DOCUMENTO 925. COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR AL PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LA NUEVA GRANADA, CAMILO TORRES, FE­CHADA EN CARTAGENA EL 20 DE SETIEMBRE DE 1814, EN LA QUE EXPONE LAS CAUSAS DEL FRACASO DE LA REPÚBLICA EN VENEZUELA Y SOLICITA AUXILIO PARA RESTAURARLA*

Sección
6) Período (20SEP 1814 AL 08MAY 1815) Correspondencia Oficial

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Palabras Clave

Descripción:
Excmo. señor Presidente del Congreso de la Nueva Granada, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión.

Excmo. señor: La naturaleza de una guerra de exterminio que me fue forzoso sos­tener en Venezuela, para conservar la libertad que la había dado, redujo aquel país a tal desolación, que es imposible describir a V.E.

Aunque la fortuna constantemente coronó nuestros esfuerzos, de­cidiendo en favor de la República más de 100 combates, fue bas­tante una sola desgracia, experimentada en La Puerta[ 1 ] el 15 de ju­nio último, para que se apoderase el enemigo de la Provincia de Caracas. Perdido en aquella infausta jornada el único ejército que protegía la capital contra las incursiones del más feroz tirano[ 2 ], me vi en la dura necesidad de abandonarla, y el 7 de julio próximo pasado me retiré a Barcelona[ 3 ], con objeto de reunir mis tropas a las que el General en Jefe del Oriente[ 4 ] de Venezuela organizaba para auxiliarme.

Nuestros dos ejércitos se incorporaron en la villa de Aragua[ 5 ], donde no se perdonó diligencia alguna por aumentarlo, y ponerlo en aptitud de emprender la recuperación de Caracas. La actividad y rapidez extraordinaria con que el enemigo voló sobre nosotros, a tiempo que el ejército no estaba aún en disposición de resistirlo por su inferioridad, por su indisciplina, y lo que es más, por la absoluta escasez de pertrechos, frustró todas nuestras esperanzas, y el 17 de agosto fui testigo de la acción más sangrienta, que de­cidida contra las armas republicanas, decidió también la suerte de la República.

Un conjunto de causas inexplicable por su enlace y extensión han concurrido poderosa e inevitablemente a nuestra ruina.

La sublevación general de todo el interior de Caracas daba al enemigo un número de tropas incomparable con las pocas que la capital y sus pueblos vecinos, podían contribuirme para oponer­le; la devastación absoluta y espantosa de todo el territorio, me privaba hasta de los víveres necesarios para la mantención del ejército, que obrando en orden y haciendo una guerra de nación no podía subsistir mucho tiempo sin los auxilios que le faltaban, mientras el enemigo, pillando, destruyendo y usando de una desenfrenada licencia, de nada necesitaba. Así los pocos pueblos que combatían conmigo por la libertad desmayaron, cuando el enemi­go se aumentaba prodigiosamente y se conciliaba el afecto de sus tropas. Tales fueron las causas radicales que han conducido la Re­pública de Venezuela al sepulcro.

Destruido el ejército, consumidas las municiones, perdidas las ar­mas, y reducido solamente a la costa de Cumaná[ 6 ], tomé el parti­do de venir a la Nueva Granada, a exponer a V.E. la relación de las desgracias que consumen de nuevo a mi Patria, a impetrar de V.E. auxilios, y a rendir cuenta de mi conducta, para que se me juzgue.

Dichosamente he tenido ayer la gloria de pisar por la segunda vez el territorio feliz que tiene el honor de ser dirigido por V.E. y el augusto Congreso, y me prometo que dentro de muy breve tiempo gozaré la satisfacción de presentarme a V.E. Entonces mis informes serán detallados y mi conducta será comprobada con documentos.

V.E. oirá mi opinión con respecto a los enemigos, y las medi­das que la necesidad exige imperiosamente para salvar esta Repú­blica de los males que muy de cerca la amenazan. Sabrá V.E. el estado en que he dejado la Provincia de Cumaná trabajando por su libertad, bajo la conducta de los segundos Jefes de Oriente y Occidente Piar[ 7 ] y Ribas[ 8 ], que hacen esfuerzos por sostener aque­lla parte de la República, que bien podrán lograr, si la discordia, que ha empezado a mostrarse entre los Jefes, no ahoga tan laudables intentos.

Acepte V.E. los tributos de mi alta consideración y respeto. Dios guarde a V. E. muchos años.

Cartagena, setiembre 20 de 1814. 4°

Excmo. señor.

SIMÓN BOLÍVAR.

* Archivo del Libertador, Vol. 21, folios 250-252. Original escrito de puño y letra del secretario Pedro Briceño Méndez, salvo la antefirma, firma y rúbrica, que son autógrafas del Libertador. Sobre el destinatario, el pró­cer neogranadino Camilo Torres (Popayán, 1766-Bogotá, 1816) véase la nota 1 del Doc. N°. 100, en la Correspondencia Personal.

NOTAS

1) 1 La Puerta. Véase el doc. N°. 858 en la Correspondencia Oficial.
2)
2 Se refiere al caudillo realista, José Tomás Boves.
3)
3 Barcelona. La actual capital del Estado Anzoátegui, en el Oriente de

Venezuela.
4)
4 Alude al General Santiago Mariño.
5)
5 Aragua de Barcelona.
6)
6 Cumaná. Se refiere a la Provincia de aquel nombre (hoy Estado Su­cre) en el Oriente de Venezuela.
7)
7 El General Manuel Carlos Piar (Curazao, c. 1780-Angostura, 1817).

Véase la nota 3 del Doc. N°. 293 en la Correspondencia Oficial.
8)
8 El General José Félix Ribas (Caracas, 1775-Tucupido, 1815). Véase la nota 3 del Doc. N°. 127, en la Correspondencia Oficial.

Traducción