DOCUMENTO 1884. CARTA DE BOLÍVAR AL GENERAL MANUEL PIAR FECHADA EN SAN FÉLIX EL 19 DE JUNIO DE 1817, EN LA CUAL LE COMUNICA HABER TOMADO LAS MEDIDAS PARA RESOLVER LAS DIFERENCIAS CON EL PADRE JOSÉ FÉLIX BLANCO Y LE INSTA A SERVIR A LA PATRIA SIN RESERVA ALGUNA .*
Sección
9) Período (01ENE AL 11SEP 1817) Correspondencia Oficial
Personas
Lugares
Palabras Clave
Descripción:
San Félix, 19 de junio de 1817.
Señor General Manuel Piar.
Upata.
Mi querido General:
Acabo de recibir la apreciable carta de V. del 16, y en consecuencia de ella, oficio ahora mismo y escribo en particular al comisionado de Las Misiones llamándolo, pues he resuelto eximirlo del encargo que tenía de órdenes de V. y mías. Con esto queda transigido todo compromiso con el padre Blanco [ 1 ]], servidor útil en cualquier otro puesto; y esto lo hago por complacer a V. hasta en una equivocación suya, que la padece cuando me dice que ya Blanco no podrá ser su amigo. Mayor es la equivocación creyendo que él está animado de prevención contra V. Yo conozco al padre Blanco, lo que no V.: es que éste suele ser inflexible hasta conmigo en las reglas.
En cuanto al general Arismendi [ 2 una versión adulterada de esta carta. Véase al respecto lo expresado en las notas principales de los Documentos nos. 1878, 1879 y 1882. Como se ha hecho en tales casos, la Comisión Editora reproduce aquí también en anexo, la carta apócrifa de José Domingo Díaz, con la advertencia reiterada de que no debe ser considerada en modo alguno, ni en el fondo, ni en la forma, como un genuino documento bolivariano.
NOTAS
1) El Pbro. Coronel José Félix Blanco.
2) El General Juan Bautista Arismendi. también está V. equivocado, y no lo extraño, porque éste ha estado hasta ahora a alguna distancia para el examen de sus procederes. Aquellas mulas a que se refiere, y por que le hace V. cargos, que pasaron el Pueblito El Pueblito. Hoy existe una población de este nombre, situada a unos 40 Kms. en línea recta al suroeste de Upata, en el Estado Bolívar. como las que mandó el general Sedeño El General Manuel Sedeño.
CARTA APÓCRIFA
San Félix, junio 19 de 1817 Mi querido general:
Acabo de recibir la apreciable carta de Vd. del 16, y en consecuencia de ella, oficio al comisionado de las misiones para que venga aquí en virtud de haber resuelto eximirlo del encargo que tenía por órdenes de Vd. y mías. Con esto queda transigido todo comprometimiento con el P. Blanco.
Hablando de otra cosa le diré a Vd. que he sabido por los generales Bermúdez, Sedeño y Valdés que Arismendi ha pretendido enredarnos con chismes y mentiras para ver si saca algún partido de nuestras disensiones. El es un pícaro y jamás ha sido otra cosa. Yo le probaré a él cuando Vd. quiera, con documentos y testigos, que él lo ha acusado a Vd. de todo género de crímenes, y yo le probaré también que es falso que yo le haya mandado sublevar el ejército contra Vd., ni pensado en atentar contra su vida; y, por el contrario, que he desaprobado su conducta en los Llanos, y que le he dado pruebas incontestables de preferir a Vd. a todos los generales de la República, como el más o el único interesante a ella. Si él se queja de que no hay justicia para castigar los delitos, le aseguro a Vd. que no volverá a decirlo con razón. He cometido, es verdad, una injusticia atroz, en dejarle con vida: es un malvado y ha debido morir.
El quiere un senado: puede ser que antes que se forme el senado ya se haya hecho justicia, pues si he dicho antes que estaba resuelto a sufrirlo todo, ahora digo que estoy resuelto a no sufrir nada más; porque no siendo mi carácter ni débil ni pusilánime, ningún temor tengo para castigar los delitos. Cuidado no le suceda al señor Arismendi la fábula de las ranas.
Adiós, mi querido general, mande Vd. a su afectísimo amigo que lo estima de corazón, sin que sean bastantes a destruir esta estimación los chismes de Arismendi, ni las intrigas de tantos que existen como él.
