vd. está sentido conmigo, pienso que el resto de la humanidad debe asesinarme, porque nunca le he ofendido ni aun con una tentación.

No contesto por esta vía ni a Flores ni a O´Leary ni a nadie; por esto mismo, deseo que Vd. les lea esta carta, a fin de que sepan que yo le he dado a Vd. el ser de Simón Bolívar. Sí, mi querido Sucre, Vd. es uno conmigo, excepto en su bondad y en mi fortuna.

Mando a Vd. esa proclama para que la haga publicar con la mira que .dice cada una de sus palabras.

Sea Vd. feliz mil veces, querido general, pero todavía mil veces más glorioso: éste es el voto de quien le ama a Vd. más en este mundo, aunque no tanto como lo merece.



BOLÍVAR.

P. D.—No me cansaré de recomendar a Vd. todo lo que valen los jefes del Sur, y también a mi edecán (*), que es digno de una particular mención. Pero ¿quién como Flores? ¿y ese Illingworth incomparable, y el bondadoso Torres, y el avisado Heres, y el noble González, y los bravos y heroicos Sandes, Urdaneta y demás valientes de ese ejército, que a cada uno quiero en particular?



BOLÍVAR.



(*) En las versiones publicadas se escribe ""enemigos"".

(*) O´leary.

Traducción