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DOCUMENTO 4957 OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL VICEPRESIDENTE DE CUNDINAMARCA, FECHADO EN MERIDA EL 3 DE OCTUBRE DE 1820 EN EL CUAL LE COMUNICA EL ESTADO DE PENURIA EN QUÉ SE ENCUENTRA LA REGIÓN Y LAS CONSECUENCIAS NE­GATIVAS QUE SE DERIVAN PARA LA MARCHA DE LAS OPE­RACIONES.*

Cuartel general de Mérida, a 3 de octubre de 1820.

Al Excmo. señor Vicepresidente de Cundinamarca.

La permanencia de una división enemiga en estos lugares por más de un año, ha agotado de tal manera los medios de subsistencia que las familias mismas del país han estado y están a punto de perecer; con todas nuestras más vivas solicitudes apenas se ha conseguido en cada pueblo un poco de pan para racionar la 3° parte de la división. Si afortunadamente, no se hubiese traído algún ganado, habría sido imposible la marcha o estarían disueltos los cuerpos. La dirección de los llanos es tan peligrosa, que V.E. sabe que en el tránsito, y aun allí mismo, perece una gran parte de la tropa que no está acostumbrada a aquellos climas. Es pues indispensable elegir ésta para conducir las divisiones, venciendo los obstáculos que se presenten.

Las medidas que he tomado me prometen adquirir (aunque a precios extraordinarios), los restos de los granos en este país que con el poco ganado que llegue de las partidas que salen del llano y de que llegan aquí miserables reliquias, podrá asegurarse la comida para el tránsito de los cuerpos que están por retaguardia; pero estos granos son en tan pequeñas cantidades que los mismos naturales del país los obtienen pagándolos excesivamente. El gobierno tiene, pues, que comprarlos con el último sacrificio porque es necesario preferir a todo la mantención del ejército. El territorio está tan destruido que hacer la menor exigencia a los vecinos sería quedarnos sin un hombre que trabajase ni que nos proporcionase un pan; todo es menester pagarlo y adquirir así la subsistencia para no perder por esta falta el fruto de tantos trabajos en la orga­nización y disciplina de estos cuerpos.

La caja del ejército está muy escasa y no cuento para la conservación de él sino con los fondos que V.E. proporcione. Es preciso hacer todos los esfuerzos para ponernos en el pie de fuerza tal que opongamos al enemigo a lo menos 8 o 10 mil hombres, que es también la fuerza disponible con (que) cuenta Morillo, según los informes que generalmente he adquirido.

Nuestra línea de operaciones será situada de manera que, facilitando la comunicación con el llano, sean menores los gastos para el ejército, y reducido el enemigo a sólo la provincia de Caracas esté obligado a darnos una batalla con ventajas nuestras o que con­suma sus recursos en un pequeño territorio. Buscar a Morillo en sus posiciones para exponer una batalla, sin todas las probabilidades de ganarla en momentos en que nuestra actitud imponente los obliga a la paz, sería una falta enorme, y por tanto es necesario sufrir algunos gastos y hacer algunos nuevos y extraordinarios sa­crificios mientras se desenlazan estas circunstancias o estemos en la capacidad de invadir el territorio en que se halla, con la segu­ridad de ocuparlo y de destruir cumplidamente al enemigo.

Repito, pues, que en tanto no cuento con otros caudales que los que V.E. envíe, en inteligencia que de tal manera nos paraliza la falta de dinero que he mandado hoy que el batallón Bogotá, que estaba en marcha, permanezca en Cúcuta porque no sé cómo mantenerlo; así se detendrán los demás cuerpos perdiendo la estación más bella de hacer la reunión del ejército. Sufriremos, por consi­guiente, gastos mayores, pasará el tiempo en que acaso sin comba­tir, lograríamos ventajas inmensas y, sobre todo, estamos expuestos a la disolución de los batallones más selectos que son los que se hallan aquí y los que pueden ocupar todo el occidente de Venezuela.

Dios guarde a V.E. muchos años.

BOLÍVAR

Al margen: Contestado en 22 de octubre.

* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador". (Fundación John Boulton), volumen XII, págs. 213-215.

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