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DOCUMENTO 3899 CARTA PARTICULAR DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL FRANCISCO DE PAULA SANTANDER, FECHADA EN PAMPLONA EL 1º DE NOVIMBRE DE 1819. LE AVISA RECIBO DE CORRESPONDENCIA DEL 20 DE OCTUBRE PORTADORA DE BUENAS NOTICIAS, Y LUEGO SE EXTIENDE EN CONSIDERACIONES MUY INTERESANTES.*

Pamplona, 1º de noviembre de 1819.

A S.E. el General Francisco de Paula Santander. Querido General:

He recibido hoy un oficio de Ud. del 20 de octubre en que me da muy buenas noticias del parque, de Casanare, de Popayán, de París, de Ascanio y otras cosas de menos importaran.

Siento mucho que la mina de la India tenga intermisiones y que la de la Veta nos la quiten los godos. Sé muy bien que por cuenta del estado nada produce; pero es necesario darle impulso a las cosas.

Muchos días ha que deseaba contestar a Ud. sobre sus observaciones con respecto a mis órdenes de empréstitos de diezmos y donativos. Ud. debe hacerme la justicia que ningún,» de las observaciones que Ud. me hace haya podido escapárseme: son obvias y generales. Y también debe Ud. hacerme la justicia que cuando yo empleo semejantes medidas es porque las conceptúo de urgente necesidad. Las grandes medidas, para sostener una empresa sin recursos, son indispensables aunque terribles. Recuerde Ud. los violentos resortes que he tenido que mover para lograr los pocos sucesos que nos tienen con vida. Para comprometer cuatro guerrillas, que han contribuido a libertarnos, fue necesario declarar la guerra a muerte; para hacernos de algunos partidarios fieles necesitamos de la libertad de los esclavos; para reclutar los dos ejércitos del año pasado y éste tuvimos que recurrir a la formidable ley marcial, y para conseguir 170.000 pesos que están marchando para Guayana, hemos pedido y tomado cuantos fondos públicos y particulares han estado a nuestro alcance.

Eche Ud. una ojeada sobre todo esto y verá que todo esto es nada, y para conseguir este nada nos hemos empeñado en emplear el todo de nuestras facultades; porque es una regla general que en las máquinas mal montadas, el motor debe tener una fuerza inmensa para alcanzar un efecto cualquiera. La experiencia me ha enseñado que de los hombres se ha de exigir mucho para que hagan muy poco. Quizá esta máxima no es segura; pero si no creo a la experiencia ¿a quién he de creer?

Estas consideraciones es la respuesta a todo lo que Vd. me ha dicho con tanto juicio y madurez. Mas, amigo, no lo mejor, es lo mejor para todo. Los cristianos con el Evangelio fueron batidos por los turcos con el Alcorán.

Estoy esperando por momentos una porción de espías que he mandado hacia el enemigo; del cual no sé nada de muy cierto, y sólo se me asegura que está en Táriba y San Cristóbal, y que ha recibido refuerzos. Nuestros jefes se quejan mucho de la opinión de los pueblos de Cúcuta hasta La Grita, y a esto atribuyen la ignorancia en que estamos del enemigo. Esta ignorancia puede causar grandes perjuicios.

Vd. habrá visto la carta del general Páez: esto es todo lo que he recibido de Venezuela. Se pueden dar las gracias a los que allí mandan por lo bien que sirven a su patria y al gobierno; así estoy tan ciego como un ciego de nacimiento; por consiguiente, estoy obrando a tientas.

Hoy he mandado para Soatá cuatro compañías de reclutas y cuanto quedaba aquí de cargamento; también espero hoy por los rifles. Estamos muy mal de armamento. El general Soublette no ha dejado sino fusiles inútiles, inútiles, inútiles; temo mucho que no reuniremos 1.200 con todos los que hay en estas tres provincias, se entiende capaces de hacer fuego. 280 he mandado para Tunja para que los compongan allá, porque aquí no hay modo de componerlos, por falta de limas y otras cosas, y sobre todo porque son de una difícil composición, los más necesitan o de cajas o de llave.

También estamos muy mal de dinero, y aun de víveres, que ya es preciso comprarlos y muy lejos. 70.000 pesos he mandado con Padrón por la Salina; este dinero es: 12.000 pesos de Santa Fe, 6.000 de Tunja, 26.000 del Socorro, 7.000 de diezmos de

Girón y lo demás de esta provincia. La plata macuquina que mandé aquí, la devuelvo porque no ha podido pasar y aquí no corre; pero espero que Vd. mande su reemplazo para subvenir al ejército que se va a aumentar en número prodigiosamente, porque yo he oído decir que la gente hace la guerra, y Boves me lo probó muy a mi costa.

Adiós, amigo.

BOLIVAR

* De un impreso moderno. Obras completas, tomo 1, págs. 397 - 398. Cartas a Santander, tomo II, págs. 60-62.

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