DOCUMENTO 1339. DEL ORIGINAL. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL GENERAL JOSÉ ANTONIO PÁEZ, FECHADA EN CARACAS, 9 DE ABRIL DE 1827. LE PIDE QUE NO SALGA DEL PAÍS; EXPRESA QUE NO CONSENTIRÁ QUE VENEZUELA SE DIVIDA A MENOS QUE EL PUEBLO ASÍ LO DECIDA Y QUE POR AHORA NO CONVIENE EXTENDER LA AUTORIDAD CIVIL A BARINAS Y GUAYANA.*

Sección
33) Período (01ENE AL 28DIC 1827) O.C.B.

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Caracas, 9 de abril de 1827.

A S. E. EL GENERAL JOSÉ ANTONIO PÁEZ, ETC., ETC.

Mi querido general:

He recibido la apreciable de Vd. del 31 de marzo en Achaguas que me ha llenado de mayor gusto por todo lo que Vd. me dice en ella, por los sentimientos que muestra con respecto a las medidas enérgicas.

Vd. me propone la salida del país si fuere necesario para consolidar el orden y restituir la tranquilidad, con tal que conserve el título de amigo mío: todo esto me complace de un modo extraordinario. De ningún modo conviene que Vd. salga del país; y, por el contrario, he creído siempre y lo creo ahora más, que Vd. es muy útil y utilísimo en Venezuela. El día que yo me vaya de este país ¿quién puede reemplazarme sino Vd.? Yo estoy cansado del mando y estoy viejo, y aún fastidiado de todo; por consiguiente, me he de retirar muy pronto de los negocios públicos. En Bogotá me están persiguiendo por mi conducta en Venezuela. Esos señores quieren quitarme las facultades extraordinarias y dividir a Colombia en seis estados federados. De lo primero me alegraría, pero no consentiré en que se divida Venezuela para nada, a menos que el pueblo soberano así lo quiera: entonces debe hacerse lo que la opinión mande. Santander es mi mayor enemigo y yo he roto enteramente con él.

Mande Vd. al comandante general de Barinas que remita preso al general Guerrero a mi cuartel general. Arguindegui puede llevar esta comisión para que la ejecute bien.

Mando a Cala de comandante de Carabobo y a Arguindegui a Barinas: de este modo quedan ambos bien.

Me admira mucho que la autoridad de Vd. no esté reconocida en Achaguas y en todo el departamento del Orinoco, porque a Guerrero y a Blanco se les ha hecho saber que Vd es el jefe de ese departamento. En cuanto a la autoridad civil no conviene ahora extenderla a Barinas y a Guayana que se mostraron enemigas de la reforma; poco a poco se va acabando esta enemiga, y entonces será tiempo. Esta es la obra que yo estoy trabajando, y la que no aporreo con golpes precipitados para que se pueda madurar en sazón. Pida Vd. de oficio todo lo que se necesita en Achaguas, tanto en jueces como en pastores espirituales.

Si Vd. no quiere molestarse en idas y vueltas, lo mejor será que me espere por allá en los valles de Aragua o Valencia. Yo me voy a hacer una recorrida de esos países dentro de veinte días. Lo veremos todo y hablaremos de todo. No conviene cargar mucho el país de tantos bagajes porque no hay bestias y la gente se fastidia de este servicio. Yo llevaré conmigo el menor séquito posible para que no embarace mi marcha a esa pobre gente, que se queja hasta los cielos de los tales bagajes.

Ya Vd. sabrá que al coronel Ruiz lo han matado en Barcelona los facciosos, y que el general Marino ha desterrado a Juan Santos porque es el autor de aquellos movimientos. Yo he mandado publicar su proclama con un elogio sobre este particular para animar a Marino a que obre con más soltura.

Yo no quiero ver ningún dragón de los que han cometido el gran crimen, pero creo que el oficial que los capitaneó debe morir y, por lo menos, dos o tres de los más culpables al empezar el motín: lo mismo debe hacerse con los artilleros que se hayan aprehendido. Ya aquí han muerto tres de estos últimos. El resto de los dragones deben ponerse presos en Puerto Cabello hasta que haya oportunidad de echarlos del país, sea a Maracaibo o a cualquier punto de Venezuela. Los amotinados de Valencia no deben ser perdonados, o de otro modo espere Vd. el resultado de Ruiz que levantó aquella gente para su daño. Por mi parte estoy resuelto a no hacerle gracia a ningún culpable"". Del general Guerrero abajo todo el que sea culpable debe morir.

Soy de Vd. de todo corazón.

BOLÍVAR.

(*) Véase la justificación de Miguel Guerrero en O´Leary, tomo XI, página 393. Guerrero confiesa que mandó a matar a Aramendi por los crímenes e insubordinaciones de éste y acusa a Páez de otras muertes como la de Serviez y su asistente.

Traducción