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DOCUMENTO 4705 CARTA DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL SANTANDER, FECHADA EN EL ROSARIO EL 20 DE JULIO DE 1820, COMUNI­CÁNDOLE HABER RECIBIDO CORRESPONDENCIA DE BRION, MONTILLA Y PAEZ; LE APREMIA POR EL ENVIÓ DE FONDOS PARA ADQUIRIR ARMAMENTO; SE REFIERE A LA LIBERTAD DEL MAGDALENA, AL PROYECTADO ARMISTICIO Y A OTRAS MATERIAS.*

El Rosario de Cuenta, 20 de julio de 1820.

A S.E. el general F. de P. Santander.

Mi querido general.

Ayer tarde recibí comunicaciones del Almirante, de Barranquilla; de Montilla, de la Soledad; y de Páez incluyéndome una interceptada al enemigo. Remito a Vd. copias de las del Almirante y Montilla y lo más principal, original, de la interceptada para que Vd. haga insertarla en la Gaceta, sobre todo la carta de Feliu que es interesantísima y muy graciosa. El reglamento de convocación de cortes va también, y Vd. hará insertar lo que va marcado con las observaciones que le parezcan convenientes.

Por el oficio del Almirante verá Vd. el resultado de sus operaciones; haga Vd. insertar lo principal, también lo de Montilla. El Almirante ha contraído inmensas deudas, que es preciso satisfacer, al menos en parte, para no desalentar a los que nos prestan y quie­ren emprender. Es preciso auxiliar al Almirante de cualquier modo. La división de Montilla va a montar a 3.000 hombres por lo me­nos, inclusive los de Lara y, por lo mismo, necesitan de mucho dinero para vivir. Debemos, pues, exprimir a Antioquia y el Chocó, que nada se les ha quitado en realidad y que se igualen con las provincias del Norte, que hemos exprimido hasta el extremo. Vd. mande órdenes a Antioquia y al Chocó para que remitan cien mil duros: cincuenta mil a Montilla para las tropas y cincuenta mil al Almirante para la escuadrilla y sus recientes deudas. Póngase Vd. en comunicación directa con ambos; hábleles mucho de nuestras finanzas y del arreglo que deben hacer con respecto a donativos, contribuciones y rentas; bien manejadas las provincias de Santa Marta y Cartagena, mucho se puede sacar de ellas. Allá tienen a Gual y otros patriotas útiles que les servirán en esto; pueden esta­blecer un treinta y tres por ciento sobre las mercancías que se intro­duzcan por el Magdalena. Si no fuera por la paz, yo me iría a diri­gir las operaciones de Montilla y arreglar esos países.

Mande Vd. treinta mil pesos, mitad a Brion, y mitad a Montilla, con especificación de las tropas a uno, y de la escuadrilla a otro, para los gastos más urgentes, como armas y municiones.

De diez y siete mil fusiles me habla Brion. Vea Vd. por un medio extraordinario, si se puede mandar dinero con algún comisionado para que compre parte de ellos, pero esto ha de ser cuenta aparte: quiero decir, dinero aparte del que necesitamos para nues­tros gastos diarios.

Exprima Vd. a Antioquia repito; el señor Cansino [1] no ha mandado nada, ni ha comprado fusiles siquiera; que cave la tierra para sacar el oro, si no lo puede conseguir de otro modo; que no quede un militar en Antioquia; que todos vayan al Bajo Magdalena a incorporarse con Córdoba; que no quede un hombre útil, pues no debemos confiarnos mucho de los cartagineses, que son muy cobardes. Como todos los irlandeses se han ido, es preciso darle a Montilla hombres, sobre todo, seguros, en el país que ocupe. En Carta­gena y Santa Marta hay muchos hombres; pero todos son iguales con respecto a la guerra. Por otra parte Montilla tiene muy pocos oficiales; y así mándele Vd. los que haya sobrantes en cualquier parte del país.

