DOCUMENTO 10894. CARTA DEL LIBERTADOR PARA EL GENERAL FRANCISCO DE PAULA SANTANDER, FECHADA EN PUNO EL 6 DE AGOSTO DE 1825, EN LA CUAL LE TRATA VARIOS ASPECTOS: LA INVITACIÓN DE BUENOS AIRES A SUCRE, PARA QUE SE LE UNA EN LA GUERRA QUE DESEA HACER A BRASIL; LE HABLA SOBRE LOS ESFUERZOS QUE HACE BUENOS AIRES PARA RE­COBRAR LA BANDA ORIENTAL Y MONTEVIDEO; SOBRE LAS POSIBILIDADES DE LA SANTA ALIANZA DE LLEVAR A CABO ATAQUES AL PERÚ; LE INFORMA DEL ENVÍO DE CINCO MIL HOMBRES HACIA EL ISTMO; Y FINALMENTE LE HABLA DE LAS NOTICIAS DE UNA EXPEDICIÓN CONTRA PERÚ.*

Sección
30) Período (02JUL AL 31AGO 1825) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Puno, 6 de agosto de 1825.

Al Señor General Francisco de Paula Santander.

Mi querido general:

Ayer he llegado a esta capital del departamento de Puno en marcha al Alto Perú. La gratitud de estos pueblos es ilimitada, y yo estoy de ella muy reconocido.

Hoy he recibido comunicaciones de Buenos Aires dirigidas al ge­neral Sucre por las cuales sabemos oficialmente que la misión de Buenos Aires del general Alvear y el doctor Díaz Vélez trae, entre otros objetos, la invitación formal y expresa de hacerle la guerra al Brasil de acuerdo con Buenos Aires, que está haciendo esfuerzos por recobrar la Banda Oriental y Montevideo. Como este negocio es gravísimo, no me dejaré arrastrar de pronto ni por la gloria ni por las lisonjas. Desde luego yo no puedo dispo­ner de las tropas de Colombia sin consentimiento de su gobierno. Por lo mismo, deseo que Ud. consulte al congreso y a los agentes ingleses sobre el modo con que la Inglaterra vería una guerra de nuestra parte con el Brasil. A primera vista no parece útil más que a Buenos Aires; pero como la Santa Alianza puede con el tiempo aprovecharse del Brasil para atacarnos, será muy útil consultar a la Inglaterra de antemano sobre esta materia espinosa y difícil. Yo creo que siempre convendrá saber la opinión de la Inglaterra para obrar en consecuencia en cualquier caso que el emperador del Bra­sil nos incomode, pues es joven, aturdido, legítimo y Borbón. Mañana le puede encargar a él la Santa Alianza, en secreto o en público, de hacernos la guerra como heredero de todos los derechos perdidos de todos los Bor-bones. Yo por aquí no tengo a quien consultar porque no hay agente inglés todavía.

La asamblea de las provincias del Alto Perú se ha reunido, pero no ha deliberado nada porque le faltaban aún algunos diputados de los departamentos. El general Sucre me escribe que están resueltos a hacerse independientes de Buenos Aires, que su República la llamarán boliviana y que me pedirán una constitución. El presidente del Congreso me ha escrito diciéndome poco más o menos, aunque no decididamente, porque no han deliberado aún.

Voy a mandar, como he dicho a Ud. tantas veces, 5.000 hombres para el Istmo, contando con que se encontrarán allí buques que los llevarán a Venezuela, o adonde Ud. quiera; pero repito también que si no los ponen en climas fríos se mueren porque todos son de tierras heladas.

Me ocurre ahora que si Ud. necesita por Bogotá un batallón y un escuadrón, puede Ud. pedírselo al general Salom que está en Lima, que tiene orden de mandar en el mes de diciembre al Istmo, 1.400 hombres, los que se podrían desembarcar en San Buenaventura, mandado componer de antemano el camino y poner en él todo lo necesario. La remontada del río Dagua es horrorosa y muy penosa: por tierra no hay sino bosques inmensos y veredas muy estrechas cubiertas de culebras venenosas.

Yo siempre sentiré mucho que esta división no quede reunida en los climas templados de Venezuela. En las cercanías de Caracas hay pueblos tan fríos como en Bogotá. Por ejemplo, San Antonio, Los Teques, Man­ches, San Pedro, Macarao, Los Budares [ 1 ] y cuatro o seis más que es inútil enumerar.

En el Perú no quedan ahora más que 5.000 colombianos que pueden aumentarse con reclutas del país cuando tengan que marchar para allá, o por otra causa.

He visto en una gaceta inglesa que la Santa Alianza se reúne en París para tratar sobre nosotros. Nuestros enemigos dicen que yo he sido derrotado en París. Esto me anima más y más a aumentar las fuerzas que van a Colombia y a mejorarlas. En consecuencia, voy a mandar tres bata­llones divinos con más de 4.000 hombres, fuera de los tres escuadrones que también serán magníficos. El Vencedor con 1.400 plazas a las órdenes del intrépido Luque, el batallón Bogotá con 1.600 plazas a las órdenes del coronel Galindo, que es un segundo Salom revuelto con Lara; y el batallón de Araure, que será el mejor de todos, porque llevará una tropa selecta y muy aguerrida. Su comandante, no sé aún, porque debe elegirlo entre los que tiene a sus órdenes Lara o Sandes, irá mandando esta división. Con ella se puede hacer mucho contra todos los enemigos.

No he recibido comunicación alguna en tres correos, por los señores pastusos según entiendo. Esos demonios merecen la muerte. Pasado maña­na me voy para La Paz a hacer marchar el batallón Bogotá y el escuadrón que va con él, todo está preparado de antemano.

Soy de Ud. de corazón.

[BOLÍVAR]

P.D.: Estoy actualmente leyendo unos diarios de Buenos Aires hasta junio: en uno de ellos he leído que la España trataba de mandar una expe­dición de 12.000 hombres a América, y que a este efecto había hecho un tratado con la Rusia que debía auxiliarla en esta empresa. Esto me resuelve más y más a mandar los 5.000 hombres por el Istmo, para que en ningún tiempo podamos ser sorprendidos.

Vea Ud. las cuestiones sobre Funes en Buenos Aires, para lo cual le mando a Ud. los diarios que contienen esta cuestión. A Funes lo quieren echar del Congreso porque es enemigo del gobierno y a nosotros nos hala­gan con falsas demostraciones. Funes se muere de hambre: por lo mismo, no querrá aceptar la misión, por no perder el sueldo como representante. Es excelente sujeto y muy partidario nuestro.

El artículo sobre Mr. Monge, conde de antigua familia, es cierto porque él me ofreció volver quizás con el reconocimiento; y me dijo que daría buenos informes de nosotros: él es mandado por su almirante que es un excelente sujeto.

* De un impreso moderno: Simón Bolívar, Obras Completas, tomo II, pp. 193-195.

NOTAS

1) Lleva el nombre de Los Dudares una sierra con pequeñas mesetas planas y abundantes manantia­les situada entre los pueblos Carrizales y San Diego cerca de los Teques. En ella se sembraron a principios del siglo pasado, algunas haciendas de café sin sombra, y no dieron resultado. Todavía se ven ruinas de las oficinas; el clima es frío y sano. Altura sobre los 1.500 a 1.800 metros. Produce papas, maíz, caráotas, poco café en las partes bajas, y buenos pastos. Esta nota fue insertada en el impreso por el compilador.

Traducción