Salina, noviembre 19 de 1819. 9º
Al Excmo. señor Vicepresidente de la República.
He recibido en este momento los dos oficios de V.E. fecha de 12 y 13 del corriente. Incluyo a V.E. el despacho que solicita en el primero a favor del ciudadano José María Gómez y el decreto que pide en el otro para la emisión de las dos nuevas monedas de plata. Disponga V.E. que éste sea publicado en la forma ordinaria.
La misma queja que V.E. tiene con respecto a las bestias que salen de esa Provincia he oído en todas las demás por donde he transitado, y lo peor es que no por eso está el ejército mejor servido ni tiene siquiera los transportes necesarios para las municiones y bagajes. Yo no puedo atribuir esta pérdida de bestias, sino al abandono o mala fe de los Alcaldes de los pueblos, que al tiempo de dar los relevos reciben las otras y no las vuelven a los lugares de donde proceden. Además de esto he observado que a pesar de las quejas de que no hay bestias, contestación que unánimemente se da en todas partes, cualquiera partida o comisionado activo que se detuviera a recogerlas, trae todas las que se piden, lo cual prueba que las quejas no son justas y que sólo nacen del poco afecto que tienen los hombres para desprenderse de sus propiedades. Al oír que generalmente se lamentaban en los pueblos por donde pasaba de la pérdida de bestias que iban para el ejército, creí que hubiese en él un gran número de ellas; pero al incorporársele me hallé sin las necesarias. Juzgué entonces que el señor General Soublette hubiese llevado muchas, pero la relación que él me hace de su marcha, me desengañó, pues todas las que llevó no alcanzaron para racionar su División, en dos o tres días que le faltaron provisiones.
Por las tres órdenes que acompañó a V.E. del señor Coronel Concha, verá V.E. que no ha ido para el ejército ganado alguno de Casanare. Las pocas reses que han sido destinadas para el ejército, son de tan mala calidad, becerros y toros flacos que no pueden salir de la montaña. Los novillos y el ganado bueno todo se vende, como lo acreditan las órdenes. Yo no he encontrado aquí ni aun el ganado necesario para la subsistencia de la recluta en su tránsito.
Tanto el Coronel Salom, como el Coronel Lara, me dicen que es difícil, si no imposible, sacar de la Provincia de Tunja los 2.000 hombres que le he señalado de contingente, pero me aseguran que saldrán 1.000. Espero que V.E. tome medidas muy activas para completar aquel número, aunque sea de esa Provincia; si no llevamos 3.000 reclutas a Venezuela, nada hemos hecho. Estos mismos reclutas serán soldados veteranos a mediados del año próximo, y volverán a la Nueva Granada para hacer las campañas del Sur y Cartagena.
Dios, etc.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. O’Leary, tomo XII, págs. 534-535.
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