Al Excmo. señor Vicepresidente de Venezuela. Excmo. señor:
El Libertador cree que esta es una excelente ocasión de sacar un gran partido del ejército enemigo, desmoralizándolo casi enteramente. Quiere, pues, S.E. que V.E., usando de toda su sagacidad, tino y firmeza, haga brillar a los ojos del ejército de Morillo, las consideraciones siguientes, que bien manejadas, pueden darnos grandes ventajas.
Los españoles europeos en América están seguros de que la revolución de la Península, no ha tenido otro origen que la abierta resistencia de la tropa a embarcarse para venir a morir a América; de consiguiente, nada pueden esperar de allá, ni un hombre solo en su auxilio. Saben la diferencia de opiniones entre los mismos gobernantes sobre la continuación o término de esta guerra que los ha destruido: saben el terrible conflicto en que se va a ver todo el que siquiera piense en embarcos de tropas fuera de España. Es pues, cierto, que nada esperan de allá. Aquí son poquísimos y las tropas del país que actualmente los siguen, son tres veces superiores a ellos. Deben, pues, temer que de un instante a otro se conviertan contra ellos, autores de sus desgracias, y su total exterminio sea el resultado de las miserias que han sufrido y sufrirán cada vez más. Halagándolos con la promesa solemne de una amnistía absoluta, si quieren quedar en el país, y con sus pasaportes si quieren volver a su país o a otro, se pueden lograr algunas ventajas. S.E., pues, me manda le proponga a V.E. estas observaciones para que explicadas y aumentadas por V.E. haga de ellas el uso conveniente.
Con respecto a los criollos, cree S.E. que haría un efecto maravilloso hacerles entender sagazmente, y aparentando que no se quiere decir, lo mismo que se desea hacer saber y con toda la aparienda de secreto, que los españoles y Morillo sólo esperan para hacer la paz con nosotros, a que de España vengan los buques necesarios para embarcarlos a todos y llevarlos allá, a combatir con sus enemigos de Europa: que teniendo orden positiva de su Rey para hacer la paz y reconocer la independencia, sólo están ganando tiempo para tener todo pronto para esta operación que piensan ejecutar a un tiempo en todas las partes donde tienen tropas criollas. Estas ideas, bien desmenuzadas, producirán un buen efecto. S.E. quiere que V.E. haga cuanto pueda para diseminarlas entre los criollos.
Incluyo a V.E. copias de las comunicaciones del Gobierno de Cartagena, al Coronel Montilla, de Porras, Gobernador de Santa Marta y de Sánchez Lima, Coronel Comandante en Jefe de las fuerzas de ésta, para que V.E. las haga imprimir.
El Comandante militar de Ocaña participa que unos derrotados en el Valle Dupar por el Coronel Lara, se presentaron en Chiriguaná, que dicen que el cuerpo a que pertenecían era de 400 hombres.
En Cartagena, los enemigos sólo poseen la capital, y en Santa Marta ha sufrido el cuerpo de Lima tres derrotas.
Dios, etc.
Rosario, agosto 9 de 1820.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XVII, págs. 363-364.
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