Cuartel General en Pamplona, 20 de octubre de 1819.
Al señor Comandante del batallón de Rifles.
Las quejas que he recibido contra la mala conducta y desórdenes que cometen en los pueblos de ese Cantón, los soldados de ese batallón, me tienen muy incomodado y sumamente sentido, al ver que los venezolanos, no solamente desacreditan la bandera a que pertenecen, sino también a su país. Encargo, pues, a US. que con el mayor interés trate de corregir estos excesos que tanto ofenden la moderación de los pueblos y el honor de las armas de la República, estableciendo la más rígida disciplina, y castigando severamente los delincuentes.
Convengo en que se abone a cada soldado medio real más, como US. propone, el cual se les rebajará de la media paga, debiendo el vecindario contribuir con un real solamente.
Vuelvo a repetir la orden de que US. no se venga, o el Ma yor, sin traer consigo el resto de la recluta para el completo de su batallón, y que entregue al Juez Politico del Cantón dos cientos fusiles, para que él los mande al Socorro a disi de aquel Gobernador militar en hombros de hombres, para que no se rompan en las bestias. La recluta del Socorro, que US. debe recibir son cuatrocientos hombres, los cuales deben venir amarrados y bien escoltados en pequeñas partidas, y sin la me nor demora, a fin de evitar la deserción; y US. no detendrá por nada su marcha luego que la haya recibido, pues imp que venga con la mayor celeridad. Vuelvo a repetir también que se organice perfectamente la compañía que ha de quedar en Girón, la que se compondrá solamente de granadinos, y que no es ya del batallón de Rifles, sino del batallón Vargas nuevamente formado.
Dios, etc.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. Archivo del Libertador. ’ tomo XVI, pág. 51 n
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