DOCUMENTO 1675. DE UNA COPIA, O. C. B., CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL GENERAL FRANCISCO CARABAÑO, FECHADA EN BUCARAMANGA EL 13 DE MAYO DE 1828, ELEVANDO LA CONDUCTA DE ALGUNOS GENERALES Y EMPLEANDOLOS CONFORME A SU CAPACIDAD Y TALENTO.

Sección
34) Período (02ENE AL 26DIC 1828) O.C.B.

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Bucaramanga, 13 de mayo de 1828.

AL SEÑOR GENERAL FRANCISCO CARABAÑO.

Mi Querido General:

He recibido la apreciable de Vd. de los primeros días de abril en que me manda una carta del general Marino, sobre la cual diré que me alegro de su contenido, pues ya decían por acá que había nuevas revueltas en Cumaná. El general Marino no debe quejarse de mí si es relevado, pues todos sus amigos han convenido en que debía serlo, y nada lo prueba tanto como el haber solicitado a Bermúdez para darle el mando de armas contra cuatro facinerosos. Sin embargo, estoy agradecido de su conducta con respecto a mí, y si el general Páez quiere, podríamos nombrarlo comandante general de Venezuela, dejando en Caracas siempre a Clemente como comandante particular de la provincia, pues yo no quiero quitar a este buen amigo de su puesto. Cumaná necesita de un hombre honrado, activo y popular como el general Salom, para que organice sus rentas y destruya los desórdenes, pues no es justo que Caracas lleve siempre a cuestas el muerto de Cumaná, sólo porque son unos necios, unos abandonados y unos ladrones los encargados de aquel país. Después que se haya organizado, lo podrá mandar otro cualquiera, con tal que sea honrado siquiera.

Lo que Vd. me dice del coronel O´Dally es justo, y merece ciertamente un asilo entre nosotros; pero yo no le puedo ofrecer hacerlo general luego, luego, porque tenemos un ejército de ellos y se quejarán nuestros coroneles y subalternos.

Si se emplea a Valero, no es mi culpa, y, además, fue a la guerra del Perú; pero ahora ¿qué guerra tenemos? Al general Páez que le dé un pasaporte para venir; pero sólo a existir entre nosotros y a ser empleado si fuere necesario y muy útil, conforme a su capacidad y talento.

Crea Vd. que si es muy útil, no perderá su tiempo, aunque tenemos carretadas de generales que están sin servicio porque no tenemos en que emplearlos.

Lo que Vd. me dice con respecto al amigo general Páez, está de acuerdo con todo lo que viene de allá, y me alegro mucho de que se conduzca a satisfacción de todos. Me alegraría de que Vd. le insinuara de cuando en cuando que yo estoy sumamente satisfecho de su noble conducta, y que, por lo mismo, no convendría desairar mis providencias, pues yo prefiero dejar el mando e irme a los infiernos antes que llevar el nombre de gobierno para no serlo. El general Páez no tiene más facultades que supervigilar sobre los intendentes y jefes militares, y disponer de la fuerza y de los recursos para mantener el orden interior y defender el país: sin embargo, a él lo inducen a hacer todo lo que le da la gana. Con proponerme lo que conviene, yo lo haré: pero es imposible que haya dos gobiernos en la república. Dígale Vd. que me mande los proyectos de decretos y reglamentos, para yo mandalos poner en forma y con las legalidades debidas. Lo demás es no entendernos.

Ya Vd. sabrá que la gran convención se ha decidido por el gobierno unitario y bien constituido, cuyas bases ha dado un amigo mío. Veremos, pues, cómo lo concluye. Espero dentro de ocho o diez días tener una idea exacta del tenor de los trabajos legislativos, para irme o no irme a Venezuela, según me gusten o disgusten dichos trabajos, pues si he de decir a Vd. la verdad, tengo muchas ganas de dejar la presidencia. Además, espero la respuesta que me ha de traer Herrera, de mis amigos de Ocaña sobre varias consultas que les he hecho.

Tenga Vd. la bondad de decirle al general Páez qué no he recibido cartas de él en este correo último.

Al general Marino, escríbale Vd. de mi parte el resultado de lo que he pensado sobre su destino en Venezuela.

Expresiones amistosas a los del voto de Venezuela y a los demás amigos de mi estimación.

Soy su afectísimo amigo.

BOLÍVAR.

P. D.—A Guzmán que me escriba; que nada sé de él.

Traducción