BOLÍVAR. y como otras y otros animales, no han sido robadas. ¡Por Dios, general! ¿Y qué dirán entonces nuestros enemigos calumniadores? ¿No sabe V. que con las mulas, ganados y otros valores se han buscado en las colonias y se ha proporcionado aquí mismo elementos de guerra que no teníamos y subsistencias y abrigo para los cuerpos?
General, prefiero un combate con los españoles a estos disgustos entre los patriotas. V. sí que está prevenido contra sus compañeros, que debe saber que son sus amigos, y de quien no debe separarse para el mejor servicio de la causa. Lo contrario es servir a la de la opresión.
Sí, si nos dividimos, si nos anarquizamos, si nos destrozamos mutuamente, aclararemos las filas republicanas, haremos fuertes las de los godos, triunfará España y con razón nos titularán vagabundos.
No insista V. en separarse de su puesto. Si V. estuviera a la cabeza, yo no lo abandonaría, como no abandonaré al que lo esté mañana, sea quien sea, con tal que tenga legitimidad y lo necesite la Patria. La Patria lo necesita a V., hoy como lo que es. y mañana habrá de necesitarlo como lo que por sus servicios llegare a ser.
No dude de mi sinceridad. Avíseme qué otra medida conviene dictar en el gobierno de Las Misiones de acuerdo con V.
Soy su amigo de corazón.
BOLÍVAR.
P.D. El padre Blanco es amigo de V. Se lo aseguro porque lo sé.
* De copia de época. En el Archivo del Libertador, vol. 44, fol. 15-16 se conserva una copia de letra de amanuense, que habrá pertenecido al Archivo de Blanco y Azpurúa. según consta en un volante anexo al mismo documento. No se conoce el original de esta carta por lo cual la Comisión Editora ha adoptado el texto de la mencionada copia como el más fidedigno. Debe tenerse en cuenta que también en el caso presente —como en varios otros que se han estudiado antes— el Dr. José Domingo Díaz dio en la “Gaceta de Caracas” (N° 184, del 22 de abril de 1818)
3) El General Juan Bautista Arismendi.
4) El Pueblito. Hoy existe una población de este nombre, situada a unos 40 Kms. en línea recta al suroeste de Upata, en el Estado Bolívar. como las que mandó el general Sedeño El General Manuel Sedeño.
CARTA APÓCRIFA
San Félix, junio 19 de 1817 Mi querido general:
Acabo de recibir la apreciable carta de Vd. del 16, y en consecuencia de ella, oficio al comisionado de las misiones para que venga aquí en virtud de haber resuelto eximirlo del encargo que tenía por órdenes de Vd. y mías. Con esto queda transigido todo comprometimiento con el P. Blanco.
Hablando de otra cosa le diré a Vd. que he sabido por los generales Bermúdez, Sedeño y Valdés que Arismendi ha pretendido enredarnos con chismes y mentiras para ver si saca algún partido de nuestras disensiones. El es un pícaro y jamás ha sido otra cosa. Yo le probaré a él cuando Vd. quiera, con documentos y testigos, que él lo ha acusado a Vd. de todo género de crímenes, y yo le probaré también que es falso que yo le haya mandado sublevar el ejército contra Vd., ni pensado en atentar contra su vida; y, por el contrario, que he desaprobado su conducta en los Llanos, y que le he dado pruebas incontestables de preferir a Vd. a todos los generales de la República, como el más o el único interesante a ella. Si él se queja de que no hay justicia para castigar los delitos, le aseguro a Vd. que no volverá a decirlo con razón. He cometido, es verdad, una injusticia atroz, en dejarle con vida: es un malvado y ha debido morir.
El quiere un senado: puede ser que antes que se forme el senado ya se haya hecho justicia, pues si he dicho antes que estaba resuelto a sufrirlo todo, ahora digo que estoy resuelto a no sufrir nada más; porque no siendo mi carácter ni débil ni pusilánime, ningún temor tengo para castigar los delitos. Cuidado no le suceda al señor Arismendi la fábula de las ranas.
Adiós, mi querido general, mande Vd. a su afectísimo amigo que lo estima de corazón, sin que sean bastantes a destruir esta estimación los chismes de Arismendi, ni las intrigas de tantos que existen como él.
