DOCUMENTO 1642. DEL ORIGINAL, O. C. B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR A FRANCISCO CARABAÑO, FECHADA EN BUCARAMANGA EL 12 DE ABRIL DE 1828, PARTICIPANDO QUE NO VIAJARÁ A BARINAS YA QUE LA PERFIDIA DEL GENERAL PADILLA LO OBLIGARON A SITUARSE PARA VELAR DE CERCA AL MAGDALENA Y RECIBIR NOTICIAS FRECUENTES DEL ESTADO DE LA GRAN CONVENCIÓN.

Sección
34) Período (02ENE AL 26DIC 1828) O.C.B.

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Bucaramanga, 12 de abril de 1828.

SEÑOR GENERAL FRANCISCO CARABAÑO, ETC., ETC.

Mi querido general:

Vd. debe excusarme si no contesto oportunamente las estimables cartas de Vd. que recibo frecuentemente, deseo y aprecio infinito: yo estoy siempre sumamente ocupado o en marcha. Supongo que a la fecha habrán Vds. recibido las comunicaciones que les llevó Lindo desde Soatá e impuéstose de los motivos que me determinaron a desistir de mi viaje a Barinas y venir a esta villa. Repetiré, pues, que el buen estado de Venezuela, debido a los esfuerzos del general Páez y otros amigos como Vd. por una parte, y por otra la perfidia del ingrato general Padilla, me obligaron a situarme aquí para velar de más cerca sobre el estado del Magdalena y estar al mismo tiempo a poca distancia de Ocaña de donde recibo noticias frecuentes. Las últimas, tengo el sentimiento de decir a Vd., que no son nada favorables, siendo el primer acto de estos señores rechazar a Peña y Bruzual, amigos nuestros, y veintiséis de sus diputados aplaudir la conducta de Padilla en Cartagena. Montilla y Peña se me han quejado oficialmente y yo he pasado dos notas a la convención muy fuertes reclamando contra estos actos de injusticia: el primero sobre todo, me ha indignado más que ninguno otro; porque veo que se tenía por objeto anular el decreto de amnistía concedido el 1º de enero en cuyo acto tomaban parte dos diputados de Venezuela. Ambos negocios son, pues, de mucha importancia por las fatales consecuencias que nos pueden acarrear: la guerra civil, nada menos.

Santander y sus partidarios, como él los llama, aumentan cada día su deseo y su desenfreno, y ojalá que nuestros amigos estuviesen animados del mismo celo fanático. Santander llega al extremo de salir a los caminos reales en busca de partidarios ofreciendo casa y comida a los diputados que entran a Ocaña. Sobre esto se cuentan anécdotas muy graciosas. Mucho temo, mi querido Carabaño, que la convención se deje arrastrar por los esfuerzos de los malvados y entonces cuantos males caerán sobre esta patria, cuantas las reacciones y cuantos los partidos. Si Vd. estuviese con el general Páez, vea Vd. lo que le digo acerca de estos fundados temores. Por lo que .respecta a mí, general, estoy muy lejos de pretender a la dirección de los negocios, pues aunque el partido federal ha caído mucho en Ocaña porque los pueblos se han mostrado opuestos a él, el ahinco de la oposición es hacer tan débil el gobierno central que no sea posible manejarlo, obligándome de este modo a separarme de él. Este es, querido general, el actual estado de los negocios de Ocaña. Veremos si con la llegada de Wilson, que debe traerme noticias de la instalación de aquel cuerpo, se mejoran y se disipan mis tristes ideas. Herrera llegó a Ocaña y debe pasar por aquí a su regreso para informarme del éxito de su comisión, lo aguardo, pues, con impaciencia. Del Sur y de la capital nada tenemos de nuevo, es regular que mientras esperen en la convención todos estén inactivos.

Tenga Vd. la bondad querido general de decir mil cosas de mi parte al amigo P. P. Díaz, de quien estoy sumamente satisfecho por el crin con que aboga por el orden y la estabilidad, lo mismo que a los demás amigos: y Vd. créame suyo de corazón.

BOLÍVAR.

P. D. A los amigos Díaz y Espinosa mil cosas.

Traducción