Señor Superintendente General de Real Hacienda.
Don Simón de Bolívar, vecino y hacendado de esta Provincia, ante V. S. con el más debido respeto hago presente: que hallándome con algunos intereses en los Reinos de España, producidos de remesas de frutos de mis cosechas, y actualmente en la urgencia de necesitar algunas cantidades para el fomento de mis bienes, ocurro a la protección de V. S. en solicitud de veinte mil pesos de los caudales de la Real Renta del Tabaco, cuyo reintegro verificaré dentro de los plazos, y por el mismo orden que se ha practicado en iguales habilitaciones por los sujetos a quienes se han concedido; y para ello, además de mis bienes, rentas y otros intereses que puedan sujetarse a esta responsabilidad, ofrezco fianza en caución de la citada cantidad, y en esta virtud:
A V. S. Suplico se sirva concederme la generosa gracia de los veinte mil pesos, a percibirlos por mitades en el presente mes, y próximo de septiembre, para dar evasión a distintos objetos de mi beneficio, como tal hacendado, cuyo gremio tiene recomendado la Real beneficencia: en lo que recibiré merced con justicia del patrocinio de V. S. en Caracas, agosto 9 de 1803.
SIMÓN BOLÍVAR [1].
* Archivo del Libertador. Documentos donados por la Sucesión Villanueva a la Academia Nacional de la Historia. Transferidos los textos bolivarianos a dicho Archivo. Del original. La firma es autógrafa. El encabezamiento y el cuerpo de la carta son de letra de un escribano o amanuense no identificado. El destinatario, Superintendente General de Real Hacienda, era en esa época la máxima autoridad en materia de hacienda, fiscal, y de rentas en la Capitanía General de Venezuela; desempeñaba entonces el cargo don Juan Vicente de Arce. Bolívar se hallaba de regreso en Venezuela desde fines de agosto de 1802.