Cuartel General del Rosario, a 10 de mayo de 1820.
Contestada el 21 de mayo.
Mi querido General:
Las noticias que he recibido anoche por su comunicación del 29 del pasado me han parecido muy buenas. La llegada de las tropas enemigas a La Plata, si ya no ha sucedido una desgracia, es una fortuna. Si el General Valdés no se cree bastante fuerte para dar con suceso probable una acción, ordénele Ud. que moleste al enemigo con acciones parciales, que por medio de movimientos le prive los recursos y que espere los refuerzos que se van a mandar, que recoja todos los caballos y ganados posibles para el servicio de nuestro ejército, que persiga al enemigo si se retira, y que tenga todo preparado para este caso.
Siempre que el enemigo sea fuerte y necesitemos reforzar a Valdés mándele Ud. cuantas tropas armadas haya en Bogotá y en Honda, y escriba Ud. al Coronel Briceño al Socorro, para que le lleve todos los fusileros armados que tenga, y a Montesdeoca a Vélez para que haga otro tanto. Entre los dos tienen más de seiscientos fusileros y de ningún modo deben llevarlos desarmados porque son inútiles, y por acá serán muy útiles luego que vengan los fusiles.
Me parece improbable que los buques que fueron a Chile ya estén de vuelta; pero si han traído los fusiles será una fortuna loca.
Cada vez me confirmo más en la utilidad de sacar esclavos para el servicio; el primero que los llama es su libertador.
Me parece una locura que en una revolución de libertad, se pretenda mantener la esclavitud. Cuando los del Cauca no han podido resistir el incentivo de la libertad ¿qué harán los otros?
Avíseme Ud. prontamente lo que ocurra porque si es preciso yo iré a ver a Calzada.
Pienso mandar los Rifles para asegurar la expedición contra Maracaibo; pero espero saber el resultado de Calzada para enviarlos a Ocaña por el camino de Salazar.
Si el Coronel Urdaneta [1] está mandando la caballería, me parece muy malo; más bien que se ponga a Carvajal de Comandante de ella; porque no estamos para sufrir más por la ineptitud de los jefes. El señor Urdaneta, según me han asegurado, hasta traidor ha sido. Y hablando claro, yo no tengo la menor confianza en él, que se le dé otro destino aunque sea futuro en el Cauca, Pasto o Quito. A propósito de Quito, si derrotamos a Calzada en Neiva, que no paren nuestras tropas hasta Guayaquil. En esta ciudad debe haber habido alguna revolución.
Soy de Ud. afectísimo amigo de corazón,
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. "Cartas a Santander", volumen II, págs. 149-150. No se expresa el destinatario, pero no hay duda que la carta iba dirigida a Santander.
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