DOCUMENTO 682 ARTICULO SOBRE LA POLÍTICA DE INGLATERRA, PUBLICADO EL 7 DE FEBRERO DE 1814.*

Sección
5) Período (01ENE AL 07SEP 1814) Correspondencia Oficial

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Descripción:
Artículo Comunicado.

Por fin Leipzig [ 1 ] ha visto decidir una larga contienda en que los grandes intereses del Continente de la Europa, y la causa de la Independencia de las Naciones ha triunfado de la ambición de Bonaparte, y ha derribado ese inmenso coloso del poder de la Francia. Medio millón de hombres había salido a disipar la coalición de las potencias; y sólo cincuenta mil han logrado salvarse. El grande ejército, las invencibles águilas, los grandes Mariscales, casi todo ha desaparecido. Los días 17, 18, 19, 20 de octubre del año de 1813, serán los más memorables entre todas las épocas de la Europa, por haberse conseguido en ellos la libertad del Mundo, que iba a ser invadido por el común opresor.

La América debe regocijarse por el triunfo de las armas aliadas, que han defendido tan gloriosamente la causa de la Independencia. No debe temer tentativas que la España no está en estado de realizar. La Guerra ha agotado su erario y las ventajas obtenidas contra los franceses, aun cuando aumentaran sus posesiones de tierra, no por esto le darían la marina, de que carece, y sin la cual deben despreciarse sus amenazas contra nosotros. Por otra parte, la preponderancia que los grandes sucesos de los aliados y Lord Wellington [ 2 ] dan a la Gran Bretaña sobre los negocios de la España, destruirán hasta su sistema contra la Independencia del Nuevo Mundo. Nadie dude que la Nación poderosa que ha defendido constantemente en despecho de la fortuna, la Independencia de la Europa, no defendería igualmente la de la América, si se viese atacada. Alegrémonos al contrario por el irresistible ascendiente que ella va a tomar sobre ambos hemisferios para afianzar la libertad del Universo.

Nuestras producciones hasta ahora sin valor, nuestra agricultura desanimada, van a salir de su nulidad por las recompensas que ofrece al labrador la subida del precio de los frutos que cultiva, abiertos los puertos del Continente de Europa a las embarcaciones británicas, exportarán nuestro café, cacao, añil, algodón, etc., etc., que tiene en ella un gran consumo. Anonadado tanto tiempo ha el comercio marítimo, donde quiera que alcanzaba el influjo napoleónico, carecía la Europa de unas materias que se han hecho de primera necesidad; y nosotros de su salida, que es lo que hace nuestro comercio y las ventajas de nuestra agricultura.

La política y el interés mercantil de la Inglaterra y España, se oponen diametralmente con respecto a la América. La España ya que no le es posible esclavizarnos tranquilamente, obstinada en nuestro exterminio, la Inglaterra adicta a nuestra Independencia, e interesada en nuestra prosperidad. Decidido el Norte y el Mediodía del Nuevo Mundo a sostener a todo trance su libertad, aunque la España enviara los ejércitos más numerosos, vendrían sólo a destruirse mutuamente con nosotros, sin poder subyugarnos. La Inglaterra no sufriría una guerra odiosa, a lo más inútil; que sin ofrecer esperanzas a la España, sólo arruinaría esta bella mitad de la tierra.

¿Dónde están entre tanto esos ejércitos? ¿Es acaso la España algo más que un simulacro de Nación? ¿Cuáles son los recursos para levantarlos, para hacerlos venir hasta dos mil leguas de distancia, para sostener después una guerra tan larga como desesperada? La España se halla más impotente después de repelidos los franceses: han sido los esfuerzos que hace el moribundo para recaer más débil o incapaz.

La Inglaterra es propiamente hoy la que sostiene la España. A su sombra la América podrá afirmar su libertad. Ella destruye a un tiempo por su influjo sobre la una los proyectos de venganza y exterminio que la animan, y por sus victorias sobre la Francia frustra las ulteriores empresas de Napoleón contra nosotros. Avasallada la España, el Emperador de los franceses no renunciaría a los derechos que ha reclamado sobre la América como dependiente de la España. Al contrario, su ilimitada ambición hubiera hallado en la integridad de la Monarquía española en España y América, un pretexto para pretender dominar a las dos.

No pudiendo prescindir la España de hacer exclusivamente el comercio con la América, choca en esta parte con el gran interés de la Gran Bretaña, y este punto de discordia es esencialmente aquel, en que ni una ni otra quiere ceder. En medio de la íntima alianza con la Inglaterra, el Gobierno Español se ha rehusado constantemente a concederle el comercio con la América, y está penetrada de que no logrará con ésta su comercio, en tanto que dependa de la España.

Interesándole, pues, más que todo el comercio libre en nuestros puertos, como la basa de su poder nacional debe eficazmente oponerse a la dominación [ 3 ] española, que combate directamente aquel interés.

Así, mientras que en Donnewitz y en Leipzig, la Rusia, el Austria, la Prusia, la Suecia peleaban con entusiasmo heroico por su propia Independencia, por romper el degradante yugo puesto a la Europa, defendían también los derechos sagrados del Nuevo Continente, y derramaban generosamente su sangre por la causa general del Mundo.

* De un impreso de época coetánea. En la “Gazeta de Caracas”, N° XXXIX, correspondiente al lunes 7 de febrero de 1814, inserta este texto, como artículo comunicado. La Comisión Editora no ha podido examinar el original manuscrito de dicho documento, que ha sido atribuido a Bolívar por el Dr. Vicente Lecuna (“Obras Completas”, II, 1.285-1.287).

Hay coincidencias de ideas y argumentos con textos anteriores, por ejemplo la carta a Sir Richard Wellesley, de 14 de enero de 1814, (Doc. N° 619) y la comunicación a Camilo Torres de 2 de febrero de 1814 (Doc. N° 667).

NOTAS

1) El nombre de esta ciudad alemana, escenario de la que se llamó ""Batalla de las Naciones"" en octubre de 1813, aparece escrito en la Gazeta, aquí y más abajo, así: ""Leypsic"".
2)
El Duque de Wellington. Véase la nota principal del Doc. N° 59, en la Correspondencia Oficial.
3)
En la Gazeta se lee ""nominación"" lo cual no parece hacer sentido. Se trata seguramente de una errata, por ""dominación"". Así lo corregimos.

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