BOLÍVAR. y como otras y otros animales, no han sido robadas. ¡Por Dios, general! ¿Y qué dirán entonces nuestros enemigos calumniadores? ¿No sabe V. que con las mulas, ganados y otros valores se han buscado en las colonias y se ha proporcionado aquí mismo elementos de guerra que no teníamos y subsistencias y abrigo para los cuerpos?
General, prefiero un combate con los españoles a estos disgustos entre los patriotas. V. sí que está prevenido contra sus compañeros, que debe saber que son sus amigos, y de quien no debe separarse para el mejor servicio de la causa. Lo contrario es servir a la de la opresión.
Sí, si nos dividimos, si nos anarquizamos, si nos destrozamos mutuamente, aclararemos las filas republicanas, haremos fuertes las de los godos, triunfará España y con razón nos titularán vagabundos.
No insista V. en separarse de su puesto. Si V. estuviera a la cabeza, yo no lo abandonaría, como no abandonaré al que lo esté mañana, sea quien sea, con tal que tenga legitimidad y lo necesite la Patria. La Patria lo necesita a V., hoy como lo que es. y mañana habrá de necesitarlo como lo que por sus servicios llegare a ser.
No dude de mi sinceridad. Avíseme qué otra medida conviene dictar en el gobierno de Las Misiones de acuerdo con V.
Soy su amigo de corazón.
BOLÍVAR.
P.D. El padre Blanco es amigo de V. Se lo aseguro porque lo sé.
* De copia de época. En el Archivo del Libertador, vol. 44, fol. 15-16 se conserva una copia de letra de amanuense, que habrá pertenecido al Archivo de Blanco y Azpurúa. según consta en un volante anexo al mismo documento. No se conoce el original de esta carta por lo cual la Comisión Editora ha adoptado el texto de la mencionada copia como el más fidedigno. Debe tenerse en cuenta que también en el caso presente —como en varios otros que se han estudiado antes— el Dr. José Domingo Díaz dio en la “Gaceta de Caracas” (N° 184, del 22 de abril de 1818) una versión adulterada de esta carta. Véase al respecto lo expresado en las notas principales de los Documentos nos. 1878, 1879 y 1882. Como se ha hecho en tales casos, la Comisión Edito
5) El Pueblito. Hoy existe una población de este nombre, situada a unos 40 Kms. en línea recta al suroeste de Upata, en el Estado Bolívar.
6) El General Manuel Sedeño.
CARTA APÓCRIFA
San Félix, junio 19 de 1817 Mi querido general:
Acabo de recibir la apreciable carta de Vd. del 16, y en consecuencia de ella, oficio al comisionado de las misiones para que venga aquí en virtud de haber resuelto eximirlo del encargo que tenía por órdenes de Vd. y mías. Con esto queda transigido todo comprometimiento con el P. Blanco.
Hablando de otra cosa le diré a Vd. que he sabido por los generales Bermúdez, Sedeño y Valdés que Arismendi ha pretendido enredarnos con chismes y mentiras para ver si saca algún partido de nuestras disensiones. El es un pícaro y jamás ha sido otra cosa. Yo le probaré a él cuando Vd. quiera, con documentos y testigos, que él lo ha acusado a Vd. de todo género de crímenes, y yo le probaré también que es falso que yo le haya mandado sublevar el ejército contra Vd., ni pensado en atentar contra su vida; y, por el contrario, que he desaprobado su conducta en los Llanos, y que le he dado pruebas incontestables de preferir a Vd. a todos los generales de la República, como el más o el único interesante a ella. Si él se queja de que no hay justicia para castigar los delitos, le aseguro a Vd. que no volverá a decirlo con razón. He cometido, es verdad, una injusticia atroz, en dejarle con vida: es un malvado y ha debido morir.
El quiere un senado: puede ser que antes que se forme el senado ya se haya hecho justicia, pues si he dicho antes que estaba resuelto a sufrirlo todo, ahora digo que estoy resuelto a no sufrir nada más; porque no siendo mi carácter ni débil ni pusilánime, ningún temor tengo para castigar los delitos. Cuidado no le suceda al señor Arismendi la fábula de las ranas.
Adiós, mi querido general, mande Vd. a su afectísimo amigo que lo estima de corazón, sin que sean bastantes a destruir esta estimación los chismes de Arismendi, ni las intrigas de tantos que existen como él.
