DOCUMENTO 10322 OFICIO DEL CORONEL JOSÉ GABRIEL PÉREZ PARA EL ILUSTRÍSIMO OBISPO DE LA DIÓSECIS DE AREQUIPA, FECHADO EN AREQUIPA EL 26 DE MAYO DE 1825, POR MEDIO DEL CUAL LE COMUNICA LA ORDEN DEL LIBERTADOR PARA QUE HAGA DEL CONOCIMIENTO DE LOS PÁRROCOS, ECLESIÁSTICOS Y OTRAS PERSONAS DE LA DIÓCESIS, LA OBLIGACIÓN DE PREDICAR Y ENSEÑAR AL PUEBLO LA RELIGIÓN DE JESÚS Y LOS PRINCIPIO POLÍTICOS DE LA REPÚBLICA, EN VEZ DE LAS PRÉDICAS EN FAVOR DE LAS DOCTRINAS POLÍTICAS DE ESPAÑA.*

Sección
29) Período (02ENE AL 30JUN 1825) Correspondencia Oficial

Personas

Lugares

Palabras Clave

Descripción:
Arequipa, 26 de mayo de 1825.

Al Ilustrísimo Señor Obispo de esta Diócesis [de Arequipa].

Tengo la honra de dirigirme a V.S.I. sobre una materia de una importancia vital, y que ocupa altamente la atención de S.E. el Jefe Supremo de la República.

Este departamento está plagado de personas adictas aún a la monarquía española, y que ven como un crimen profesar los principios de nuestro sistema. No deben ser desconocidas a V.S.I. las causas de este funesto error. La ignorancia y la superstición han sido los agentes de la tiranía, y han sembrado en los corazones sentimientos contrarios a los que dictan la naturaleza, la razón y la justicia. Estas que han recobrado hoy todo su imperio, demandan que se haga en su obsequio cuanto esté al alcance del gobierno. V.S.I. que está encargado de conducir este inocente rebaño, debe por su parte, con un celo apostólico hacer esfuerzos extraordinarios para contribuir a la estabilidad de los principios fundamentales de nuestra regeneración política. V.S.I. siguiendo la esencia de su ministerio, debe contribuir a la ilustración de estos pueblos, para que impuestos de sus derechos puedan amarlos y defenderlos a todo trance; sin un celo único, sin un fervor sin igual y sin un interés el más vivo, no podrá conseguirse extirpar la semilla que el gobierno español sembró en los desgraciados habitantes de la América.

Es necesario que suceda a la doctrina política de España, enseñada en todas partes y aun en la cátedra del Espíritu Santo, la predicación y la enseñanza de los principios políticos de nuestro sistema. Toda otra conducta de parte de los encargados de la ilustración pública, sería contraria a su institución. Es necesario libertar al pueblo ignorante del conflicto en que lo han puesto su educación y enseñanza anterior, en que han ligado su conciencia a la obediencia del Rey de España, haciéndoles ver que la religión no los privó de sus derechos naturales, ni los condenó a ser perpetuamente esclavos: que ellos han tenido siempre el derecho de pronunciarse conforme a sus intereses: que el nuevo sistema adoptado en el Perú por un sentimiento unánime y espontáneo del pueblo, es justo y legítimo, sin que les traiga el menor reato delante del Ser Omnipotente.

Debe enseñárseles por medio de V.S.I. y por medio de todos los ministros del altar, que el Gobierno de la República es justo y legítimo, que deben obedecerle, servirlo y defenderlo con todas sus fuerzas, porque es la obra de sus manos, y la expresión de su voluntad.

Es necesario en fin, ilustrísimo señor, hacer sentir al pueblo ignorante, y a los engañados por la doctrina del gobierno español, que ha sido un error ligar la buena venturanza a la obediencia del Rey de España.

V.S.I. debe ser el primero que dé las más espléndidas pruebas de un patriotismo exaltado, de una adhesión a la causa de la independencia, y de un cordial y profundo respeto a nuestros principios profesándolos pública y privadamente. Una pastoral de V.S.I. en toda la diócesis, que desenvuelva los elementos de nuestras instituciones, será un ejemplo que imitarán todos los pueblos hasta hoy ignorantes, y que seguirán gustosos viendo a su cabeza, al conductor de sus conciencias. Una prevención a todos los párrocos, a todos los eclesiásticos de la diócesis, para que enseñen con la religión santa de Jesús los principios políticos de la República, harán a la vez la dicha y la prosperidad de ésta y de sus habitantes.

El catecismo escrito por un español, europeo, recientemente venido de la Península, dará a V.S.I. muchas ideas para la pastoral y enseñanza de los párrocos y demás sacerdotes, fuera de las que están consignadas en nuestra constitución y leyes.

S.E. el Libertador, Jefe Supremo de la República, se promete que V.S.I. desempeñará tanto más gustoso este encargo, cuanto a que está envuelto esencialmente en el santo ministerio de V.S.I. y que abraza el agradable deber de enseñar e instruir a los ignorantes para hacerlos dichosos.

Acepte V.S.I. el testimonio de mi más alta consideración con que etc.

Dios, etc.

[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]



* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O´Leary, tomo 38, folios 137 Vto. -138 recto. También se halla este documento en: Memorias del General O ´Leary, tomo XXIII, pp. 161-163.

Traducción