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DOCUMENTO 3759. OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL JOSÉ ANTONIO PAEZ, FECHADO EN TASCO EL 14 DE JULIO DE 1819. SE TRATA DE ALGO EXTENSO PARA COMUNICARLE NOTICIAS RELACIONADAS CON LA CAMPAÑA QUE ESTA EJECUTANDO EN TERRITORIO NEOGRANADINO. *

Tasco, 14 de julio de 1819. 9º

Al señor General Páez.

Desde Paya comuniqué a V.S. las marchas y sucesos del ejército hasta el 30.

El boletín que tengo ahora la satisfacción de incluir instruirá a V.S., y a su ejército de nuestras operaciones y ventajas que posteriormente hemos alcanzado. El estado en que ha llegado la tropa extremamente estropeada de tan larga y penosa marcha y la impresión que le ha causado la variación repentina de clima, no solamente me han impedido continuar las operaciones, sino que no me han permitido sacar todo el fruto que debíamos de los primeros triunfos. Los soldados fatigados apenas han podido combatir haciendo un esfuerzo extraordinario: ha sido necesario dejarlos reposar, y proveerlos de algún vestuario, y al mismo tiempo remontar nuestra caballería que llegó toda a pie. Además he tenido que esperar al señor general Soublette a quien dejé en Paya con la columna inglesa y casi toda la caballería de Casanare y aún no ha podido reincorporárseme. Por todas estas razones nuestros combates hasta ahora no han tenido otro objeto que entretener y contener al enemigo, mientras reponemos y reunimos todas nuestras fuerzas.

En los tres combates que hemos sostenido nuestras tropas han manifestado alguna superioridad sobre el enemigo en disciplina y en valor. Aunque siempre se nos ha presentado en posiciones formidables ha sido batido, y casi puedo decir que no se atreve a disputarnos la victoria. Esta ventaja y la disposición del pueblo que es todo patriota, me prometen que tendrá esta campaña el término más feliz y pronto si no tenemos que combatir sino con el ejército que defiende hoy a la Nueva Granada.

El patriotismo del pueblo es tal, que de muchas leguas de distancia vienen los principales ciudadanos a ofrecer sus personas y propiedades para el servicio del ejército. No es necesario que el ejército se acerque o entre a las poblaciones para reconozcan mi autoridad y ejecuten las órdenes que les libro. Todos se prestan gustosamente a cuanto se les exige, y lo que es más, todos detestan de muerte a los españoles. De todos los pueblos que hemos ocupado no ha habido un solo emigrado.

Estoy muy deseoso de saber el resultado del movimiento de V.S. sobre Pedraza. Por los correos que hemos interceptado al enemigo, sabemos que ellos fueron informados de mi empresa desde que estábamos en Guasdualito, y así no es dudoso que la columna que ha ido V.S. a buscar, se acercarse ya a consecuencia de la noticia. Cualquiera que haya sido el objeto de aquella división, yo espero que habrá sido batida completamente y que habrá V.S. adelantado su marcha cuanto le haya sido posible para impedir al enemigo los recursos que pudiera sacar de Barinas en este invierno.

Ya que no ha podido V.S. cooperar a esta campaña ocupando a Cúcuta, operación que nos habría hecho dueños de todo el país intermedio hasta este cuartel general, es decir, de toda la provincia de Pamplona y parte de la de Tunja, es necesario que por lo menos preste V.S. la que le he encargado en mi oficio de 30 del pasado. Las fuerzas con que V.S. obra sobre Pedraza no son necesarias en el Bajo Apure, pues según me informa el señor general Torres, cuenta ya allí con una fuerte división de infantería y caballería y aún se lisonjea de que con ella y la escuadrilla, basta para rendir a San Fernando, de consiguiente está V.S. libre de todo cuidado por aquella parte y puede más libremente obrar sobre el occidente de Caracas. Las operaciones de V.S. dirigidas hacia esa parte, son tan importantes que paralizan del todo a Morillo. Si viene en auxilio de la Nueva Granada, V.S. le toma la espalda; si intenta marchar sobre el Oriente, V.S. le toma a Caracas y todo el país que ocupa en el Occidente. V.S. debe observar al enemigo tan de cerca, que no pueda intentar nada sin que en el acto V.S. lo sepa, para que obre en consecuencia.

Aunque en el boletín se supone que el coronel N. Pérez manda una columna, no es sino para hacer ilusión al enemigo que tanto teme su nombre. El coronel Pérez está condenado por el Consejo de Guerra a servir sin mando alguno.

Dios, etc.

BOLÍVAR.

* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVI, págs. 416.

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