DOCUMENTO 3079 .OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL DE BRIGADA LINO DE CLEMENTE, FECHADO EN ANGOSTURA EL 24 DE JULIO DE 1818, ME­DIANTE EL CUAL LE NOMBRA ENVIADO EXTRAORDINARIO Y MINISTRO PLENIPOTENCIARIO DE VENEZUELA ANTE EL GOBIERNO DE LOS ESTA­DOS UNIDOS DE NORTE AMERICA *

Sección
13) Período (01JUL 1818 AL 15FEB 1819) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Angostura, 24 de julio de 1818.

Señor General Lino de Clemente.

Señor:

A consecuencia de haber llegado a esta República Mr. Irvine con el carácter de Agente de esos Estados y de las disposicio­nes favorables de ese Gobierno con respecto a los Pueblos li­bres de la América del Sur he creído conveniente extender el adjunto Diploma nombrando a V.S. Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela cerca del Gobierno de los Estados Unidos de la América del Norte para que solicite el reconocimiento de nuestra independencia, confiera y acuer­de los convenios y tratados necesarios para aquel fin y esta­blezca las relaciones políticas y comerciales que convengan a las dos naciones. Las instrucciones que incluyo a V.S. arre­glarán su conducta en esta misión.

Siento no poder instruir a V.S. del resultado de la misión del Sr. Irvine por no haber dado aún principio a las conferen­cias oficiales. Hasta ahora no ha tenido otras entrevistas con­migo que la de su recepción y dos confidenciales en que, aun­que con bastante misterio y oscuridad me ha hecho entender alguna parte del objeto a que ha sido enviado pero haciéndose concebir siempre que reserva otras más importantes.

Según se ha explicado debe empezar sus conferencias por re­clamar dos goletas de esos Estados apresadas en el Orinoco cuan­do nuestra escuadra lo bloqueaba. Yo he ofrecido mirar con la mayor consideración este reclamo, y exhibir todas las pruebas que certifiquen la condena de aquellos dos buques. El lunes 27 del presente será la primera conferencia en que se tratará de esto preferentemente.

También me ha significado que está encargado de explicar y justificar la conducta de ese Gobierno con respecto a la isla de Amelia, manifestando las causas que ha habido para apo­derarse de ella. Como yo no había recibido aún el oficio de V.S. de 19 de mayo último, ni tenía otras noticias sobre los suce­sos de América que los que he visto en las gacetas extranjeras, mi contestación privada se redujo a que el Gobierno de Vene­zuela ignoraba lo que había pasado allí; y que no conocía co­mo partes legítimas en la contienda contra la España al Gral.



Mac Gregor ni al Comandante Aury, si no estaban autorizados por algún gobierno independiente.

Mr. Irvine me manifestó la mayor satisfacción por esta res­puesta, sin embargo de que no tiene otro carácter que el de una opinión particular dada en una conversación confidencial.

No fue menor la mía al oír las protestas que me hizo de los sinceros deseos que animan a esos Estados de ver realizar nues­tra independencia, y los oficios de amistad, armonía y buena inteligencia que ofreció de parte de su Gobierno procurando al mismo tiempo justificarlo por no haber tomado parte hasta ahora en nuestra lucha, y añadiendo que ya habían pasado los motivos que lo detenían para dar este paso.

De todo esto, de las misiones que salieron antes que la de Mr. Irvine para Chile y Buenos Aires, y de los movimientos mili­tares que hacen al mismo tiempo las fuerzas de esos Estados sobre la Florida, yo infiero que las disposiciones de ese Gobier­no son las más favorables: que podemos esperar ser reconoci­dos y aun socorridos con los elementos militares que necesita­mos, y con dinero para satisfacer los créditos que hemos con­traído con algunas casas de Inglaterra. Estos son los objetos de la misión extraordinaria que confiero a V.S. y que espero ten­drá los más felices e importantes resultados, confiado no solamente en la justicia de nuestra causa e interés que inspira, sino en la habilidad y talento políticos de V.S.

Dios guarde a V.S. muchos años,

[BOLÍVAR]

Pedro Briceño Méndez, Secretario de Estado y Relaciones Ex­teriores.

* De un impreso moderno: Francisco José Urrutia. Páginas de Historia Diplomática. Bogotá. Imprenta Nacional, pp. 120-121. La Comisión no ha visto el original.

Traducción