DOCUMENTO 5140. OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL CORONEL PLAZA Y EL GENERAL SUCRE, FECHADO EN TRUJILLO EL 9 DE NOVIEMBRE DE 1820, EN EL CUAL LES PARTICIPA HABERLOS NOMBRADO PARA IR A RECIBIR A LOS COMISIONADOS ESPAÑOLES Y LES IMPARTE INSTRUCCIONES PARA EL CASO.*
Sección
16) Período (16JUN AL 24DIC 1820) Correspondencia Oficial
Personas
Lugares
Palabras Clave
Descripción:
A los señores Coronel Plaza y General Sucre.
Señores:
Para abreviar la conclusión del armisticio que ha propuesto al Gobierno el Jefe del ejército español, he tenido a bien nombrar a USS. para que vayan al encuentro de los señores Comisionados que vienen dirigidos a mi Cuartel General, con aquel objeto, a poner en sus manos Ja adjunta comunicación.
He instruido a USS. de las explicaciones que deben dar a los señores Comisionados, para que aquéllos pidan al Gobierno su comitente, poderes amplios y suficientes a la pronta conclusión del tratado, si acaso no fuesen bastantes los que hubiesen recibido.
Los reparos que quizá pueden oponerse a la negociación serán las cesiones de Santa Marta, Río Hacha y Maracaibo, y tal vez la ocupación de la Provincia de Harinas y territorio de Guanare, por nuestras armas.
La cesión de la Costa, no debe ser un obstáculo efectivo a la conclusión del armisticio. Más de 4.000 hombres la ocupan y no parece probable resistirles. Existen aquí los documentos más irrevocables de este asunto. Si no se accede a esta cesión, las hostilidades quedarán abiertas por aquella parte, y yo exijo además en recompensa de esta negativa la continuación de las hostilidades por Quito, donde nada puede detenernos. Es decir, que por defender una costa, y que quizá ocupada ya por nuestras armas, perderá el Gobierno español el Reino de Quito.
La Provincia de Barinas está completamente en nuestro poder, o evacuada por las tropas españolas. La Portuguesa es su límite natural; por consiguiente nada pierde el Gobierno español en el abandono de un país ya desocupado y que no se puede defender en la actual situación militar; mas si se rehusa este artículo del armisticio, yo exigiré en recompensa, y por una necesidad absoluta, la continuación de hostilidades con el ejército situado en Trujillo.
De donde se deduce que el armisticio vendría a ser insignificante y aun nulo. Es imposible dejar de obrar sobre la costa en un país mortífero, con tropas ya destinadas a la ocupación de aquellas ciudades, y cuya inacción sería para ellas más cruel que la guerra. Tampoco es posible mantener el ejército en inacción por una parte, sin tener abiertas las comunicaciones, para la introducción a mi Cuartel General de municiones de boca y de guerra; solamente tras de la Portuguesa se pueden conservar estas comunicaciones pacíficas, breves y seguras.
Protesten USS. a los señores Comisionados que las indemnizaciones son tan justas y equitativas, como nuestras pretensiones legítimas y moderadas: que nuestra sinceridad y buena fe en procurar la paz y amistad con el Gobierno y con el pueblo español, es igual a la resolución de llevar nuestras armas libertadoras a todo el Nuevo Mundo, si desatendiendo nuestras solicitudes, fuere forzado el pueblo de Colombia a buscar nuevas victorias, su emancipación y tranquilidad.
Dios, etc.
Trujillo, 9 de noviembre de 1820.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. O´Leary, ""Memorias""; tomo XVII, págs. 546-547.
Traducción