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DOCUMENTO 3919 OFICIO DE BOLIVAR PARA EL CORONEL SALOM, FECHADO EN CUARTEL GENERAL DE SALINA EL 19 DE NOVIEMBRE DE 1819. ESTA CORRESPONDENCIA GUARDA ANALOGÍA CON EL FALLECIMIENTO DEL GENERAL ANZOATEGUI. ANTE TAN IRREPARABLE PERDIDA, DESIGNA AL REFERIDO CORONEL SALOM, CON EL NOMBRAMIENTO DE JEFE DEL EJERCITO DEL NORTE; Y AL SEÑOR CORONEL LARA PARA QUE ASUMA LA JEFATURA DE ESTADO MAYOR EN DICHO EJERCITO. OTRAS ORDENES DE INMEDIATA EJECUCIÓN.*

Cuartel General en Salina, a 19 de noviembre de 1819.

Al coronel Salom.

Acabo de tener la muy infausta noticia de la muerte del señor General Anzoátegui. En consecuencia, he resuelto nombrar a US. para que mande en Jefe el ejército del Norte, y al señor Coronel Lara para que sea Jefe de Estado Mayor de dicho ejército. US., pues, y este Coronel volarán a Pamplona a servir sus destinos, dejando el mando de esta Provincia, en la persona que US. crea más idónea, mientras llega el Teniente Coronel Ortega que debe tomar el mando de ella. No se detenga US. un momento por ningún motivo, y marche por la posta.

Adjuntas van sus instrucciones que debe US. observar, como también repito a US. las que antes se habían dirigido al señor General Anzoátegui, relativamente a su conducta en general y posterior a la derrota de Latorrc, número 2*. Todas las cumplirá US. rigurosamente y con la mayor reserva en todo aquello que por su naturaleza lo exige, y principalmente en el plan que con esta fecha comunicaba a su predecesor, y que acompaño a US. ahora bajo el número 39.

Además de las instrucciones que dirigí al señor General Anzoátegui con fecha del 15 y que acompaño a US. con el número 2º le escribí una carta particular en que le hablaba más prolija y detalladamente sobre todo. Solicítela US. cuidadosamente del que haya abierto aquel pliego que sin duda será el Coronel Carrillo. Si él la hubiere puesto entre los papeles particulares del difunto General, la extraerá US. y la tendrá como parte de sus instrucciones en todo lo que no esté expresamente contraído por las instrucciones de oficio.

US. verá por las instrucciones de que he hablado anteriormente que recomiendo infinito la prudencia en las operaciones, y que yo prefiero que la Nueva Granada sucumba lentamente a exponer su suerte por ningún accidente. Pero también añado que decidida la acción, es decir, decidida que sea dar la acción, si no hay obstáculo invencible es preciso atacar con desesperación, y perseguir al vencido con tal celeridad que no se vuelva a rehacer.

La vigilancia, los espías y la disciplina en las tropas, y la exactitud en el servicio salvarán al ejército de una sorpresa o de un descuido.

La torre es amigo de atacar en columna; es preciso recibirlo con algunas columnas. El batallón Rifles que obre como cazadores, y los batallones Vencedores y Granaderos en columnas. La caballería puede obrar de todos modos con tres columnas a derecha, izquierda y centro; la 1ª el Coronel Rondón, la 2ª Infante y la 3ª Mellado. Los reclutas de todos los cuerpos formarán la reserva al mando de un buen Oficial, o se colocarán en un puesto inaccesible o difícil; pero que moleste al enemigo lo más cerca que sea posible.

Si nada de esto se pudiere ejecutar por las circunstancias del terreno, entonces se hará marchar esta recluta, de modo que parezca que va a flanquear o tomar la espalda del enemigo. Encargo a US. que oiga con atención los avisos del señor Coronel Lara, Jefe del Estado Mayor del ejército. Este Oficial es en mi concepto muy sagaz, experimentado, y tiene el mayor interés por el mejor servicio de la República.

Dios etc.

* De un impreso moderno. O’Leary, tomo XVI, págs. 531 - 532.

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