.
Portada del sitio > 35) Período (01ENE AL 27DIC 1829) O.C.B. > DOCUMENTO 1912. DEL ORIGINAL. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL (...)

DOCUMENTO 1912. DEL ORIGINAL. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL SEÑOR GENERAL RAFAEL URDANETA , FECHADA EN PURIFICACIÓN EL 1 DE ENERO DE 1829, LE NOTIFICA QUE PIENSA FORMAR UN EJÉRCITO DE RESERVA CON LAS TROPAS DE VENEZUELA JEFES Y OFICIALES.

Purificación, 1° de enero de 1829.

A S. E. El General Rafael Urdaneta.

Mi querido general:

Tengo el sentimiento de decir a Vd. que Obando ha tomado a Pasto, al mismo tiempo que el general Córdoba entraba en Popayán el 27. Debió encontrar a López con 400 hombres de mala tropa en el lugar de Calibío a tres leguas de Popayán. El 25 estaba en Totoró y allí encontró una diputación que venía de Popayán con pliegos y comisión del intendente. Los pliegos son interesantes, entre los cuales hay tres originales: uno de Obando, en que avisa la toma de Pasto y su marcha hacia Ibarra; otro de Sucre, dirigido al gobernador de Pasto, en que le dice que no se ha hecho cargo del mando superior del Sur por razones que hará presentes al gobierno; otro de Heres en Túquerres, en que dice al gobernador de Pasto que no podían ir auxilios de Quito por embarazos que él no sabe explicar, porque los ignoraba. Obando dice que va a abrirles el camino a los peruanos marchando al Ecuador.

Yo no dudo que los peruanos nos hayan atacado ya, y si las insu­rrecciones continúan en el Ecuador, Flores tendrá que hacer prodigios para salvar su ejército. El general Córdoba pide que le manden 2.000 hombres para tomar a Pasto y seguir al Ecuador. Si estos 2.000 hom­bres pudieran volar, lograríamos mil ventajas con ellos, pero si no, necesitamos de 10.000 para oponernos al torrente de los males que nos vienen. Escriba Vd. a todas partes pidiendo auxilios de tropas y pro­cure que anden constantemente tres o cuatro leguas al día. Yo man­daré disponer los alojamientos más convenientes y por la vía más corta; que se divida las jornadas en dos partes; por la mañana muy temprano marcharán dos o tres horas, y a la tarde otras tantas cuando haya menos calor; que las tropas se acampen en los palmares y montañuelas donde haya agua y sesteen lo mismo, para que no se estropeen ni mue­ran de cansancio, como ha sucedido con "Vargas".

En fin, es necesario hacer los más poderosos esfuerzos para levantar un ejército. Todas las tropas que vengan deben traer treinta o cua­renta mil cartuchos; por lo mismo convendrá mandar más a Ibagué y que las primeras columnas se lleven los que han llegado adelante. Ordene Vd. al coronel Andrade que se ponga a la cabeza de las pri­meras tropas y que marche con ellas hasta Popayán donde esperará el resto de su columna, o recibirá otras órdenes. Sería conveniente nombrar un comandante de armas que lo reemplazara, ya que el señor Barrionuevo no quiere encargarse de ese mando. Si no hubiere otro, yo mandaré a Abondano. Pida Vd. a Venezuela todo lo que puedan mandar de allá pero sobre todo muchos jefes, oficiales y tropas de cualquier suerte que sean. Y Vd., por su parte, haga cuantos esfuerzos sean posibles por levantar tropas aunque sean milicias. No debemos esperar nada sino del valor y de la intrepidez más desesperada. Mucho tiempo ha que nuestra divisa ha sido triunfar o morir, aunque no es morir evitar la ignominia y la venganza de nuestros enemigos. Siem­pre seremos víctimas si no vencemos. Es una cosa inaudita que se llame liberal el partido que abre las puertas a los enemigos de la nación. El oficio de Obando es precioso por esta circunstancia. Yo deseo más que nadie la paz, y está ordenado que se convoque el congreso; pero es insoportable que sean los traidores y los peruanos que impongan estas medidas. No hay oprobio comparable al nuestro si nos dejamos sucumbir; por mi parte, estoy resuelto a no sobrevivir a la gloria de Colombia y de mi nombre. Yo lo espero, pues, todo de la cooperación de mis amigos y muy particularmente de parte de Vd. que es el eje de mis operaciones en el ramo de guerra.

Mande Vd. mil fusiles para el Cauca en partidas, con escoltas segu­ras al mando de buenos oficiales para que no se vayan a perder, y también con los mismos fusiles pueden venir algunas cargas de muni­ciones y piedras de chispa muchas. En una palabra, yo pienso presentar del otro lado de Popayán un ejército de reserva capaz de destruir a los invasores. Por lo mismo, debe Vd. mandarme cuantos hombres, armas y municiones pueda Vd. agarrar a las manos, y mandar cons­truir con anticipación todo lo que sea necesario.

Yo tengo la esperanza de que el general Flores ejecute lo que le he mandado de asegurarse de Pasto, aun cuando se pierdan nuestras fron­teras del Perú. Por otra parte, juzgo que él no tiene miedo al ejército del Perú cuando no se ha asegurado con anticipación de Pasto, como excelente punto de retirada y la clave del Sur. No tengo la menor duda de que la confianza de Flores ha hecho perder a Pasto, porque no ha mandado allí sino un piquete de caballería con Heres, que aun no había llegado y se escapó lindamente porque lo querían coger. Mas, al fin, ya el daño es muy grande y sólo, auxiliándolo nosotros con poderosos refuerzos, podemos libertar el Sur.

Tenga Vd. la bondad de manifestar esta carta al señor Castillo para que se imponga de ella y conozca la necesidad que tenemos de obrar con mucho celo y vigor. Ruéguele Vd., de mi parte, para que trabaje por todos los medios posibles en la salud del país. Yo voy a escribir a Montilla directamente por Honda; y Vd. deberá hacerlo a Páez de mi parte ya que yo no puedo por estar de marcha y tener muchas órdenes que dar, sin que haya más que Martel que tenga mano.

Se me olvidaba decir a Vd. que yo pienso formar otro ejército de reserva con las tropas que vienen de Venezuela, jefes y oficiales y lo que Vd. pueda levantar de veteranos y milicias en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca. En fin, mi plan es que el primer cuerpo de ejército defienda al Sur; el segundo, a las órdenes de Córdoba, el Cauca; y el tercero, a las órdenes de Vd., a Cundinamarca; reuniéndose como es natural, los restos del primero al segundo y los del segundo al ter­cero. Es inútil decir también que este último cuerpo debe ser más fuerte que los demás, porque necesitará de mayor energía y de mayor volumen para contrarrestar los vencedores de los primeros. En consecuencia de esta idea, tome Vd. sus medidas, de acuerdo con el consejo, para que cada uno de esos señores coopere por su parte a sostener el gobierno por todos los medios posibles. Yo creo que convendrá que la imprenta, el clero y todos, trabajen por salvar la república y su gloria; pues si los peruanos penetran hasta la capital nuestra mancha será indeleble. Las humillaciones que ha sufrido la Francia son bien recientes para olvidarlas.

Adiós, mi querido general, dele Vd. mil opresiones a los Ministros, de mi parte, y Vd. disponga del afecto de su amigo.

BOLÍVAR

| | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0