Paso Caraballero, abril 20 de 1819. 99
Al señor General Bermúdez.
Con fecha de 14 del corriente comuniqué a US. haber separado del ejército de Oriente, la Provincia y División de su mando. Esta medida fue dictada a consecuencia de las muchas y repetidas quejas y representaciones que tuve contra aquel ejército y porque persuadido de que la mayor parte de su División marcharía en la expedición que fue a organizar el señor General Urdaneta, creí que las tropas que quedaran apenas bastarían para la seguridad de la Provincia. Pero habiendo recibido avisos de que no ha podido US. entrar en comunicación con el General Urdaneta, que tal vez ha salido sin reunirse con US., e instando al mismo tiempo el Excmo. señor General MARIÑO porque se le refuerce para poder oponérsele a Arana que obrando en Barcelona con una fuerte columna amenaza la Provincia de Guayana, creo que ninguna otra operación puede ejecutar US. más ventajosa que reunirse con el ejército de Oriente, si desgraciadamente no hubiere marchado la expedición de la Costa con las tropas que se pidieron a US.
Además de la urgente razón de estar amenazada Guayana, cuya conservación y tranquilidad debe ser la primera atención del Gobierno, me obligan a preferir esta operación sobre cualquiera otra que piense US. ejecutar en esa Provincia, las siguientes consideraciones: primera, que estando la Provincia de Barcelona ocupada por el enemigo no tendrá nunca US. los recursos necesarios para la subsistencia y aun tampoco podrá US. emprender nada con suceso. Segunda, que destruido Arana, no solamente se asegura Guayana y se liberta Barcelona, sino que se rendirá Cumaná a muy poco costo, ocupando nosotros las costas inmediatas e impidiendo con nuestra escuadra que le vayan las provisiones de La Guaira o de cualquiera otra parte: tercera, que toda la costa de Barlovento de La Guaira caerá entonces en poder de cualquier guerrilla nuestra que se adelante hasta allí, y engrosará nuestro ejército con una numerosa recluta, lo que facilitará en gran manera el término feliz de la campaña, aún cuando la expedición del señor General Urdaneta no tenga todo el efecto que me prometo.
Tantas ventajas contrapuestas a la consideración de que aunque se acerque US. a Cumaná y ocupe toda su costa no tendrá ningún suceso decisivo, deben convencer a US. y a toda su División de la necesidad que hay de ejecutar la otra operación, que tiene resultados prontos y evidentes. El único medio que hay de tomar a Cumaná es asegurar al ejército que la sitia las subsistencias y privarlas al enemigo. Como esta segunda parte no puede tener lugar mientras que nuestra escuadra esté empleada en otras operaciones, es necesario por lo menos que consiga ahora la primera para ahorrar el tiempo y abreviarle de este modo el resultado.
Yo estoy persuadido que la única razón que opondrá US. a esto es la repugnancia de las tropas para salir de la Provincia; pero estoy también satisfecho de que esta resistencia no nace sino de algunos Jefes y Oficiales, siempre dispuestos a seducir y sublevar la tropa.
La energía de US., el secreto en la operación y algunas medidas de precaución tomadas anticipadamente, impedirán las nuevas sediciones. Si US. separa y aleja de la División bajo algún pretexto a todos los que tema que opongan o influyan contra la marcha, y si oportunamente castiga US. con severidad al primero que manifieste repugnancia de cualquier modo que sea, y cualquiera que sea su grado, US. llevará sus tropas a todas partes, y se acabarán quizás para siempre las inobediencias y sediciones.
Dejo a la disposición de US. el número de tropas que deban quedar en la Provincia para observar al enemigo y atender a su seguridad interior.
También determinará US. el puesto o puestos que deben cubrir con este objeto, confiriendo el mando de ellas al Oficial que merezca más su confianza, y dándole las instrucciones a que deba arreglar su conducta.
Dios, etc.
BOLÍVAR.
* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVI, págs. 329-331.
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