DOCUMENTO 6699. CARTA DE BOLÍVAR PARA SANTANDER, FECHADA EN POPAYAN EL 8 DE MARZO DE 1822, EN LA CUAL LE ANUNCIA SU INMINENTE PARTIDA PARA PASTO. SE REFIERE A LAS TROPAS QUE VIENEN DE PANAMÁ, A SUS PROYECTOS EN PASTO, QUITO Y GUAYAQUIL, A LA CONVENIENCIA DE UN ARMISTICIO CON ESPAÑA, A SUS PROBLEMAS PECUNIARIOS Y A ALGUNOS OTROS PARTICULARES.*

Sección
20) Período (02ENE AL 25JUN 1822) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Popayán, 8 de marzo de 1822.

A S.E. el general F. de P. Santander.

Mi querido general:



Ahora mismo voy a partir para Pasto a pesar de todas las dificultades que se ofrecen, tanto por las noticias de la derrota de Sucre, como por las deserciones, enfermedades y miseria de este ejército; no hay día que de la sola división de vanguardia no deserten 8 o 10 hombres; y, por supuesto, las enfermedades son tantas, que el general Valdés, que tenía muchas ganas de esperarme en Patía, se ha marchado porque no se le enferme toda la tropa. Vd. creerá que todo esto lo digo por acelerar los refuerzos, pero el resultado dirá si mis datos son ciertos. Mi mayor esperanza la cifro en la buena opinión que vamos inspirando en los patianos y pastusos, porque según noticias, mis proclamas han producido buen efecto en Patía y Pasto, pues que en ambas partes se muestran adictos, según las noticias que tengo.

Ya Vd. sabrá que he mandado venir las tropas de Panamá para que sigan la misma marcha que yo, de esta ciudad, y voy a Pasto a esperar los refuerzos que traigan Lara y Córdoba. Me parece que si las tropas de Quito no vienen al Juanambú no debemos tener una inmensa dificultad en pasarlo, porque los pastusos parece que se andan escondiendo, y los enemigos no pueden mandar allí más que 1.000 hombres, a menos que hayan triunfado positivamente de Sucre.

Aquí queda González encargado de arrear todo para adelante, y que se vaya con la última columna que pase, y le he dado orden para que no mande pliego ninguno, sino con tropas, a fin de asegurar la correspondencia.

Yo calculo que presentaré en Pasto 2.000 infantes y cuatrocientos caballos, porque la caballería poco pierde, y la voy reemplazando con los pasados. Con estas tropas podemos imponer mucho, si no podemos hacerlo todo, y, en el primer caso, podemos obtener un armisticio bueno, por lo menos.

Hablando de política, digo, que no me parece bueno dividir a Quito en departamentos, porque Guayaquil debe estar sujeto a Quito, por política y por razón. Digo más, que no conviene formar en el Istmo departamentos, hartos departamentos tenemos, y hartos intendentes malos.

Me parece que debíamos proponer de un modo indirecto a España un armisticio por dos o tres años. Este armisticio es mejor que la paz, si nos entrega a Puerto Cabello, porque es más fácil conseguirlo, y porque mantiene siempre el temor de los españoles en el país y porque nos deja a nosotros mismos algunos más derechos que reclamar, y menos se nos puede exigir en tregua que en paz.

Hablando de dinero, diré a Vd., que llevamos poco más de 20.000 pesos que apenas alcanzan para pagar el ganado y las bestias que se han tomado en Patía, porque es preciso hacerlo así o renunciar a todo. Aquí no queda sino una parte de mi sueldo para mantener este hospital y la guarnición. El Cauca ha hecho sacrificios inmensos, y ya no puede hacer más. Esta misma ciudad se ha prestado a todo, y así va el ejército perfectamente equipado, sin que le pueda faltar nada sino dinero. Yo creo que el gobierno debe dar un decreto en favor de la provincia de Popayán, para que proponga ella misma las indemnizaciones que crea convenientes por los inmensos sacrificios que ha hecho durante toda esta guerra. Ya el Cauca está arruinado como Pamplona. Sus propietarios han quedado reducido a nada de ricos que eran, y esto es muy duro sufrirlo de parte del mismo gobierno que reina. Tanto el bajo pueblo del Cauca como el de Popayán son enemigos de servir; pero los ricos muy recomendables; sobre todo, las familias de Mosquera, Arboledas, Caicedos, etc., etc., del Cauca. Vds. deben hacer un grande artículo en su Gaceta, a estos habitantes, con referencia a mis informes.

Vd. no deje de mandar diez mil pesos mensuales para los gastos de estos hospitales y de todos los que dejemos en nuestra marcha a Quito, que serán bien numerosos. La orden debe ser al jefe que mande aquí; que tome lo necesario y envíe el resto a los otros que queden en el tránsito, sin reservarse más que lo muy necesario.

Recomiendo a Vd. lo que dice Páez sobre la repartición de los bienes nacionales en Venezuela, y demás tropas de la república en aquella parte. Creo que esto merece una grande atención del gobierno; lo mismo que mi plan propuesto para guarnecer a Venezuela. Mucho más tendría que decir a Vd. sobre otros muchos particulares; pero ahora tengo la cabeza aturdida de los enfados de esta marcha.

Soy de Vd. de corazón. Hasta otra ocasión.

BOLÍVAR

* De un impreso moderno. ""Cartas del Libertador"". (Fundación Lecuna), tomo III, págs. 215-217.

Traducción