San Cristóbal, mayo 1º de 1820.
Al Excmo. señor Vicepresidente de la República.
Deseando el Excmo. señor Libertador remediar los males que trae la ignorancia en que él se halla del estado político y militar del Departamento de Venezuela, así porque no se le participan los sucesos que ocurren con toda la frecuencia que se debe, como por los retardos que sufre la correspondencia viniendo por cordillera y no por postas, me manda prevenga a V.E.
Primero: que cada ocho días, a lo menos, haya o no novedad, le informe V.E. detallada y prolijamente cuantas ocurrencias haya habido en todos los Departamentos del Gobierno, participándole las reformas o establecimientos que se hagan o piensen hacer, y muy particularmente las noticias que se reciban de los países extranjeros, en todo lo que tenga alguna relación con nosotros.
Segundo: que para que esta correspondencia sea metódica y no falte nunca, destine V.E. los buques que se juzguen necesarios, a fin de que esté siempre uno preparado para salir. Cada buque vendrá hasta San Fernando o hasta el puerto donde el señor General Páez haya fijado en el invierno el maestro de postas que debe recibir la correspondencia, y regresará inmediatamente con el recibo que justifique haber entregado todos los pliegos y no haberse detenido en el viaje sino el tiempo necesario.
Tercero: sin embargo de este correo ordinario, V.E. despachará en el momento cuantos extraordinarios sean precisos para instruir a S.E. de cualquier grave novedad.
Dios, etc.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVII, pág. 144.