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DOCUMENTO 3680. OFICIO DE BOLÍVAR PARA UNA MANCHA DE TINTA CUBRE EN EL ORIGINAL NOMBRES Y APELLIDOS DE LA PERSONA A QUIEN ESTABA DIRIGIDO; FECHADO EN PASO CARABALLERO EL 17 DE ABRIL DE 1819. EL CONTENIDO EXPRESA ACUSE DE RECIBO DE UNA COMUNICACIÓN PIDIENDO UN PASAPORTE PARA ANGOSTURA, DEBIDO A PRIVACIONES QUE EXPERIMENTA Y DEJA ENTREVER SER ELEMENTO DEL EJERCITO. LE TRATA OTROS PUNTOS, CONFORME A LO ESCRITO.*

Paso Caraballero, Abril 17 de 1819. 9º

Al [1]

Acabo de recibir la representación de U. fecha de hoy pidiendo su pasaporte para Angostura, fundando su petición en las privaciones que sufre y a las que no puede acostumbrarse.

Me es bien sensible tener que contestar a U. negativamente, para no dar al ejército un ejemplo escandaloso y que sería la ruina y disolución de él. Si todos los que sufren las mismas privaciones que U. solicitasen también su licencia, el ejército desaparecería y no habría quien continuase la campaña.

Las privaciones que U. cree insoportables no son peculiares a solo el ejército de Venezuela. En todo el mundo la guerra tiene mil inconvenientes, disgustos e incomodidades para los que la sostienen. El hambre, la sed, la fatiga y el cansancio son inevitables en estas circunstancias y aún entre las más poderosas naciones los soldados están expuestos a sufrirlos. U. no puede ignorar los sucesos de las últimas campañas de la Europa. Los más bellos y grandes ejércitos de Francia estuvieron sujetos a privaciones más duras y dolorosas que las que aquí se sufren. Los que fueron al Egipto, a Rusia, y a España, pasaron días enteros sin ningún socorro y aun sin alimentos. Todas las plazas que son sitiadas se sostienen mientras hay cualquier especie de alimento, sin que sea permitido a nadie lamentarse de su situación.

Tan conocidos e inevitables son los sufrimientos en la guerra, que no hay nación que no los haya previsto en sus ordenanzas, para animar al soldado a soportarlos con resignación, y para forzarlos a que la tengan. Nuestras leyes militares, no solamente prohíben con severas penas que un oficial en campaña pida su licencia, sino que castigan al que lo hace, mirando como deshonrosa una acción semejante. Jamás ha existido una ley más justa y necesaria, sin la cual no habría ni ejércitos ni disciplina.

Me he detenido manifestando a U. estas razones, porque he creído que el haber pedido a U. su licencia, es efecto de la ignorancia de nuestras leyes militares, que no puedo yo dispensar a U. ni a ningún individuo del ejército, cualquiera que sea la causa que se me alegue. El que está enfermo se retira a un hospital hasta que se restablece; pero no se separa del servicio.

En conclusión, yo espero que se abstenga U. de hacer en adelante solicitudes de esta naturaleza, y que se esforzará porque reine el mismo espíritu de resignación y disciplina en la tropa de su mando.

Dios, etc.

BOLÍVAR.

* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVI, págs. 319 - 320.

Notas

[1] Un borrón de tinta cubre el nombre en el original.

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