DOCUMENTO 10348 CARTA DE SIMÓN BOLÍVAR PARA EL DOCTOR GREGORIO FUNES, FECHADA EN AREQUIPA EL 28 DE MAYO DE 1825, EN LA CUAL LE TRÁTA LO RELATIVO A LA INVASIÓN DE UNA PROVINCIA DEL ALTO PERÚ POR UNA FUERZA BRASILERA; EL CASO DE LA ASAMBLEA DEL ALTO PERÚ, EN VÍAS DE INSTALACIÓN; A LA FORMACIÓN DE LA FEDERACIÓN DE MÉXICO, GUATEMALA, COLOMBIA Y PERÚ; A LA SITUACIÓN DE CHILE ANTE LA ISLA DE CHICLOÉ, Y A LA NECESIDAD QUE TIENE DE INFORMACIÓN ACERCA DE LAS RELACIONES DE BRASIL CON EUROPA.*

Sección
29) Período (02ENE AL 30JUN 1825) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Arequipa, 28 de mayo de 1825.

Señor Doctor Don Gregorio Funes.

Mí apreciado amigo y señor:

Supongo que Ud. estará ya informado de la invasión que ha hecho un oficial del Brasil, sobre la provincia de Chiquitos, en el Alto Perú.

Yo no he podido creer que esta medida tan injusta como impolítica haya sido tomada por orden del emperador del Brasil; porque esto sería envolverse a sí mismo en una inmensidad de males que apenas alcanzamos a calcular. Sin embargo, como todo puede suceder, yo deseo que Ud. tenga la bondad de escribirme por tierra, informándome de todo lo que Ud. sepa con respecto al Brasil y muy particularmente lo que tiene relación con el último atentado contra Chiquitos; y si acaso los españoles han tenido alguna parte en esta invasión por medio del influjo que puedan haber adquirido en el Janeiro. Ud. puede dirigirse también al general Sucre e informarle el estado de los negocios de Buenos Aires.



Los negocios del Alto Perú marchan con mucha regularidad desde la batalla de Ayacucho. Otro tanto sucede en Colombia y en el Perú.

Nada sabemos detalladamente de los progresos que Uds. hagan en la composición de ese gobierno argentino, cuya solidez me interesa mucho en el día para que pueda oponerse a esos temerarios realistas del Janeiro.

Ud. sabrá que el general Arenales ha instado mucho al general Sucre porque se reúna la Asamblea de Representantes del Alto Perú. El mismo Arenales me manifiesta que éstos son los deseos del gobierno argentino. En consecuencia he dado el decreto que Ud. verá en la gaceta que acompaño. Yo no quería dar tal decreto porque no me creía autorizado para ello; pero los mariscales de Ayacucho [ 1 ]] y Arenales me han comprometido de un modo que no me ha quedado otro arbitrio que el de ceder para disgustar al Perú y al Río de la Plata, pues el Alto Perú lo que desea es declararse independiente y constituir una república separada.



La federación de México, Guatemala, Colombia y el Perú, se ha verificado y sus diputados deben esta en el Istmo de Panamá en el mes de junio. Lograda esta asamblea, mucho debemos adelantar en la causa común.

Si el Río de la Plata quiere que las tropas del Perú hagan una invasión en el Paraguay, avísemelo Ud. pues entiendo que no es difícil por el río Bermejo. Esta operación nos facilitaría otras ventajas, en caso de que el Brasil continúe con sus temeridades. También me ocurre otra idea; y es que si Chile no ocupa inmediatamente a Chiloé, los españoles entregan aquella isla a alguna potencia de Europa y nos hará mucho daño después. Si a Ud. le parece bien, dé Ud. sus pasos por allá sobre este particular para que ese gobierno inste al de Chile, a fin de que obre activamente sobre aquella isla. Como el gobierno de Buenos Aires es muy amigo del de Chile, puede ser oído con más confianza, seguido con más docilidad. Yo tomaría a Chiloé; pero no lo hago por no excitar celo entre los chilenos que temen mi influencia en sus negocios domésticos. Cuando yo me abstengo hasta de responder a las cartas particulares porque no se diga de que mantengo correspondencia secreta en su país. Otro tanto me sucede con respecto a Buenos Aires; y es ésta la causa porque cometa la impolítica de no responder a los que me favorecen con sus cartas. Sírvame esta excusa con Ud. pero deseo, sin embargo, que Ud. me escriba todo lo que pueda.

En el mes de agosto estaré en el Alto Perú.

Me parece un paso muy importante, el de consultar la opinión del agente británico en esa capital sobre el modo con que recibiría la Inglaterra una guerra del Brasil con nosotros. Si ese caballero, no sabe o no se atreve a responder a la cuestión, podría Ud. decirle que yo deseo que consulte a su gobierno sobre este negocio. Yo sé muy bien que no hay guerra buena y que la Inglaterra, que vive del comercio, no puede desear sino la paz de sus mercados; mas también sé que nosotros debemos defendernos contra las agresiones atroces de un gobierno tan inmoral que desprecia absolutamente el derecho de gentes invadiendo el territorio amigo y amenazando con un exterminio absoluto a los que resistan.

También sería importante que Ud. viese al Ministro de Relaciones Exteriores de ese gobierno para que se sirviese dar sus pasos con los agentes británicos residentes en Buenos Aires y Río de Janeiro, a fin de que si dichos agentes lo tenían a bien, nos informase de las miras de ese gobierno brasilense y de las relaciones que lo ligan con la Europa. En fin, todo esto es importantísimo; pero por lo mismo, yo creo que Ud. debe manejarlo con mucho tino y discreción.

Nuestros agentes de Europa y América se encargarán de esta misma comisión que Ud.

Reciba Ud. las expresiones de mi consideración y respeto.

[BOLÍVAR] Contestada el 26 de agosto.



* De un impreso moderno: Simón Bolívar, Obras completas, tomo II, pp. 140-141. El compilador dice que fue tomada ""de una fotografía del original"", pero omite la información atinente a dicho original. El destinatario, conocido también como el Deán Funes (Argentina 1749-1829), sacerdote, político y escritor; se adhirió al movimiento independentista en Córdoba y formó parte de la junta de 1810.

NOTAS

1) Se trata de Juan Antonio Álvarez de Arenales y de Antonio José de Sucre, ambos con el empleo de Gran Mariscal y presentes en la batalla de Ayacucho.

Traducción