San Cristóbal, 14 de abril de 1820.
A S.E. el General F. de P. Santander.
Querido General:
Al fin me he decidido por la prudencia. Me he resuelto a adoptar la defensiva con respecto a Venezuela y la ofensiva en Cundinamarca.
Las razones que tengo para esta resolución, son las siguientes: primera, dejamos desarmado todo el país, llevando contra Morillo todos nuestros veteranos: si triunfamos tomamos a Caracas, pero si somos derrotados perdemos a Cundinamarca y Venezuela. Luego vamos a exponer una cantidad mayor contra otra menor en igualdad de riesgo: esto es antimilitar y antipolítico; segunda, mientras pasamos el invierno, puede suceder la toma de Lima, o la declaratoria de los americanos en nuestro favor, o el principio de negociaciones diplomáticas. Así, sin comprometer nuestra suerte podemos asegurarla; tercera, retardando las operaciones podemos levantar 10.000 hombres veteranos para entrar en campaña, y dejar disciplinados 4.000 milicianos en reserva y custodia de Cundinamarca; cuarta, obrando fuertemente contra Maracaibo y Quito nos hacemos a la vez de recursos externos y pecuniarios; quinta y última, las tropas de Maracaibo podrán obrar por donde quiera muy aumentadas, y muy bien equipadas y las de Quito podrán unirse con las del Perú para formar una masa indestructible.
Para conseguir tan importantes objetivos necesitamos, sin duda, de nuevos sacrificios, pero aseguramos, por este medio, el fruto de todos ellos y la suerte de Colombia.
Con treinta mil pesos, mensuales que Vd. envíe a mi Cuartel General, desde mayo hasta octubre, hago frente a todos los gastos del ejército, y mantengo con ellos nuestros 3.500 veteranos; y con los productos de las otras provincias se mantendrán sus respectivos batallones. Supongo que se acuñen cien mil pesos en la casa de moneda; con la macuquina que allí teníamos y con trece mil pesos mensuales que nos suministren las salinas queda todo pagado.
Espero de Inglaterra armas, vestidos y equipos, por lo menos para 10.000 hombres, que serán los que entrarán en campaña.
El General Urdaneta ha ido a Apure a buscar 1.000 veteranos; ya 400 están en Guasdualito con Heras. Traerá además dos mil reses y todo el convoy de armas, municiones y vestidos que conduce Gómez, que estará ya en Guasdualito, según me asegura Machado, que acaba de llegar.
Lara, con el batallón Vargas bien armado, equipado y comunicado, marchará en los últimos días de este mes para Ocaña a reunirse al Coronel Carmena y continuar juntos a cooperar con Montilla a la toma de Maracaibo, o a tomar solos aquella ciudad. Este cuerpo llevará 800 hombres: pero necesita de la cooperativa activa y eficaz del batallón de Mariquita, que debe volar en su auxilio por el Magdalena. Sobre esto hablaré en otra oportunidad.
La venida de los 3.000 esclavos del Sur es indispensable para aumentar nuestros cuerpos veteranos, porque la gente de tierra fría se muere toda en Venezuela, como dolorosamente lo hemos experimentado. Estoy resuelto a no llevar uno solo de este país.
A estas consideraciones no hay otra que oponerme, sino la de que pueden llegar de España una o dos expediciones, más o menos fuertes en el ínterin. Pero yo sé que en este caso no se hace más que matar españoles en lugar de americanos, porque jamás el ejército se aumenta mucho por falta de recursos y de medios, y, al fin, todos los godos son iguales.
Adiós.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. Obras Completas de Bolívar, vol. I. págs. 421-422.
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