San Cristóbal, mayo 24 de 1820.
Al Excmo. señor Vicepresidente de la República.
Por el señor General Páez habrá sabido V.E. el glorioso suceso que alcanzó la columna del señor Coronel Mires en la ciudad de La Plata el 28 del último abril. Aquella ciudad había sido evacuada poco antes por nuestras tropas al acercarse el enemigo, creyendo que fuese en número más fuerte y por dar lugar a que se reuniesen algunas fuerzas que debían reforzar al señor Coronel Mires. Logrando este objeto, nuestra columna emprendió su marcha sobre el país que había evacuado la gran guardia del enemigo, y seguidamente batió y destruyó el cuerpo de tropas que había ocupado la ciudad. Esta victoria, aunque pequeña, con respecto al número de las tropas enemigas, que no eran sino 300 hombres, es de suma importancia porque eran las mejores del enemigo, que nos ha dado lugar por ella para reunir las fuerzas con que marchó el señor General Valdés a tomar el mando del ejército del Sur, y para que obren aquel ejército, las columnas del Chocó y valle del Cauca.
El Gobernador del Chocó participa haber apresado un pailebot que navegaba de Guayaquil a Panamá, llevando a su bordo prisioneros cuarenta y ocho patriotas. Este buque ha declarado que dos días antes había sido perseguido por dos buques de guerra patriotas que traían el rumbo de Chile, y se cree sean los que a principios de este año fueron a comprar fusiles para Cundinamarca a aquel Estado. Si esto se verifica, muy pronto estará el ejército del Sur en Quito.
Nuestra escuadrilla del Magdalena se aumenta y prepara para obrar abiertamente sobre Mompós, en combinación con las tropas de Honda y Antioquia, que después de haber rechazado a Warleta, han dirigido su marcha sobre aquella plaza. Como las fuerzas enemigas allí son considerables, ni es fácil que reciban socorro alguno, es muy probable que obtendremos un suceso completo sobre ellas.
Muchas otras ventajas habríamos alcanzado en estos últimos meses, si se hubiera sabido oportunamente la salida de la expedición irlandesa sobre el Río Hacha. Esperando este parte que S.E. había recomendado tanto viniese volando ha permanecido estacionaria en Ocaña la columna destinada a obrar sobre la Provincia de Santa Marta, hasta reunirse o ponerse en comunicación con aquella expedición. Al fin ha sido preciso hacerla marchar, aunque demasiado tarde, por las noticias que del país enemigo se han adquirido. Sin haber recibido aviso ninguno, y aun creyendo que no saldría ya la expedición, según los partes últimos, era preciso ver llegar a Ocaña dos soldados del Coronel Montilla y oír todos los detalles que dan, para poder creer ejecutada la operación. Estos dos soldados eran marineros del bergantín Congreso, y declaran que la escuadra compuesta de catorce buques fondeó en Río Hacha, y desembarcó 1.200 hombres de tropas, que ocuparon la ciudad y Provincia sin resistencia. Que el Almirante Brion con 700 hombres quedó cubriendo el país libertado, y el Coronel Montilla con 500, marchó sobre el valle Dupar a donde llegó, habiendo batido en el tránsito una columna enemiga. Por desgracia el Comandante de la columna de Ocaña no ha remitido ninguno de los dos presentados, ni envía más que estos ligeros detalles; añadiendo que fueron apresados por una guerrilla enemiga que los sorprendió a alguna distancia de la villa, donde se hallaban nuestras tropas, y que en el tránsito a Chirguaná lograron escapársele. Aunque la columna destinada a cooperar con aquella expedición ha sido reforzada muy considerablemente y ha marchado luego que se supo la noticia, es de temer que habiendo estado tanto tiempo aislado el Coronel Montilla, sin comunicación ninguna con el ejército haya sufrido algún revés, antes que se le reuniesen las fuerzas que van a auxiliarlo. S.E. me manda, que al referir esto a V.E. le advierta que este será el efecto necesario de la lentitud con que se procede en esa capital para dar los partes, y para hacer el servicio. Que S.E. no sabe de qué se ocupan los Ministros, cuando no le dan siquiera estos avisos de tan urgente importancia. Que S.E. no será responsable de cualquier resultado adverso que puedan tener nuestras operaciones sobre la costa del Hacha y Maracaibo, pues no dimanarán de otra causa, que de la falta de avisos.
Igualmente ha extrañado que no se le haya participado tampoco la llegada de 1.300 fusiles después de la salida del Comandante Gómez. Esta noticia, semejante a la otra, se ha sabido privadamente por cartas de Apure, siendo muy singular que los particulares tengan las noticias primero que el Gobierno, a quien más importan. Como la única causa que se puede alegar para esto, es haber despachado la correspondencia en buques particulares del comercio, o en los convoyes del Gobierno, quiere S.E. que en adelante no venga ninguna otra de este modo, sino en los correos y postas de que hablé a V.E. en mi oficio de que fue portador el señor General Soublette.
Lo comunico todo de orden de S.E. el Libertador, para su inteligencia y cumplimiento.
Dios, etc.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
Adición. Ninguna novedad ha ocurrido en este ejército que permanece en sus posiciones antiguas, lo mismo que el enemigo en Mérida.
* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVII, págs. 196-198.
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