Anime Vd. el comercio para que haga expediciones al Bajo Magdalena a comprar efectos extranjeros, que no faltarán: habrá mu­chas presas, y comerciantes de Jamaica, Curazao y otras partes.

Haga Vd. imprimir el oficio del Almirante a Vd. con la supresión de muy pocas cosas, que Vd. sabrá elegir para la supresión. Diga Vd., hablando de los 700 hombres: hemos aumentado maestras fuerzas con 700 hombres del país que voluntariamente han tomado las armas. Hablando de los irlandeses, diga Vd. que han frustrado las miras del gobierno, llenando de confusión el nombre de su virtuoso y respetable compatriota D’Evereux [2]. Esto lo saben ya todas las colonias, nada perdemos en decirlo. Nuestros puestos avanzados están en Turbaco [3], me dice Montilla, y Cartagena cerró sus puer­tas temiendo nuestro ataque.

Vd. debe estar encantado con la libertad del Magdalena: inspire Vd. el entusiasmo sobre este suceso, encareciendo, cuanto sea posible, la necesidad de mantener aquellas fuerzas que lo defienden. Que Cundinamarca entera pague la libertad del Magdalena: ofrez­ca Vd. las mil ventajas con este nuevo canal de prosperidad mer­cantil y de comunicación militar.

Haga Vd. extractos de las otras cartas interceptadas, que todas contienen noticias interesantes. Las cosas de Cumaná, Orituco, y miserias de carne en Calabozo son cosas muy notables.

Que se llenen las gacetas con cosas útiles, que hay muchas; le aseguro a Vd. que están muy insípidas; no parece que se trata de la ruina de la España y de la salvación de la América; en estos momentos, parece que un hielo dirige su redacción. Poco y malo, son dos defectos.

Pida Vd. al Almirante o a Montilla todos los fusiles y municiones sobrantes que tengan, y mándelos al Sur por Antioquia o por Neiva, como sea más fácil. Con esta misma fecha doy la misma orden, pero Vd. pida siempre, que nada se pierde con escribir.

No extrañe Vd. que en Caracas el 15 no se hablase nada de negociación; del 17 para acá ya lo sabe todo el mundo, según las declaraciones de los llaneros que me ha incluido Páez, unas dadas en San Carlos y otras de pasados de Calabozo. Un tal Barrera se ha pasado siendo muy godo, y dice que después de mi respuesta a La Torre varios oficiales le dijeron que yo pedía el reconocimiento de la república y que la respuesta del ge­neral Morillo, quién sabe cuál sería, dando a entender que no sería contraria. Los pasados militares pasan de 17, entre ellos un sargento español. Todos de caballería, que son los avanzados; los de Barinas desertan a retaguardia. Parece que Herrera ha hablado muy bien de nosotros y del buen tratamiento que le hemos dado, y esto ha llenado de confianza al enemigo, para pasarse. La Torre nos supone 8 o 10.000 hombres entre buena y mala tropa, y no le falta razón.

Envío a Vd. una cucarda que le mandaba una moza a un oficial a Calabozo: dice que es constitucional; ya hasta las cucardas se parecen. Añada Vd. que ya en Caracas la llevan públicamente.

Tengo muchas otras cosas de qué hablar a Vd., pero tengo la cabeza caliente con tantas comunicaciones que he recibido de todas partes y tengo que contestar a todos.

Soy de Vd. su mejor amigo de corazón.

BOLÍVAR

* De un impreso moderno. Simón Bolívar, "Obras Completas", tomo I, págs. 473-475.

Notas

[1] Probablemente se trata del héroe neogranadino José María Cansino, nacido en Bogotá (1795-1843).

[2] General Juan D’Evereux, nacido en Irlanda. Sirvió con gran dedicación a la causa independiente. Quedó ciego sirviéndole a la patria adoptiva. Bolívar lo llamaba el virtuosísimo.

[3] Turbaco, ciudad de Colombia, Departamento de Bolívar.

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