DOCUMENTO 9395 OFICIO DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ AL INTENDENTE DE GUAYAQUIL, FECHADO EN HUAMACHUCO EL 27 DE ABRIL DE 1824. LE INFORMA QUE EL LIBERTADOR, EN VISTA DE LA DESAVENENCIA ENTRE EL VIRREY Y OLAÑETA, HA DECIDIDO ABRIR CAMPAÑA. LE DA INSTRUCCIONES DEL LIBERTADOR SOBRE EL TRASLADO Y EQUIPAMIENTO DE LAS TROPAS, Y LA FABRICACIÓN DE CLAVOS, HERRADURAS Y VESTUARIOS.*

Sección
26) Período (01MAR AL 30ABR 1824) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Huamachuco a 27 de abril de 1824.

Al señor Intendente de Guayaquil.

La actual situación del ejército español dividido en diferentes secciones, las desavenencias del Virrey y Olañeta en el Alto Perú, han determinado a S. E. a moverse con todo el ejército hacia adelante aprovechando la favorable estación para abrir la próxima campaña, que va a decidir de la suerte de la América del Sur.

Calcule Vd., pues, cuál debe ser el extraordinario interés que Vd. debe emplear en la remisión al puerto de Casma de todas las expediciones que vengan de Panamá, los reclutas que remita el señor general Salom, los encargos que se han pedido a Vd. para el ejército. S. E. pues, manda hacer Vd. las siguientes prevenciones:

1°.- Que Vd., sin demora alguna, remita al puerto de Casma todas las expediciones de tropas que vengan de Panamá y las que remita el señor general Salom, conforme vayan llegando, pero siempre bien escoltadas por lo menos con dos buques de guerra, y tres si es posible para no exponernos a un revés, ni sufrir un contratiempo.

2°.- Que Vd. procure no demorar en esa ría los reclutas que vengan de la sierra, así como las tropas, pues esa mansión es una de las causas porque mueren tantos y se contagian en la navegación.

3°.- Que Vd. construya infinidad de clavos de hierro de Vizcaya y herraduras del de Suecia, o de Vizcaya, si se encontrare en gran cantidad para ambos objetos, y los vaya Vd. remitiendo al puerto de Casma, conforme se construyan. Los clavos deben tener dos y media pulgadas de largo, fuera de las cabezas, y entrar en los agujeros de las herraduras bailando.

S. E. repite que estos clavos deben ser precisamente de hierro de Vizcaya, y no de otro, pues está visto que sólo éste sirve, e insta por su pronta remisión. Aunque la construcción de clavos y herraduras parece a primera vista de poca urgencia, es de primera necesidad para que podamos contar con nuestras caballerías.

4°.- Que Vd. remita también al puerto de Casma, hierro de Vizcaya, en bruto, para hacer clavos, y mucho papel blanco para los estados mayores e imprentas que no tienen una sola resma ni se consiguen en Trujillo.

5°.- Los vestuarios que ha traído la tropa de Guayaquil, y los que ha remitido, están tan mal construidos, tan mal cosidos, tan mal corta­dos los pantalones, tan pequeños que para nada sirven después que en ellos se ha empleado el tiempo y el dinero tan inútilmente.

Previene pues S. E., que los calzones se hagan más grandes y más anchos pero no con exceso: que las chaquetas se cosan lo mejor posible, para que de este modo duren: que se construyan mucho capotes, vestuarios, fornituras, morriones: que se elaboren cartuchos de fusil embalados, como se ha mandado antes, y que todo, todo se vaya remitiendo al puerto de

Casma, conforme se haga, sin olvidarse de las piedras de chispa y de los fusiles venidos de Panamá que Vd. ofreció componer.

Es excusado repetir a Vd. que estos objetos deben embarcarse en los buques de guerra para su seguridad y ser conducidos a este ejército con la mayor celeridad, principalmente ahora que va a abrirse la campaña y nuestro ejército tendrá que alejarse del centro de sus recursos.

6°.- Las tropas del Istmo, así como también las demás que envíe el general Salom, deben venir al Perú completamente equipadas y armadas sin que nada les falte, pues que deben internarse inmediatamente en la Sierra.

7°.- Aunque antes se previno a Vd. que las expediciones viniesen directamente a Huanchaco, ahora S. E. dispone que vayan al puerto de Casma, y si no pueden remontar hasta él, arribarán al del Nepeña o Santa donde encontrarán todo preparado.

8°.- S. E. quiere que las tropas, y muy particularmente aquellas que bajen de la sierra no se embarquen en los transportes, sino en el momento mismo de dar la vela, pues de este abuso nace el que comprimidos por el calor del sol, y expuestos a la intemperie a bordo, se enfermen y mueran.

9°.- Que Vd. ponga a bordo de los transportes víveres para 60 días, es decir, diez días que gastan de Guayaquil a la Puna, con el tiempo que están allí, y cincuenta días de navegación de esta isla a la costa del Perú.

Dios, etc.

[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]

* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O´Leary, Tomo 36, Folio 339 Vto. al 342. También se halla en Memorias del General O´Leary, tomo XXII, p. 252- 253, pero con indicación del año ""1826"", lo cual es una errata del copista.

Traducción