BOLÍVAR. y como otras y otros animales, no han sido robadas. ¡Por Dios, general! ¿Y qué dirán entonces nuestros enemigos calumniadores? ¿No sabe V. que con las mulas, ganados y otros valores se han buscado en las colonias y se ha proporcionado aquí mismo elementos de guerra que no teníamos y subsistencias y abrigo para los cuerpos?
General, prefiero un combate con los españoles a estos disgustos entre los patriotas. V. sí que está prevenido contra sus compañeros, que debe saber que son sus amigos, y de quien no debe separarse para el mejor servicio de la causa. Lo contrario es servir a la de la opresión.
Sí, si nos dividimos, si nos anarquizamos, si nos destrozamos mutuamente, aclararemos las filas republicanas, haremos fuertes las de los godos, triunfará España y con razón nos titularán vagabundos.
No insista V. en separarse de su puesto. Si V. estuviera a la cabeza, yo no lo abandonaría, como no abandonaré al que lo esté mañana, sea quien sea, con tal que tenga legitimidad y lo necesite la Patria. La Patria lo necesita a V., hoy como lo que es. y mañana habrá de necesitarlo como lo que por sus servicios llegare a ser.
No dude de mi sinceridad. Avíseme qué otra medida conviene dictar en el gobierno de Las Misiones de acuerdo con V.
Soy su amigo de corazón.
BOLÍVAR.
P.D. El padre Blanco es amigo de V. Se lo aseguro porque lo sé.
* De copia de época. En el Archivo del Libertador, vol. 44, fol. 15-16 se conserva una copia de letra de amanuense, que habrá pertenecido al Archivo de Blanco y Azpurúa. según consta en un volante anexo al mismo documento. No se conoce el original de esta carta por lo cual la Comisión Editora ha adoptado el texto de la mencionada copia como el más fidedigno. Debe tenerse en cuenta que también en el caso presente —como en varios otros que se han estudiado antes— el Dr. José Domingo Díaz dio en la “Gaceta de Caracas” (N° 184, del 22 de abril de 1818) una versión adulterada de esta carta. Véase al respecto lo expresado en las notas principales de los Documentos nos. 1878, 1879 y 1882. Como se ha hecho en tales casos, la Comisión Editora reproduce aquí también en anexo, la carta apócrifa de José Domingo Díaz, con la advertencia reiterada de que no debe ser considerada en modo alguno, ni en el fondo, ni en la for
7) El General Manuel Sedeño.
CARTA APÓCRIFA
San Félix, junio 19 de 1817 Mi querido general:
Acabo de recibir la apreciable carta de Vd. del 16, y en consecuencia de ella, oficio al comisionado de las misiones para que venga aquí en virtud de haber resuelto eximirlo del encargo que tenía por órdenes de Vd. y mías. Con esto queda transigido todo comprometimiento con el P. Blanco.
Hablando de otra cosa le diré a Vd. que he sabido por los generales Bermúdez, Sedeño y Valdés que Arismendi ha pretendido enredarnos con chismes y mentiras para ver si saca algún partido de nuestras disensiones. El es un pícaro y jamás ha sido otra cosa. Yo le probaré a él cuando Vd. quiera, con documentos y testigos, que él lo ha acusado a Vd. de todo género de crímenes, y yo le probaré también que es falso que yo le haya mandado sublevar el ejército contra Vd., ni pensado en atentar contra su vida; y, por el contrario, que he desaprobado su conducta en los Llanos, y que le he dado pruebas incontestables de preferir a Vd. a todos los generales de la República, como el más o el único interesante a ella. Si él se queja de que no hay justicia para castigar los delitos, le aseguro a Vd. que no volverá a decirlo con razón. He cometido, es verdad, una injusticia atroz, en dejarle con vida: es un malvado y ha debido morir.
El quiere un senado: puede ser que antes que se forme el senado ya se haya hecho justicia, pues si he dicho antes que estaba resuelto a sufrirlo todo, ahora digo que estoy resuelto a no sufrir nada más; porque no siendo mi carácter ni débil ni pusilánime, ningún temor tengo para castigar los delitos. Cuidado no le suceda al señor Arismendi la fábula de las ranas.
Adiós, mi querido general, mande Vd. a su afectísimo amigo que lo estima de corazón, sin que sean bastantes a destruir esta estimación los chismes de Arismendi, ni las intrigas de tantos que existen como él.
BOLÍVAR.
Traducción